Gasto y emisión, la receta hasta fin de año
Pese a la resistencia de Guzmán, se impuso el libreto K de inundar de pesos la economía antes de noviembre. Las iniciativas que se anunciaron y las que vienen.
“El carácter no es producto de las circunstancias, es lo que sobrevive a pesar de ellas” reza una célebre frase de la psicología.
Una prueba de carácter fue justamente lo que atravesó el gobierno en las dos semanas posteriores a la derrota electoral en las PASO. Una prueba que puso contra las cuerdas la gobernabilidad, y que expuso públicamente como nunca antes las enormes diferencias que existen a nivel interno en el oficialismo, en relación a la forma de conducir el país, y especialmente la economía.
Tras el cimbronazo y la descarnada puja de poder desatada hacia el seno del Frente de Todos, el reacomodo de piezas en el gabinete nacional, parece haber re enfocado al gobierno en el hacer, con Juan Manzur como pieza central que ordena la gestión, y Aníbal Fernández como el puente de equilibrio político entre el kirchnerismo y el albertismo y virtual nuevo vocero ante la prensa. Los últimos días estuvieron signados por un cambio intencional hacia dentro en la forma de trabajar, y hacia afuera en la forma de comunicar. También por el énfasis en las medidas económicas de cara a la elección general, donde se juega buena parte de la suerte del gobierno en los dos años restantes de mandato.
En este sentido, la semana estuvo cargada de significado y señales en relación al futuro inmediato. Por un lado, la disputa discursiva entre la Vice Presidenta Cristina Fernández y el Ministro de Economía Martín Guzmán continuó cuando el funcionario contestó las críticas que recibiera la semana pasada. Por el otro, la batería de anuncios en materia económica que el gobierno pretende utilizar como plataforma para relanzar la campaña de cara a las elecciones de noviembre.
En relación a lo primero, Guzmán guardó hasta esta semana su respuesta pública a las críticas de Cristina. “En la carta, ella considera que hay un ajuste fiscal, aunque le digan que no. Yo soy uno de los que le dice que no: en la Argentina ha habido una política fiscal expansiva” manifestó el Ministro. Lugo diferenció conceptos y agregó que en Argentina “no hubo ajuste”, sino que el gobierno logró una “reducción del déficit, que es muy distinto”.
No obstante, el mismo día que habló Guzmán, se conoció el resultado fiscal del mes de agosto, el cual confirma los números que Cristina anticipara la semana pasada en su carta al Presidente: llegado el mes de agosto, y sin contabilizar la incidencia del aporte extraordinario de las grandes fortunas, el déficit fiscal primario es del 2% del PBI y el financiero (luego de intereses de la deuda) llega al 2,5%. Si se cuenta el aporte extraordinario, el rojo se reduce hasta el 1% y el 1,5% del PBI, respectivamente.
No hay dudas respecto a una cosa. Con precios de la soja altos como nunca antes en los últimos años, el aporte de las grandes fortunas, y un recorte minucioso sobre gastos puntuales, Guzmán ha logrado este año sobre cumplir la pauta presupuestaria en cuanto al rojo de las cuentas públicas.
Los juicios de valor respecto a ese resultado, transitan un carril distinto. El dato es una aberración en el manual kirchnerista, y es un sobresaliente en los pasillos del Fondo Monetario.
El gráfico que acompaña la nota muestra los datos de 2021 en perspectiva, en relación a los años del periodo 2016-2020. Sorprende que hasta el mes de julio, solo el déficit de 2019, en pleno plan de ajuste de la gestión Macri, es menor al de 2021.
El punto de quiebre se da en el mes de agosto, cuando Guzmán empezó a abrir la billetera en vísperas de las PASO. Desde ese mes se observa como el rojo se incrementa considerablemente.
En el cuadro que acompaña la nota, la consultora del economista Carlos Melconián le pone números a trazo grueso a la dinámica de ingresos y gastos. En la estimación del ex funcionario macrista se aprecia con claridad que los buenos números del primer semestre se fundamentan en el fuerte crecimiento interanual de los ingresos (+74%) y en el freno a los gastos (+29%). En el stop a los gastos, resalta la fuerte reducción a los gastos específicos por la pandemia (-60%), entre los cuales se incluyen el IFE y el ATP.
Melconian estima que pese al incremento del gasto que tendrá lugar en los últimos cuatro meses del año, el déficit financiero no debiera superar el 3,3% del PBI a fines de 2021. Con todo, y pese a las medidas que se anunciarían, Guzmán podrá exhibir buenos resultados de cara al acuerdo con el Fondo.
Respecto a lo que se viene de cara a noviembre, la receta escrita sobre piedra en el decálogo de una derrota electoral, es evidente: multiplicar el gasto acudiendo a la emisión monetaria.
Todos y cada uno de los anuncios, tanto aquellos concretos como aquellos que están en carpeta, siguen al pie de la letra la premisa de “poner plata en el bolsillo” de los argentinos.
El anuncio del incremento en tres tramos al salario mínimo vital y móvil (SMVM) y la suba del mínimo no imponible de Ganancias hasta $175.000, son las primeras de una serie de medidas con las cuales el gobierno espera modificar la “sensación térmica” de cara a las elecciones generales.
Con precios de la soja altos como nunca antes en los últimos años, el aporte de las grandes fortunas, y un recorte minucioso sobre gastos puntuales, Guzmán ha logrado este año sobre cumplir la pauta presupuestaria en cuanto al rojo de las cuentas públicas.
A la lista hay que sumar un bono extraordinario a jubilados y pensionados, una posible nueva ronda de IFE, y los créditos a tasa cero para monotributistas. Estos últimos fueron solicitados por unos 155.000 contribuyentes, y ya volcaron $18.000 millones desde agosto, apenas un 25% de los $72.000 millones que esperan otorgar quienes movilizan el programa.
Además hay dos iniciativas que traerán polémica. La primera es un proyecto ingresado esta semana por el Presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa, que propone por un lado extender la moratoria impositiva aprobada el año pasado, y por el otro estipula lisa y llanamente una condonación de deuda para contribuyentes morosos. En el caso de la moratoria que incluía deudas vencidas hasta el 31/7/2020, la intención es una ampliación que habilite a ingresas deudas vencidas hasta el 31/8/2021. Para el caso de la condonación, la misma alcanzaría a deudas con Afip de hasta $100.000 con foco especial en las mipymes, el segmento más golpeado por las restricciones. El costo fiscal sería de otros $13.000 millones.
Por último, la iniciativa que tal vez genere más polémica, es motorizada por el flamante Jefe de Gabinete de Ministros, Juan Manzur. El ex gobernador de Tucumán desembarcó en el gobierno nacional con un proyecto bajo el brazo para otorgar una jubilación anticipada a trabajadoras y trabajadores que cuentan con los 30 años de aportes correspondientes, pero no aun no cumplieron al edad que establece la ley para acceder al beneficio previsional. Ese límite está fijado en 60 años para las mujeres y en 65 para los varones. La idea de Manzur es habilitar la posibilidad de que unos 500.000 nuevos beneficiarios del sistema previsional, accedan a un porcentaje de entre el 50% y el 80% del haber que les correspondería al cumplir la edad que estipula la ley.
“¿Qué elección se perdió? Si nosotros no perdimos contra ellos”.
Anibal Fernández – Ministro de Sefuridad de la Nación
Más allá de las medidas coyunturales que el gobierno pondrá en marcha en los próximos meses, el proyecto de jubilación anticipada es polémico en tanto plantea un gasto extra pero al mismo tiempo estructural, que incidiría en el costo del sistema previsional mucho más allá del límite temporal de las elecciones de noviembre.
No obstante, los especialistas en asuntos previsionales señalan que en la coyuntura económica actual, la medida podría servir para contener la situación crítica de un segmento importante de adultos mayores, y resaltan a la vez la necesidad de dejar de aplicar parches al sistema previsional para encontrar definitivamente un sistema unificado, con reglas universales, claras y permanentes.
El tsunami político interno parece haberse disipado puertas adentro del gobierno. Lo que ha quedado en pie es un Ministro de Economía que se ve obligado a “soltar” los recursos que cuidó con recelo en la primera parte del año, y una de las visiones internas que claramente salió fortalecida: la de Cristina Fernández, cuyo imperativo fue erogar desde el Estado con más énfasis a fin de mejorar la ecuación media de ingresos.
Levantar la cabeza, dar buenas noticias económicas, evitar polémicas, y re encauzar el discurso parece ser la premisa en adelante. Quien mejor que el flamante Ministro de Seguridad para definir la estrategia. “¿Qué elección se perdió? Si nosotros no perdimos contra ellos”, manifestó esta semana Aníbal Fernández. El razonamiento radica en que del lado de Juntos por el Cambio existió una interna, mientras que el oficialismo eligió para las primarias una lista de unidad. La tónica que parece haber elegido el oficialismo es muy similar a aquella utilizada por Mauricio Macri cuando tras las PASO de 2019 afirmaba que “la elección no sucedió”.
No le alcanzó al macrismo en 2019 la estrategia de negar la derrota e inundar de pesos. La actual gestión parece convencida de que esta vez será distinto.
Dato
- 2,1%
- El rojo fiscal primario luego de los ocho primeros meses del año 2021. El Presupuesto estipulaba un 4,5% para todo el año.
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