Los más ricos ñoquis se disfrutan en combi por la ruta 40

Por Victoria Rodriguez Rey (@victoriarodriguezrey)

Ahí están. Sentaditos los dos, haciéndole frente al viento, de cara al río Limay, con una mesita sencilla sostenida por el peso de los potes de miel. Atrás, una combi Volkswagen modelo 86 celeste azulada que lo carga todo, la Tata lo carga todo. Todo lo que necesitan, en este momento de sus vidas, entra en ese vehículo y en la habilidad de las manos de Marcos Estanga y Jorgelina Fiore. Las condiciones climáticas no están dadas para encender los fuegos. Suele pasar, en la Patagonia, suele pasar. Entonces, aprovechan para ajustar el dibujo de la ruta, recargar condimentos e inflar los neumáticos. Ellos son Kombi Cocinera (@kombicocinera).

Confiados en sus capacidades de adaptación y en la amabilidad de los extraños, con el deseo de recorrer Latinoamérica, Marcos y Jorgelina partieron desde La Plata hacia fines de 2019 en dirección a Bolivia. Pasando por Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, Salta y cruzando la provincia de Jujuy, en Tilcara, se encuentran con la noticia de un virus de expansión mundial que nos mantuvo distanciados, aislados y desconcertados por tiempo indeterminado. Debieron volver, recuperar sus trabajos licenciados y seguir imaginando la vida en cuatro ruedas, para después del confinamiento.

Marcos es cocinero, un oficio que le permite desarrollar su magia en cualquier terreno. Jorgelina es terapeuta ocupacional y artesana. Entre los dos, van interviniendo espacios públicos, plazas, costas de lagos, ríos y rotondas, cuando encienden los fuegos de la Tata. La idea es resolverle el almuerzo a quienes andan caminando, zanjando sus tareas laborales. Sandwich de bondiola a la cerveza negra artesanal, sandwich de chorizo casero a la pomarola, con un chimi o un alioli de cilantro, cuñas de tortilla con salsa romesco, focaccia, no faltan las empanadas fritas y para las tardes de encuentro, ellos surgen con budines, tortas fritas, tarta invertida de manzanas, si los encuentra en la región de los valles.

Con una heladerita, un anafe, un espacio dedicado a frasquitos colmados con condimentos, cuchillos, espátulas, cucharas, con un orden de laboratorio, un horno con ladrillos para dos moldes y el disco para cocinar afuera, Marcos y Jorgelina viajan. Ningún plato es igual al otro, en cada puerto van incorporando las experiencias, los paisajes y los sabores de una vida itinerante.

No tienen plazos de tiempo, sólo saben que hoy es 29 de octubre y elaborarán religiosamente ñoquis en alguna plaza del sur. Siguen camino por ruta 40 hasta Ushuaia solo por el gusto de ver como la cordillera se sumerge en el mar, tomar envión y rum rum irse pal norte.

Ñoquis a la kombi cocinera

Ingredientes
– 1 kg de papa
– 400 g harina 000
– 1 huevo
– tomillo silvestre (de Valle Grande, Mendoza)
– ½ cucharada de polvo de hornear

Para la salsa
– 200 g de gírgolas (de Centenario, Neuquén)
– 100 g hongos de pino (de San Martín de los Andes, Neuquén)
– 400 cc crema de leche
– queso parmesano a gusto
– 1 puerro
– ½ vaso de vino blanco
– sal y pimienta a gusto

Procedimiento

Cocinar la papa entera con cáscara. Cuando esté cocida pelar en caliente y pisarla. Cuando el puré este tibio agregar el huevo, el tomillo y mezclar. Tamizar y agregar el harina y polvo de hornear. Unir sin amasar. Dejar reposar el bollo.

Para la salsa, remojar los hongos de pino y las gírgolas en agua caliente con un saquito de té, hasta que estén tiernos. Cortarlos en cuartos y el puerro en siflet (en diagonal). Saltear el puerro en manteca. Retirar. Cocinar las gírgolas con aceite sin agregarle sal (para que no pierdan agua) y dorarlas. Agregar el puerro. Levantar con vino blanco. Evaporar. Cortar en tiras los hongos de pino. Incorporarle la crema y condimentar.

Con el bollo hacer choricitos y cortar los ñoquis. Cocinarlos en abundante agua. Colocarlos en la salsa y agregarles el queso parmesano. Gratinar. Disfrutar, siempre disfrutar.