Tras los alegatos, Báez espera detenido la sentencia en el final del juicio por abuso sexual

"Estoy a disposición de la justicia, siempre lo estuve", dijo del dirigente de ODEL en sus últimas palabras antes del veredicto. La fiscalía y la querella pidieron que se lo declare culpable, en tanto la defensa pidió la absolución.

Entre la culpabilidad y la absolución, el próximo jueves deberá dictar su veredicto el tribunal de juicio de Roca por la causa contra el dirigente de la Organización de Desocupados en Lucha (ODEL), Miguel Báez, imputado por abuso sexual simple contra una mujer que trabajaba para la agrupación.

Luego de concluir la etapa probatoria en el juicio que inició el lunes pasado, hoy se realizaron los alegatos de cierre en la etapa final del juicio por los hechos sucedidos entre 2019 y 2020 en un local de barrio Bagliani de Roca.

El debate, atravesado por la temática de violencia de género y asimetría de poder, se llevó adelante en el subsuelo de la Ciudad Judicial y en medio de una manifestación de la organización social, que realizó un acampe afuera del recinto de tribunales en acompañamiento al imputado. Personal del COER custodió el lugar. 

Movilización de Odel en Tribunales. Fotos: Juan Thomes

En la audiencia, cada una de las partes solicitó una calificación legal para el imputado, que hace ya ocho meses se encuentra detenido.

La fiscal Belén Calarco y el abogado querellante Nicolás Suarez Colman coincidieron en el pedido de declararlo culpable del delito de abuso sexual simple reiterado (artículo 45, 119 primer párrafo y 55 del Código Penal); en tanto el abogado defensor Oscar Pineda, solicitó la absolución de su defendido, Miguel Báez. 

El relato de los hechos denunciados por la víctima y la manifestación puertas afuera fueron los condimentos principales de la jornada, en la que Báez decidió hacer uso de su “última palabra” luego de haber declarado al inicio del debate oral. 

“Estoy a disposición de la justicia, siempre lo estuve y esperaré ansiosamente el resultado»

Miguel Báez, imputado por abuso sexual simple

«Quiero agradecerles a todas las personas presentes aquí por el respeto. Es importantísimo el respeto y el diálogo y que las cosas se resuelvan de la mejor manera para que haya una solución en concreto”, aseguró Báez al final de la audiencia.  

La fiscal Belén Calarco, representante del Ministerio Público Fiscal fue la primera en alegar, luego fue el turno del querellante Suarez Colman y cerró Oscar Pineda, el defensor. 

Calarco dijo que no está de acuerdo con la teoría de la defensa de ser esta acusación parte de una “persecución política” contra el dirigente y aseguró que “los hechos sucedieron”. Argumentó que existe una relación de poder -y “dependencia”- entre Báez como dirigente de la organización y proveedor de bienes de necesidad básica (alimentos y trabajo) y los integrantes de Odel, incluida la denunciante.  

No hay una causa armada”, dijo la fiscal ya que si así fuera la víctima hubiera ganado otras cosas que no son enfermedades físicas, exposición, angustia, estrés y escraches por todos lados. 

“El daño más grande que tuvo (la víctima) fue la exposición pública. Es un doble abuso”

Belén Calarco, fiscal

Según la acusación, el dirigente incurrió en “tocamientos”, “comentarios obscenos con clara connotación sexual” hacia la denunciante, y que estos fueron en reiteradas oportunidades. Hechos que sucedieron sin el consentimiento de la mujer y mientras se encontraba trabajando, explicaron.

“Acá se está tratando un delito de abuso sexual (…). No me queda ninguna duda de que ese delito se cometió y que el autor fue Miguel Báez”, dijo por su parte el abogado querellante Nicolás Suarez Colman. 

Además, el abogado se basó en una de las testigos que pasó por el estrado durante el juicio, quien postuló que eran prácticas habituales.  “El pasaba y te apoyaba, las chicas estábamos todas vulnerables. Íbamos por una bolsa de comida, necesitábamos comer”, citó Colman

“Para discutir si la mujer fue abusada o no se quiso discutir si la mujer era buena o mala”

Nicolás Suarez Colman, abogado querellante
Fotos: Juan Thomes

En la jornada se puso en evidencia la disparidad de criterios entre las partes. Sigue en debate la veracidad de los hechos, ya que la defensa -en sus alegatos- volvió a poner en duda la credibilidad de la denunciante; mientras que la fiscalía y la querella sostienen su planteo principal y fundamentalmente en el relato de la víctima. 

Pineda cuestionó el relato de la víctima al plantear que hubo “seis declaraciones en las cuales fue cambiando su relato (sobre los hechos)” y que eso no le parece creíble, que no haya dicho ciertos sucesos graves en un primer momento. 

Además, se preguntó por qué si estos “abusos suceden en todo momento y lugar” y la denunciante “no fue la única”, por qué no aparecieron otras víctimas. 

La defensa, a cargo de Oscar Pineda, habló sobre la «vulneración» del “derecho a defensa” en estos casos donde median hechos de violencia de género. “Advierto que hemos creado un monstruo”, postuló. 

En unos días más, será el tribunal presidido por la jueza Verónica Rodríguez el que deberá dictar el veredicto. Esta instancia será el día jueves 18 de noviembre a las 13 horas en la Ciudad Judicial. 

En caso de ser hallado culpable, Baéz podría afrontar una condena efectiva ya que cuenta con antecedentes penales. Entre esas otras causas se encuentran varios hechos sucedidos en 2019 por entorpecimiento de servicios públicos, privación ilegal de la libertad personal y daños.

Padecimientos y múltiples «violencias»


La fiscal también se refirió a todos los padecimientos que tuvo la denunciante tras ser víctima de abuso.

“No sabe si va a poder conseguir trabajo después de esto porque quedó totalmente manchada”, aclaró y agregó: “Una cosa es tolerar y otra consentir. Tolerar por trabajo, tolerar par continuar con sus estudios, tolerar para poder comer”, expuso la representante de la fiscalía. 

Por su parte, el querellante sumó, en el mismo sentido, que la denunciante vivió otros hechos de violencia paralelos como cuando fue a la comisaría a denunciar y le dijeron que no podían tomarla porque no había habido acceso carnal. “Tuvo que pedir por favor que le tomen la denuncia”, resumió Colman y dijo que otra vulneración fueron los escraches que la organización hizo contra ella.  


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