Para cuando termine la cuarentena
Neuquén debe apostar mucho más fuerte en la diversificación económica, que no la haga tan dependiente de los ingresos por regalías.
Por Juan Carlos Galvan * y Carlos Alfredo Vidal **
La pandemia por el COVID 19 ha puesto en escena las enormes debilidades de la economía provincial, altamente dependiente de las regalías hidrocarburíferas y por consiguiente de su precio.
Las regalías tienen una base del doce por ciento de lo extraído y se liquidan de acuerdo al precio de venta, luego de las depuraciones correspondientes.
En el caso del gas, cuyo precio es más político que técnico, el valor de las regalías depende del precio que le fije el Estado Nacional. Por lo tanto dichos ingresos también dependen de decisiones políticas tomadas a miles de Km de la provincia, siendo muy poca la influencia de sus autoridades.
La Ley le da a la Provincia la posibilidad de optar por cobrar dichas regalías en especie. Esto es una enorme oportunidad para independizar el valor de dichas regalías de las decisiones políticas nacionales.
Si la Provincia cobrara en especie una parte de las regalías gasíferas podría transformar ese gas en electricidad y así poder tener una tarifa eléctrica realmente competitiva que sirva como atractivo para la radicación en la provincia de industrias que puedan generar muchos más puestos de trabajo que los que hoy se pagan a empleados públicos con esas regalías, sin agregar valor en la provincia.
La Provincia recibió en 2019, 465 millones de dólares en concepto de regarías gasíferas y 363 millones de dólares en regalías petroleras.
De ese total, el tres por ciento (3 %) se destina al IADEP para financiar proyectos productivos; el catorce con cincuenta y cinco por ciento (14,55%) se coparticipa entre los municipios; el ochenta y dos con cuarenta y cinco por ciento se destina a Rentas Generales de la Administración Pública Provincial.
Hoy es muy poco visible el impacto en el desarrollo provincial logrado por el IADEP. Los Municipios han dedicado la mayoría de esas regalías a pagar salarios de empleados municipales, que son la principal fuente laboral en muchos municipios.
Neuquén debe apostar mucho más fuerte en la diversificación económica, que no la haga tan dependiente de los ingresos por regalías.
La Provincia de San Luis se llevó, en las décadas de los ’80 y los ’90 dos empresas que se habían radicado unos años antes en Neuquén, que se dedicaban a productos con plásticos corrugados y a la fabricación de bins de plástico. Ambas, que son sólo un ejemplo, eran importantes demandantes de energía eléctrica, que seguramente vinieron a la Provincia atraídas por la entonces vigente Tarifa Comahue, aunque en los hechos, nunca llegó ni a los usuarios en general, ni a industrias en particular.
Alejada de los centros de consumo, la Provincia del Neuquén no tiene herramientas eficaces para atraer industrias generadoras de empleo que no estén ligadas al boom Vaca Muerta.
Si la Provincia decidiera cobrar en especie el 10 % de las regalías gasíferas y considerando una producción de 70 millones de metros cúbicos por día, que es inferior al récord de 76 MMm3 día, se podrían generar algo más de 200 MW de energía eléctrica.
El conjunto de las cuatro cooperativas eléctricas de la Provincia, Calf, CSPP, Copelco y CEEZ, tienen una demanda menor, lo que da una idea de la magnitud de esa potencia.
Se podría abastecer más de 200 empresas del tamaño de las cerámicas de Neuquén, que generarían decenas de miles de puestos de trabajo.
Para ello se debería restablecer la Tarifa Comahue, pero bien implementada y bajo otro nombre: Tarifa Vaca Muerta.
La Tarifa Comahue era de 8 milésimas de dólar por KWh. Ningún usuario la pudo usufructuar, ya que ese era el precio al que le vendía Hidronor a Agua y Energía. Luego Agua y Energía le cargaba su costo y le vendía al EPEN, el que le cargaba su costo y le vendía a CALF a más de 50 milésimas de dólar y luego los usuarios de CALF pagaban más de 100 milésimas.
Hoy, la tarifa monómica (energía más potencia) de CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista Sociedad Anónima) es de $ 4705,58 el MW, o sea, unos 62,70 U$S/MWh. Llega a los grandes usuarios de nuestra Provincia a no menos de 6000 $/MWh. Para un usuario abastecido en Baja tensión, una potencia de 250 KW y factor de utilización 0,5, la tarifa monómica es de 6,267 $/KWh (U$S/KWh 83,56).
La Provincia podría vender el gas para la generación de energía para ser consumida por los grandes usuarios que se instalen en todo el Neuquén a U$S/m3 0,01 y los usuarios pagarían 8 milésimas de dólar el KWh (0,008 U$S/KWh). Osea, 0,60 $/KWh. Siempre tarifa monómica, que es energía más potencia.
Esto se puede hacer ya. En muy poco tiempo se instala una Turbina a gas, cuyo rendimiento es superior al 60 %. La misma debería estar ubicada cerca de algún gasoducto troncal y de una línea de alta tensión del EPEN.
Con estos precios se contemplan los costos operativos de la generación de energía y los costos de transporte del EPEN.
Las empresas a instalarse pueden hacerlo en cualquier lugar de la provincia a donde lleguen líneas de alta tensión del EPEN, las que están sobre dimensionadas para la carga que actualmente tienen, por lo que, al agregarse más carga no se las compromete.
También se podría disponer, dentro del mismo porcentaje de las regalías de gas cobradas en especie, una parte para la calefacción de cultivos sobrecubierta e hidroponía durante todo el año.
Ello se puede hacer utilizando ese gas en las horas nocturnas, para compensar las bajas temperaturas, en las que la industria baja su consumo, de manera que la baja de uso de gas para generar energía se pueda usar para la calefacción de esos cultivos. En todos los casos, al mismo precio del gas.
En la provincia se generan, en promedio 16800 GWh al año mediante turbinas hidráulicas ubicadas en los ríos Limay y Neuquén de las cuales unos 9500 GWh año le otorgan regalías hidroeléctricas a la provincia del Neuquén por el 12 %, que equivalen a 3,166 GWh por día. Esto es una potencia de 132 MW. Con sólo el 20 % de las mismas, serían 26 MW más que se sumarían a los 200 MW obtenidos mediante turbinas a gas.
En general, las centrales hidroeléctricas ubicadas en la provincia son de las denominadas de punta, por cuanto generan la mayor energía en los momentos del pico de la demanda, que ocurre entre las 18:00 y las 23:00. Si la provincia cobra parte de las regalías en especie, deberían ser en los horarios que estas generen. Por lo tanto esta energía podría compensar también el gas que se utilizaría para la calefacción de los cultivos bajo cubierta. Todo cierra armoniosamente.
Así, la Provincia del Neuquén podría otorgar una tarifa extremadamente atractiva para la radicación de industrias electro intensivas o para fomentar actividades que hoy, con los altos costos energéticos la hacen inviables.
Durante muchos años esas regalías se destinaron íntegramente al EPEN y al EPAS. Luego pasaron a integrar las rentas generales de la provincia.
Desde Piedra del Águila hasta la Confluencia, lo mismo que en la cuenca del Neuquén se podrían irrigar miles de hectáreas para producir alfalfa, madera, frutales, entre otros productos. Esto podría dar lugar a aserraderos, ganadería, frigoríficos, jugos, conservas y liofilización de frutas y verduras producidas en la provincia.
La industria cerámica fina y, porque no la industria siderúrgica podrían tener lugar en la provincia
Están dadas las condiciones. Sólo hay que tomar la decisión política de hacerlo y operar en consecuencia.
Desde el punto de vista fiscal, seguramente lo que se resigna como regalías, se recupera por la multiplicación de la actividad económica que se generará, la mano de obra que se ocupará y que ya no será necesario tener en el Estado o incorporarla al mismo ante la falta de alternativas.
¿Quiénes serían los que recibirían estos beneficios tarifarios? Será otra decisión política, que seguramente privilegiará la ocupación de mano de obra y el valor agregado que se haga.
De esta forma, y con muy poco esfuerzo, finalmente se daría cumplimiento a esa sabia manda Constitucional de utilizar las regalías por recursos no renovables, en generar recursos renovables.
También comenzaremos a depender, cada vez menos, de decisiones tomadas fuera de la provincia, pero que afectan seriamente a sus habitantes.
* Ingeniero y ** contador. Neuquén
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