Aliadas para la estética de la fruta

Las mallas antigranizo, de uso extendido en la región en las últimas temporadas. Además de ser utilizadas para resguardar los montes frutales de las precipitaciones, esta tecnología reduce hasta un 65% el daño por sol en la manzana y la pera.

Redacción

Por Redacción

Por INTA Alto Valle

Doble propósito. Las mallas antigranizo también protegen la fruta de las radiaciones solares.

Entre los meses de octubre y marzo se presenta la época de mayor ocurrencia de granizadas en los valles de la Norpatagonia y coincide con el periodo clave de desarrollo de las manzanas y peras.


En aquellas zonas donde los riesgos de caída de granizo son muy altos, se visualizan cada vez más montes frutales con mallas doble propósito para proteger los frutos de esos potenciales eventos climáticos.
Un equipo de profesionales del INTA comprobó que esta tecnología tiene ventajas adicionales sobre la calidad del fruto ya que lo protege además, del daño por los rayos del sol y las altas temperaturas.


Los altos niveles de radiación de la Norpatagonia y las altas temperaturas estivales causan un desorden fisiológico denominado “asoleado” o “golpe de sol” en los frutales de pepita. Este proceso afecta la calidad de los frutos y puede provocar descartes por daño por sol que pueden ascender, en el peor de los casos, hasta un 40% del total de la producción.


Las mallas mejoran la difusión de los niveles de radiación en el monte frutal, porque actúan como lo hacen las nubes, difundiendo la radiación directa proveniente del sol en todas direcciones”, señaló Dolores Raffo Benegas, investigadora del INTA Alto Valle. La especialista agregó que “esto favorece la penetración de los rayos solares dentro de la copa de los árboles y, además, inhibe aquellos niveles de radiación excesiva que generalmente ocurren en horas del mediodía con altos valores de temperatura”.


Al respecto, la investigadora advirtió: “Esto se traduce en que una planta menos estresada genera una mayor acumulación de carbohidratos que pueden producir tanto un mayor crecimiento vegetativo como un mayor tamaño de frutos”.


Este tipo de tecnología fue evaluada en la parcela de alta tecnología del INTA Alto Valle y se determinó que las mallas disminuyen entre el 40-65% el daño por sol y entre un 60-100% el daño grave que se habitualmente se conoce como “quemado” en los frutos.

“Las mallas mejoran la difusión de los niveles de radiación, actúando como lo hacen las nubes, difundiendo la radiación directa”


La incidencia y severidad del daño por sol depende de las condiciones de cada temporada, de la variedad, orientación de la plantación, sistema de conducción, manejo del riego y la nutrición y del estado general del monte.
El color es uno de los atributos de calidad más importante en las manzanas y es el resultado de la coexistencia de varios pigmentos en las primeras capas de células de la epidermis: clorofila (color verde), carotenoides (responsables del color verde/amarillo) y las antocianinas (responsables del color rojo).


La síntesis de antocianinas depende principalmente de la intensidad y calidad de la luz, la temperatura y factores de manejo en el monte, por lo que las mallas oscuras, que reducen en exceso los niveles de radiación en variedades con una genética que limite su formación de color, pueden afectar este parámetro de forma negativa. Por otro lado, las mallas claras (cristal, perla, blanca) que aumentan la radiación difusa en el monte frutal, favorecen el desarrollo de la coloración.


“Las mallas antigranizo demostraron ser una tecnología eficiente para reducir el daño por sol y daños mecánicos como los producidos por el viento y el granizo”, indicó Raffo Benegas.


Durante las ultimas temporadas, los cambios registrados en la frecuencia de granizadas, ocasionaron una importante implementación de mallas en alrededor de 2.200 hectáreas con producción de peras y manzanas en la región.
La colocación de mallas anti granizo es una inversión rentable, particularmente en zonas de mayor incidencia de granizo. El valor del producto sobre el cual va a instalarse debe absorber un aumento en los costos de producción como consecuencia de la instalación de la malla.


Es necesario tener en cuenta que la incorporación de esta tecnología afecta el microclima del monte frutal, por lo que hay que considerar nuevas situaciones en cuanto al manejo general del mismo. Al respecto, la investigadora culminó: “Hay que considerar nuevas situaciones en cuanto al manejo del vigor de las plantas, riego, fertilización, raleo y manejo de la carga frutal, control de plagas y polinización”.

Datos

40%
El descarte que puede llegar a registrarse, asociado al daño por sol en las plantaciones de pera y manzana.
65%
La reducción del daño por sol que permite la utilización de malla antigranizo.

Por INTA Alto Valle

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