Las partes del MPN en su versión IV
El resultado de hoy puede alumbrar un nuevo tiempo en el partido que tape la primacía de la parte Azul o una bisagra para la reinvención.
El resultado de las elecciones de hoy va a tener una particular lectura hacia adentro del Movimiento Popular Neuquino, porque, de alguna forma,marcará si nace una cuarta parte o tiempo en el partido.
Para el conglomerado de Cambia Neuquén adquirirá características épicas si logran, por lo menos, el mismo caudal de las PASO en forma individual. Leen que puede ser un síntoma de agotamiento de “el modelo” del MPN y que son dolores de parto de “una pospolítica” sin liderazgos fuertes. Hacen referencia a lo que encarnó Horacio Pechi Quiroga quien no pudo, no quiso o no supo exportar “su modelo” de la ciudad capital al resto de la provincia, como territorio hostil. Deben, por cierto, curar con política las heridas internas que produce el fuego amigo que es más perjudicial que la recolección de heridos que hace el MPN. Tal vez, como dijo un dirigente del partido provincial, deben superar la atomización utilizando la receta de las internas.
En el Frente de Todos ponen sobre la mesa el resultado de las elecciones del 12 de septiembre y, claro, que la idea es superar ese caudal con el aporte de los nuevos votantes y de los que participaron en internas ajenas. Lo que en su momento parecía una desventaja se lo transformó en un elemento positivo. La ley de hidrocarburos le quitó derecho de autor al MPN como hegemónico para analizar el tema. Darío Martínez aprendió a jugar en internas ajenas cuando sacó a relucir el apoyo de Guillermo Pereyra aunque no previó consecuencias. El gobernador Omar Gutiérrez recibió un curso acelerado de jorgesapagismo y se mostró con Pablo González, titular de YPF. El mensaje fue recibido, vos te metés en mi casa y yo me meto en la tuya. El resultado de hoy será vital para esta disputa entre federalismo y centralismo como ya quedó bautizada por la predominancia política de Neuquén.
La clave será cuántos votos más en cantidad pueda cosechar el candidato oficial del MPN en relación con los que obtuvo en forma individual en las PASO.
El historiador Gabriel Rafart es quien tamiza al MPN por el cedazo académico. En uno de sus ensayos escribió sobre las partes o tiempos del MPN. El primero, lo identificó como el partido fundacional de las políticas del bienestar, el segundo del empate y tercero, del populismo-neoconservador. Frente a la elección de hoy, como una remake de las PASO, todo indica que se puede asistir a los estertores de la última parte con los dolores de parto de una nueva, o bien, al revés, un parate para juntar fuerza y el color Azul del MPN se reinventará con el ojo puesto en el 2023.
¿Dónde estará la clave del dilema? En la cantidad de votos que coseche el candidato “oficial” del MPN por encima de los que obtuvo el 12 de septiembre. En ese entonces, la lista F Cuidemos Neuquén Construyamos Futuro obtuvo 65.711 votos, la A Lista Azul Por Neuquén unos 63.921 y la B Unidos si podemos, 4.312.
Si bien el MPN con sus tres listas fue el partido más votado, unos 134 mil sufragios, en el resultado de hoy se tendrá la respuesta a la pregunta si se está asistiendo a un cuarto tiempo con la vanguardia de Figueroa o todavía le queda oxígeno al sector Azul de Sapag para incubar, en estos dos años, la sucesión de Gutiérrez en 2023.
La campaña desde las PASO hasta ayer fue anodina y profusa en frases hechas con el aditamento de darle un nuevo significado a la palabra de adopción del nombre de la provincia. En el medio quedó el tema hidrocarburos donde el mismo Figueroa sufrió en carne propia lo escurridizo que resulta en sus apoyos temporarios el vicepresidente del MPN.
Menos mal que a Martínez se le ocurrió enviar la ley porque, caso contrario, se corría el riesgo de vaciar de fundamentos la campaña electoral. La discusión pública permite correr el velo de temas sensibles que, por temor a perder apoyos, se los trata en ámbitos poco públicos y luego se los muestra disfrazados de buenas intenciones. Lo anecdótico de que no se le envió el proyecto final a Gutiérrez tenía razón de ser porque el “centralismo” encarnado en un rionegrino avanza sobre el “federalismo”. El fondo es igual, cambia la superficie.
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