Un refugio para los que no tienen voz

Martín Brítez y Patricia Secchi, de Las Grutas, encabezan un proyecto para darle hogar a animales abandonados de la región. Surgido en plena pandemia, el refugio K-llejeros ya entregó en adopción a más de 100 mascotas y tiene un staff completo para todas las necesidades.

Con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de animales en situación de calle, abandono y maltrato; el educador e instructor canino Martín Brítez y su esposa Patricia Secchi, de Las Grutas, formaron un refugio para perros y gatos.


Ante la problemática existencial del lugar, Brítez comenzó recorriendo lugares inhóspitos o basurales, donde muchas personas deciden abandonar a sus mascotas sin agua ni comida en lugar de asumir la responsabilidad que implica tenerlas en casa.

Tal es así que, el año pasado y en plena pandemia, Britez fue a rescatar a un perro al basural y resultó que eran ni más ni menos que 37 cachorros, hambrientos y en estado de absoluto abandono. La reacción inmediata del hombre, sin ningún tipo de duda, fue llevarlos a su casa. En aquel momento, el asunto era bastante complicado por la cantidad de perros. A eso, además, se sumaba el cómo trasladarlos, entre otras cuestiones. Sin embargo, el amor por los animales era tal que el hombre se las ingenió para distribuirlos en el auto: unos en el baúl, otros en el asiento de atrás y otra parte en el piso de adelante. Y desde aquel momento, la vida de esos cachorros cambió para siempre.

Parte de los cachorros rescatados de un basural, recibiendo las atenciones en el domicilio de Patricia y Martín

“La idea de formar un refugio surgió como consecuencia de haber rescatado aquella tanda importante de cachorros del basural junto con mi señora”, relató Brítez. Con un total aproximado de 50 animales que no superaban los 3 meses de vida, el educador comentó que todos fueron llevados a su propia casa. “Estuvieron allí hasta que pude darlos en adopción, con sus respectivos planes sanitarios y castración”, especificó el instructor que, junto a su familia, siempre ayudaron voluntariamente en rescatar animales y ubicarlos en hogares.

De aquellos 50 perros, solo 2 quedaron en el refugio, ya que todos consiguieron familias adoptivas. No solo eso: en el año y medio que lleva el refugio, ya se han dado en adopción un total de 93 perros y más de 20 gatos. Solo 2 canes fallecieron, uno de ellos por enfermedad y otro producto de una pelea con otro de su misma especie.

En el refugio de Las Grutas viven trece perros y tres gatos, y esperal el ingreso de un can más. Además, K-llejeros está compuesto por 11 personas.


Actualmente el Refugio K-llejeros, de Las Grutas, está conformado por un perro con sillita de ruedas -llamado Manchas- junto a otros 12 caninos y 3 felinos. Además, estos días se producirá el ingreso de una perra más. El refugio está situado en un predio privado, propiedad de la familia Britez; y hoy lo integran 11 personas de diferentes edades y ambos sexos, que se sumaron a colaborar con ellos.

Brítez aseguró que la problemática de los animales de la calle creció con el correr del tiempo y se agravó aún más con la pandemia. “Por cuestiones económicas, las familias abandonan a sus mascotas en la calle, sumando todo esto a la total falta de ayuda del estado. O la falla para establecer correctamente lo que las ordenanzas municipales refieren, como también el tener un estado municipal ausente, sin brindar capacitación o apoyo a las familias más carenciadas. Tampoco hay apoyo a los grupos dedicados a estas labores de manera voluntaria”, aseveró contundente. Y añadió que “si bien el estado provee de castración y desparasitación gratuita, nunca es suficiente si no se realizan las cosas como corresponden”.

El educador canino también comentó que “colaboramos con toda persona que nos solicite de ayuda en base a sus mascotas, como también rescatando animales en total estado de maltrato y abandono. Hoy nuestro refugio cuenta con caniles y cuchas muy amplios, para darles un tránsito cordial hasta el momento de su adopción”.

Respecto al trabajo del grupo con la atención de los animales, una vez que el animal en cuestión es levantado, se hace revisar por veterinarios que ellos mismos pagan de sus propios bolsillos, pero también cuentan con la ayuda solidaria de la gente que valoran el trabajo realizado y de manera desinteresada. Luego de la atención veterinaria del animal, y dependiendo de su estado (algunos necesitan internación), o si requiere aislamiento para cumplimentar algún tratamiento médico o curaciones, se lo traslada al refugio. “Ahí se les provee de alimento y cariño, además de la medicación”, acotó. Y agregó: “Una vez recuperado, se solicita el turno para castración. Aunque no contamos con ayuda del estado, solo las castraciones que de por sí las deben proveer y aún así a veces es difícil de conseguir”. Al momento de darse en adopción, todos los animales que se encuentran en el refugio están castrados.

Los cachorritos rescatados, en el baúl del auto antes de viajar rumbo al refugio.


Si algún animal tiene problemas de conducta, algo que muchas veces sucede como consecuencia de los diversos factores que seguramente tuvo que atravesar, Martin se encarga de la educación y de corregir dichas conductas o malos hábitos.

Además de las tareas a realizar en el refugio, la alimentación de los canes es balanceada y también se les cocina, sin descuidar la parte recreativa. Además de Martín y Patricia, el Refugio K-llejeros está compuesto por Sabina, Damián, Esther, Gastón, Cecilia, Ida, Alberto, Ariana y Silvina, de Las Grutas. Este grupo maravilloso se organiza para poder cumplir con todas las obligaciones, además de los momentos de espacios recreativos, con caminatas y juegos específicos necesarios para que el animal desarrolle una mentalidad saludable.

El amor y contención que se les brinda es parte de la cotidianidad

“El nombre K-llejeros”, aclara Britez, “no se refiere a partidos políticos, sino que la letra K se utiliza para diferenciar a un perro de trabajo o de utilidad, a uno de entorno familiar”.

Por último, pero no menos importante, el grupo intenta subsistir y conseguir dinero para sus distintas intervenciones de diversos modos: realizan artesanías para la venta, con la intención de sostener los gastos impredecibles; y además cuentan con MercadoPago, donde reciben donaciones -muy agradecidos, por cierto- en caso de que alguien desee ayudar.


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