Las mujeres de Fernández Oro que cambiaron su historia de la mano de los dulces

Inés Ríos es el motor que tracciona a diario la Cooperativa. Empezaron en el 2010 con una ollita prestada y 15 kilos de fruta juntada en las chacras aledañas. Hoy, son 16, y en Fernández Oro elaboran 5000 frascos al año.

Redacción

Por Redacción

“Al principio vamos a llegar con un caballito rengo, pero danos un tiempo y vas a ver como corremos a la par”, se ríe Inés Ríos. Empezaron en el 2010 con una ollita prestada y 15 kilos de fruta juntada en las chacras aledañas. Hoy elaboran 5000 frascos al año y proyectan alcanzar los 10.000 para destinar una parte a la exportación.


Inés Ríos, es una usina de ideas y acciones. Se conmueve cuando recuerda los inicios de la Cooperativa. También cuando cuenta las historias de cada una de las mujeres que la integran y cuando recorre su historia de vida.

Será que de chica conoció bien de cerca la pobreza: fue trabajadora rural, sabe lo que es cartonear para poder comprar un pan con su mamá y no acceder a ningún tipo de servicios. A los 21 años logró entrar a trabajar en una escuela de Cipolletti. Mamá de tres hijos varones, terminó sus estudios de grande y le agradece a su madre por haberle enseñado a trabajar y jamás claudicar. Toda su vida realizó tareas comunitarias, buscando la coherencia entre su sentir, pensar y hacer.

Inés Ríos, sonríe, conversa, piensa, imagina y le cuesta quedarse quieta. Es jueves, son las 10 y media de la mañana, y desde las 6 está junto a Olga cuidando los dulces que están al fuego, esterilizando frascos y anticipando la temporada de fruta. Hay un mate que espera, pero ellas no se detienen a descansar.

Entre las dos suman más de 120 años, y están como sincronizadas en sus movimientos y miradas. ¿Será por lo hipnótico de ese aroma en la atmósfera de ciruelas dulces y calientes? Están en un ambiente cálido, contenedor, en un galpón equipado que supieron alcanzar.

Irene Ríos es el motor de esta cooperativa que reúne a 16 mujeres de la localidad, con ganas de hacer, de “accionar para cambiar las realidades”, como dicen ellas.


Inés Ríos es el motor que tracciona a diario la Cooperativa Mujeres de Oro en Acción (MOA). Inés es la presidenta de una cooperativa que hoy se localiza y desarrolla en el Complejo Agroindustrial de la localidad de Fernández Oro, aunque comenzó en su cocina, en el 2010.

En ese momento surgió el objetivo de colaborar con la economía familiar y se propuso generar fuentes de trabajo para mujeres socialmente vulnerables que no podían acceder al mercado laboral formal.

Con las ganas y la necesidad golpeando las manos, se comenzaron a capacitar en la elaboración de mermeladas, dulces y conservas sin agregados ni aditivos. Así surgió MOA, con 16 mujeres inquietas por ver cómo aprovechar los alimentos que se producen en esta zona.

“Hay un Valle que produce de todo y se tira muchísimo. Entonces dijimos: aprendamos a hacer dulces y conservas. En la segunda reunión, surgió el nombre: Mujeres, porque éramos todas mujeres, de Oro porque de acá somos y en Acción, porque nos vamos a juntar para hacer, siempre para hacer, esa fue la idea, accionar para cambiar las realidades. Y de ahí nunca paramos”, recuerda Inés mientras recorre con la mirada las instalaciones equipadas con las que hoy cuentan.

Envasado y etiquetado. Ellas se ocupan de todo.


“Nuestro desafío más inmediato, es fortalecernos como una empresa que viva de lo que produce. Y nos interpela todos los días está decisión de organizarnos. Imagínate que nosotras somos mujeres básicas. Cuando nos empezamos a organizar lo que teníamos eran las ganas y las manos para hacer”, dice.

Aprendieron no sólo a hacer dulces aprovechando el recurso de la temporada y la cercanía, sino también a armar actas, realizar asambleas y balances, ordenarse, hasta que en el 2016 lograron la matrícula como cooperativa. También aprendieron a no tenerle miedo a lo desconocido, sino a entender que todo es una posibilidad de aprendizaje continuo.

“Hoy somos una cooperativa de dulces y conservas que elabora sus productos sin ningún agregado, solo fruta y azúcar. Pensamos en un futuro elaborar sin azúcar. Tenemos registrados diez productos y estamos en vista de incorporar y registrar productos salados como aderezos, salsas y legumbres. La idea es fortalecer y estimular el consumo de verduras y frutas de nuestro Valle”, agrega.

Este año de pandemia, no sólo elaboraron 5000 frascos de dulces, sino que habilitaron la sala de producción, registraron productos con habilitación nacional, elaboraron 1500 conservas con destino a comedores comunitarios, conformaron una ejecutora de microcréditos que nuclea a más de 70 emprendedores, pelaron fruta y pegaron etiquetas.

Irene, orgullosa en la fábrica que montaron a puro esfuerzo.


El sábado habrá una oportunidad para conocer la Cooperativa Mujeres de Oro en acción. Ese día de 9 a 14 hs. se realizará una feria de las Cooperativas que integran el Complejo Agroindustrial de Fernández Oro en Avenida 1° de Mayo y Ruta 22 (Km 1205). Miel, vinos, hierbas aromáticas, dulces, mermeladas, conservas, snacks de peras y manzanas serán algunas de las riquezas alimentarias y productivas que se mostrarán y comercializarán en el evento. Se podrá recorrer las instalaciones, conocer las historias y los rostros de las mujeres de la Cooperativa y hasta esa ollita prestada que posibilitó semejante crecimiento y desarrollo productivo.

Por Victoria Rodríguez Rey (@victoriarodriguezrey).-


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