La pelea por el segundo lugar

Martín Belvis

Prosecretario de Redacción. Nació en 1967 en Buenos Aires y comenzó en el periodismo a los 21 años. Durante 10 años cubrió noticias políticas de la provincia de Neuquén y más tarde fue el primer editor del suplemento de Energía del diario Río Negro, de cuya agencia Cipolletti fue jefe entre 2009 y 2013. Vivió una década en Bariloche, donde se desempeñó como jefe de su agencia. En Diario RÍO NEGRO desde 1991.

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La lucha de las tres principales fuerzas políticas de la provincia es desigual: el oficialismo sólo piensa en crecer, mientras los otros, en cómo no quedar afuera.


El resultado de las elecciones primarias del 12 de septiembre, inesperado hasta para el ganador, obligó a las tres fuerzas con posibilidades de colocar un diputado en el Congreso a recalcular la estrategia. Para el oficialismo provincial es pura ganancia y aprovecha el envión para quedarse con las dos bancas en juego. En cambio, el macrismo y el kirchnerismo tienen una pelea aparte porque hay sólo dos bancas en juego.

La de hace dos meses fue la primera derrota del kirchnerismo en elecciones nacionales en Río Negro desde que existe como tal. Buena parte de los que hoy integran el partido provincial Juntos Somos Río Negro (JSRN), la gobernadora y el senador incluidos, formaban parte de ese Frente para la Victoria que en 2011 llegó a colocar a los tres diputados nacionales que se renovaban (lo logró porque más que triplicó los votos del segundo).

Por eso, el resultado de las PASO se explica en gran medida por la consolidación de JSRN y su capacidad de captar votos de un lado y otro de la grieta.

Si el PJ logra que Ana Marks entre al Congreso, La Cámpora rionegrina del senador Martín Doñate habrá salvado apenas la ropa y es probable que no le alcance para mantener a los hermanos Soria lejos de las decisiones del partido. En cambio, el tercer puesto precipitaría una crisis de consecuencias difíciles de predecir.

En Juntos por el Cambio, Aníbal Tortoriello tiene la posibilidad histórica de dejar al kirchnerismo fuera de juego. El cipoleño, que perdió hace dos años la reelección como intendente de su ciudad por 200 votos, no vive de la política sino de su empresa de transporte de cargas. Su futuro político no depende de esta elección, pero para la alianza entre Pro y la UCR es clave recuperarse.

Juntos

Esta vez, la gobernadora Arabela Carreras seguirá el escrutinio en Bariloche (en las primarias voló a Viedma con la excusa de una agenda cargada para el día siguiente) y compartirá el espacio con Agustín Domingo, el primer candidato a diputado.

El último gran invento de Weretilneck no para de sonreír desde que ganó las primarias. Abandonó esa mezcla de timidez y ortodoxia para someterse a las indicaciones de los publicistas que inundaron las redes y las calles con una imagen de simpatía hasta ahora desconocida. Cuenta con la invalorable colaboración de Mercedes Ibero, su segunda, que tiene el don de la comunicación y la seducción.

Más allá de lo que ocurra en la elección de hoy, mañana los gobiernos, los comercios, las industrias, las escuelas volverán a hacer girar la rueda de la vida cotidiana.

Luis Vaisberg, el ministro de Economía que reemplazó a Domingo cuando la gobernadora lo separó prematuramente de ese cargo, llegó al tercer trimestre del año con una situación financiera mucho más holgada que el año pasado.

Los recursos aumentaron un 65% de un año a otro, por encima de la inflación, y los gastos, sólo un 54%.

“Los aumentos salariales ya acordados van a ir empeorando los resultados. Financieramente estamos muy justos”, se ataja Vaisberg cuando le muestran esa performance de las finanzas del Estado rionegrino.

Por ahora, los salarios de los empleados estatales en conjunto crecieron un 49%.

El gobierno nacional envió a Río Negro casi 60.000 millones de pesos entre enero y septiembre, casi 68% más que los 35.700 millones de 2020.

La recaudación de impuestos provinciales también creció: 61% entre un año y otro. De todos modos, hay un dato preocupante: Ingresos Brutos, que grava la actividad comercial e industrial, y que suele ser un buen indicador de la situación económica, tuvo una variación entre 2020 y 2021 apenas unos puntos por encima de la inflación, 57%. Si no es un dato distorsionado por la terca costumbre argentina de la evasión, ahí hay una señal de alerta.


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