«El último duelo»: violencia machista y una mujer valiente en el corazón del medioevo
En el filme dirigido por Ridley Scott y que está disponible en los cines de la región, una dama decide no callar una violación pese al peligro que supone para su vida. Entrevista con la actriz Jodie Comer.
La actriz británica Jodie Comer, quien tras su multipremiado papel en la serie «Killing Eve» toma el rol femenino central de «El último duelo», la película de Ridley Scott disponible en los cines de la región, en la que encarna a una dama medieval que decide no callar una violación pese al peligro que supone para su vida, aseguró que este tipo de filmes son importantes porque «mantienen la conversación en movimiento».
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«Es una película dura, mirarla es incómodo, pero no creo que eso signifique que debamos evitar contar estas historias. Espero que nos haga pensar a todos más en profundidad acerca de nuestras propias experiencias de vida, cómo obramos y qué aprendimos de lo vivido, o que nos permita cuestionar nuestros propios actos», invitó la actriz.
La película narra la historia real del último juicio por combate de la historia de Francia, en el siglo XIV, cuando dos nobles, Jean de Carrouges (Matt Damon) y Jacques Le Gris (Adam Driver), definieron por la espada y frente a la Corte real en su totalidad la denuncia de la esposa del primero, Lady Marguerite (Comer), quien acusaba al segundo de haberla violado.
Al elenco estelar del filme se suma Ben Affleck, quien además de encarnar al duque Pierre d’Alençon, del que Le Gris era mano derecha, se encargó de coescribir el guion junto con su gran amigo Damon y la escritora y directora neoyorquina Nicole Holofcener.
El proyecto, el primero que redactan juntos Damon y Affleck desde «En busca del destino» en 1997, con el que entraron muy jóvenes por la puerta grande de Hollywood -premio Oscar incluido- se basa en el libro de investigación del crítico literario estadounidense Eric Jager, y propone un relato que dialoga con el debate actual urgente sobre la violencia machista, el abuso sexual y el consentimiento.
«Espero que dispare conversaciones personales y a una escala más amplia», señaló Comer, en una charla con Télam y otros pocos medios regionales en la que también departió Holofcener.
«Desde el comienzo Matt y Ben supieron, porque ellos comenzaron y yo ingresé después, que no querían hacer una película sobre un típico villano violador. Tiene más capas y matices según cómo se lo vea», recordó la guionista, en relación a cómo encararon los tres el retrato de un hecho que desde fines del 1300 hasta la actualidad había dejado en un segundo plano el reclamo de Lady Marguerite.
Incluso hasta la publicación del libro de Jager en 2004, el rol de la mujer en el episodio había sido cubierto de un manto de supuestas dobles intenciones. En concreto, se sospechó que Marguerite había mentido para perjudicar a Le Gris, antes amigo pero por entonces declarado enemigo de de Carrouges.
Por ello, Damon, Affleck y Holofcener plantearon la cinta como un relato dividido en tres partes, respectivamente desde la perspectiva del esposo, el violador y la víctima.
«Creo que fue claro que encontrar el balance correcto al escribir la parte de Le Gris fue definitivamente lo más complicado, porque tiene una mirada tan sesgada, es tan obtuso y ególatra, que hicimos un gran esfuerzo en lograr que se creyera que este tipo realmente nunca pensó que había violado a nadie», amplió la guionista.
En la cinta, por lo tanto, el espectador asiste a las mismas escenas más de una vez, solo que con diminutos cambios que operan gigantescos virajes de sentido según de quién sea la óptica: «Fue un desafío poder crear un arco narrativo que tuviera sentido y que las diferentes secciones fueran suficientemente distintas pero a la vez similares. Los actores hicieron un gran trabajo al retratar los pequeños matices de la trama».
En una época en la que las mujeres no podían hablar si no se les dirigía la palabra, Comer destaca al componer a un personaje apoyado en sutilezas. Su comunicación no verbal, la forma en que se para, en que se mueve o en que mira o no a los ojos de otras personas presentaron para la actriz nacida en Liverpool un interesante reto.
«Realmente se trató de entender cuán poca capacidad de acción tenía en ese tiempo. Cómo necesitaba estar siempre alrededor de su esposo, y cómo cuando él estaba de viaje ella disfrutaba de su libertad y poder disponer más lo que quisiera», compartió la actriz reconocida por su papel como la tan sádica como encantadora asesina serial Villanelle de «Killing Eve», sobre su enfoque en este trabajo.
Me sentí muy empoderada por Marguerite, y creo que la gente puede llevarse esa resiliencia, esa voluntad de luchar por lo que es correcto en cualquier aspecto de la vida».
Jodie Comer.
«Quise asegurarme de que tuviera una personalidad -añadió-. En los filmes de época, como las mujeres tienen que presentarse a sí mismas en una cierta manera la actuación de la actriz puede volverse muy rígida por temor a moverse fuera del casillero que tiene que ocupar».
Una de las secuencias que se repite pero en distintas perspectivas es aquella en la que Le Gris asalta sexualmente a Lady Marguerite durante un viaje de Sir de Carrouges a París, que la había dejado desprotegida en el castillo.
«Rodamos la escena de Marguerite primero, que fue lo que le pedí a Ridley. Y creo que fue definitivamente la decisión correcta. Una vez que establecimos lo que queríamos hacer con esa escena, luego pudimos plantearnos cómo convertir a mi personaje en complaciente para la otra secuencia, utilizando el mismo diálogo», rememoró Comer.
«Fue un set muy seguro -afirmó-; cuando terminábamos cada toma todos se iban de la habitación dándonos cinco minutos para calmarnos, pensar lo que habíamos hecho, ver si teníamos que hacer algo diferente. No sé si fue algo que me pusiera a pensar en el instante, pero sí cuando vi la película quedé muy contenta con cómo retratamos ese momento».
Finalmente, la actriz valoró el rol que cumplen este tipo de filmes y el arte en general para mantener «la conversación en movimiento»: «Me sentí muy empoderada por Marguerite, y creo que la gente puede llevarse esa resiliencia, esa voluntad de luchar por lo que es correcto en cualquier aspecto de la vida».
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