Esta semana podría ocurrir algo inédito en el Consejo de la Magistratura de Neuquén
El organismo encargado de la selección de fiscales, jueces, juezas, defensoras y defensores debe resolver su integración para el 2022. Podría darse una situación única desde su creación.
El Tribunal Superior de Justicia y el bloque legislativo del Movimiento Popular Neuquino tienen sillones reservados en el Consejo de la Magistratura, que elige a funcionarios y magistrados del Poder Judicial de la provincia. Una sucesión de hechos políticos desencadenados en los últimos días les asignó a esas posiciones un valor estratégico singular.
Los hechos concretos son que el Tribunal Superior debe designar un nuevo representante, y lo mismo debe hacer el bloque oficialista.
Río Negro habló en las últimas horas con varios protagonistas y se topó con una muralla de silencio. «No hay nada definido todavía, se está conversando», respondieron de modo sincronizado las fuentes, consultadas por separado. Esta semana es señalada como clave para definir consensos y concretar acuerdos.
En espejo
Se da como un hecho consumado que el actual presidente del Consejo de la Magistratura, Evaldo Moya, dejará ese cargo para asumir como presidente del Tribunal Superior de Justicia a partir de febrero próximo.
Moya es el único de los vocales que admite abiertamente que prefiere trabajar en el Consejo. Conoce los laberintos de los concursos desde adentro, y disfruta del arte de negociar con los demás integrantes del organismo.
El vocal Germán Busamia es su espejo en la presidencia del Tribunal Superior. Todos saben que es su lugar en el mundo, pero la rotación anual le impide repetir en el cargo. Ya se mentalizó, asumió que debe volver al llano y dedicará el 2022 a tareas de gestión interna desde una vocalía.
En tanto el vocal Alfredo Elosu Larumbe sólo espera un lago planchado por la mayor cantidad de tiempo posible. Como pescador experto, sabe que no es cierto que en río revuelto haya ganancia alguna.
La candidata
Soledad Gennari, la única vocal mujer del Tribunal Superior de Justicia, es la candidata número 1 al Consejo de la Magistratura. Es un puesto que desconoce pero le atrae el desafío.
Pese a que todos los pronósticos la mencionan como futura presidenta, nadie lo confirma oficialmente. Ni siquiera ella, y cuando la consultan menciona que en el 2022 tendrá tarea como subrogante de Moya en la presidencia del Tribunal.
Sale Domínguez, entra… ¿?
La otra vacante por cubrir es la que dejó Claudio Domínguez, ahora concejal del MPN en la ciudad. Nadie parece desesperada por llenar ese espacio, lo que demuestra el grado de devaluación alcanzado por el organismo que elige magistrados, magistradas, funcionarios y funcionarias.
Su reemplazante natural, Rocío Aylén Martín Aimar, eligió quedarse a trabajar al lado del vicegobernador Marcos Koopmann.
El puesto en cuestión corresponde al bloque legislativo del Movimiento Popular Neuquino. El hombre o mujer que el MPN diga, ocupará el asiento de inmediato. No necesita ningún otro aval. Ni elecciones, ni aprobación legislativa, ni nada que se le parezca.
El nombre que circula es el de Encarnación Lozano, una dirigente del ala conservadora del MPN (¿hay otra?), exdiputada nacional y provincial, exsecretaria de Asuntos Municipales, entre otros cargos.
Inédito: mayoría de mujeres
Si Soledad Gennari y Encarnación Lozano asumen los cargos en danza, por primera vez desde su creación en 2007, en el Consejo de la Magistratura las mujeres tendrán mayoría y ocuparán la presidencia.
Las otras son Isabel López Osornio y Monserrat Morillo, representantes de los colegios de abogados.
Los varones de la minoría son Sergio Gallia (por el MPN); Marcelo Inaudi (Cambiemos) y Gustavo Mazieres (Frente de Todos).
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