El Nobel de Literatura, una voz para los refugiados
Autor de diez novelas, de las cuales sólo tres se conocen en castellano, el tanzano Abdulrazak Gurnah fue elegido por la academia sueca por sus obras que narran los destinos del refugiado en el abismo entre culturas y continentes”.
El nombre del nuevo Nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah, no suena mucho por estas tierras. Pero este escritor de origen tanzano es hoy una voz para los miles de refugiados del mundo. Y ha sido un agudo observador de los efectos del colonialismo y la inmigración durante una carrera de 35 años. Fue justamente por eso que la Academia sueca lo eligió: “por su penetración inflexible y compasiva de los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados en el abismo entre culturas y continentes”, según el fallo.
Post Covid: ¿quién se hará cargo?
Gurnah, él mismo exiliado que huyó de Tanzania a Reino Unido, instó a Europa a ver los refugiados venidos de África como una riqueza, alegando que no llegan con “las manos vacías”. “Muchas de estas personas que vienen, vienen por necesidad, y también, francamente, porque tienen algo que dar. No llegan con las manos vacías”, afirmó el escritor en una entrevista a la fundación Nobel tras recibir la noticia.
Aunque la Academia lo sitúa en la tradición literaria de lengua inglesa, “se tiene que subrayar que rompe conscientemente con las convenciones, transformando la perspectiva colonial para poner en valor la de las poblaciones locales”, según el jurado del Nobel.
Su obra se aleja de las “descripciones de estereotipos y abre nuestra mirada a una África Oriental diversa culturalmente, que no se conoce bien en muchas partes del mundo”, añadió.
“Solo quiero escribir con la mayor veracidad posible y tratar de decir ‘algo noble’”, explicó en una entrevista concedida en Alemania en 2016 este autor que comenzó a escribir tras trasladarse al Reino Unido a finales de los años 1960 para estudiar. “Fue en los primeros años de vivir en Inglaterra, cuando tenía unos 21 años, cuando empecé a escribir”, explicó en una ocasión al diario británico The Guardian.
Gurnah es el primer africano en ganar el premio, considerado el más prestigioso de la literatura mundial, en casi dos décadas. A su vez, es el quinto en la general, después de Wole Soyinka de Nigeria en 1986, Naguib Mahfouz de Egipto, en 1988; y los ganadores sudafricanos Nadine Gordimer en 1991 y John Maxwell Coetzee en 2003.
“En cierto sentido, fue algo con lo que tropecé por accidente más que el cumplimiento de un plan”, reconocía. “En gran medida, tuvo que ver con la abrumadora sensación de extrañeza y diferencia que sentí allí”, recordaba sobre sus primeros años de emigración.
De las obras del escritor tanzano, solo tres se han publicado en español, entre ellas “Paraíso” -que publicada en 1994 y que fue nominada al Booker Prize-, una historia de iniciación en la que Yussuf, un niño africano, se construye en relación con la injusticia del colonialismo europeo y el conflicto entre los musulmanes y los cristianos en el este del continente. La novela aparece descrita como una saga, como una historia casi de aventuras que para los lectores europeos tiene formas ya conocidas: Isak Dinesen y William Boyd fueron las comparaciones empleadas.
También figura “En la orilla”, que narra la travesía de un hombre que llega desde una isla del océano Índico a Gattwick, con una simple maleta en la que no hay más que incienso. En Londres se cruzará con otra emigrante que fue importante en su pasado y que moldeará su experiencia de la migración.
Finalmente, el tercer título en español es “Precario silencio”, publicada en 1996, y que narra la historia de un joven que regresa a Zanzíbar 20 años después de marcharse a Inglaterra, donde se casó con una británica y trabajó como profesor.
Migración e identidad
Nacido en 1948 en Zanzíbar, el escritor estudió en la universidad Bayero Kano en Nigeria, y luego se trasladó a la Universidad de Kent, donde obtuvo su doctorado en 1982.
El escritor se jubiló recientemente como profesor de Literatura Inglesa y Postcolonial en la Universidad de Kent y vive en Brighton, en el sur de Inglaterra.
“Todos los relatos de Gurnah se basan en el impacto que emigrar a un nuevo contexto geográfico y social tiene en la identidad de sus personajes”, escribió sobre él el académico Luca Prono en la página web del British Council, organismo público que promueve la cultura británica.
“Las cuestiones que planteo no son nuevas”, reconoció el escritor a The Guardian sobre su propio trabajo. “Pero si no son nuevas, están firmemente influenciadas por lo particular, por el imperialismo, por la dislocación, por las realidades de nuestro tiempo”, consideraba. “Y una de las realidades de nuestro tiempo es el desplazamiento de tantos extranjeros hacia Europa”, añadía.
Así, en 2002, con “By the Sea”, Gurnah volvió a tratar el tema mediante la historia de Saleh Omar, un solicitante de asilo que acaba de llegar al Reino Unido.
Sus últimas obras incluyen “Deserción”, de 2005, preseleccionada para el premio de escritores de la Commonwealth de 2006, y “The Last Gift” (2011), que la revista Publishers Weekly describió como una “novela inquietante” que contiene “una trama sólida con poderosas reflexiones sobre la mortalidad, el peso de la memoria y la lucha por establecer una identidad poscolonial”.
La última novela de Gurnah, “Afterlives”, salió a la venta el año pasado y cuenta la historia de un niño que fue vendido a las tropas coloniales alemanas.
El nombre del nuevo Nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah, no suena mucho por estas tierras. Pero este escritor de origen tanzano es hoy una voz para los miles de refugiados del mundo. Y ha sido un agudo observador de los efectos del colonialismo y la inmigración durante una carrera de 35 años. Fue justamente por eso que la Academia sueca lo eligió: “por su penetración inflexible y compasiva de los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados en el abismo entre culturas y continentes”, según el fallo.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios