Agustín Domingo, a fondo: «Hay enojo por la crisis económica»
El ganador de las elecciones del domingo pasado nació en Escocia, se nacionalizó argentino hace 13 años, se crió en Roca y vive en Bariloche. Mano a mano con RÍO NEGRO en su casa.
Aun recostado en su perfil técnico, donde más seguro se siente, Agustín Domingo se muestra volcado de lleno a la arena política y disfruta sin efusiones del triunfo del último domingo, que lo dejó con un pie y medio en la Cámara de Diputados.
El primer candidato de Juntos Somos Río Negro reconoció que el resultado, de algún modo, superó las expectativas de esa fuerza y leyó lo ocurrido como un evidente castigo al gobierno nacional y a su incapacidad para encontrar soluciones a la crisis de la economía.
Con estudiada ecuanimidad aclaró luego que en ese terreno hay culpas compartidas del gobierno anterior (hoy Juntos para el Cambio), pero luego desgranó varias recetas y posibles soluciones que calzan como un guante en el ideario fiscalista del macrismo.
Domingo atendió ayer desde temprano a 16 radios de toda la provincia y momentos antes del mediodía recibió a RIO NEGRO en su casa del barrio El Faldeo.
Habló de su trayectoria profesional, que incluye un paso por la consultora multinacional Price Waterhouse y un inicio en la función pública de la mano del exgobernador Carlos Soria.
-En la previa de la elección eran varios en su partido los que esperaban un mano a mano con el Frente de Todos y algunos no veían con malos ojos terminar segundos por poco ¿Los sorprendió el resultado?
-Nos sorprendió gratamente. De entrada nos veíamos en un escenario de polarización, como se dio en el resto del país. Pero no hubo polarización. No fue una pulseada con el FdT, fue distinto, por la buena elección de Juntos por el Cambio.
-¿Cuándo empezaron a percibir el resultado?
-Recién cuando se cerró la votación. No tuvimos indicios antes. Queríamos salir primeros, por supuesto, pero era más una expresión de deseos.
-¿Qué evaluación puede hacerse sobre las motivaciones del voto?
-Creo que valoró la propuesta que nosotros hicimos, el privilegiar los temas que preocupan a los rionegrinos. Eso tuvo aceptación. Hablar de cuestiones específicas como las economías regionales, el federalismo, los recursos para las provincias. Aunque también planteamos otros temas en la campaña pero que son nacionales, pero que los grandes partidos eluden. Como la cuestión laboral y la inflación. Hay que discutir esos temas con vocación de diálogo y con búsqueda de acuerdos. Es lo que le criticamos a los partidos nacionales, que profundizan las diferencias y no tienen vocación de diálogo. Esa fue una de las cosas que castigó el electorado. Hay un enojo con la no resolución de los problemas económicos.
-Proponerse como defensores de los intereses rionegrinos suena seductor, pero tiene su límite. En el Congreso deberán tomar posición sobre otros temas en los que no es tan visible si convienen o perjudican a la provincia. Como pasó con el aborto, con la educación. ¿No faltan definiciones de Juntos en esos temas?
-Nosotros abrimos varias discusiones de ese tipo y no vimos mucho eco del otro lado en aceptar esos debates. La reforma laboral, por ejemplo. El gasto público y el equilibrio fiscal. Tal vez se discutió más en Buenos Aires, con los libertarios, pero no pasó acá.
-¿Hay miradas distintas en JSRN, celos, tironeos entre Weretilneck y Carreras? La gobernadora se apuró el domingo a viajar a Viedma y no estuvo en los festejos en su ciudad.
-Lo que prevaleció ayer fue la cautela. Más allá de que era imposible contener la alegría, es una elección PASO y nada más que eso. No hubo viajes para festejar. La gobernadora se fue a Viedma porque tenía agenda de trabajo hoy. Diferencias seguramente que las hay. Pero hay también una mirada de conjunto a la hora de tomar las grandes decisiones y eso es lo importante. Hay una misma visión y una propuesta unificada, se notó en toda la campaña.
-¿Qué tan determinantes son las PASO? No hay antecedentes de grandes cambios pero ¿qué puede pasar en noviembre?
-Nosotros creemos que lo nuestro es un piso. Analizaremos el resultado localidad por localidad para ver qué temas relevantes no incluimos y trabajar sobre eso. Apostamos a fidelizar el voto que logramos, y de allí aumentar.
-¿Crecer a costa de quién?
-No vamos a definir nuestra estrategia en ir a buscar el voto de ningún espacio, sino en ver qué temas faltan en la agenda y profundizar por ahí. Cómo será el voto en la general, si cambian respecto de las PASO y eligen otro espacio, es algo que quedará a decisión de la gente.
-¿Se sienten más cerca del radicalismo de De Rege, por ejemplo?
-No, no hemos hecho ese análisis. Nos sentimos seguros en nuestra propuesta y eso es independiente del perfil del votante de otros espacios.
-¿El votante castigó o premió? ¿votó con ilusión o más bien con espíritu de revancha?
–A nivel nacional creo que sí hubo un castigo visible al oficialismo por los problemas económicos. Problemas que estaban antes de la pandemia y que se agravaron. Así como hubo un voto similar en 2019 al oficialismo de aquel entonces. Por eso la oposición tiene que ser muy prudente. Esto no es un traspaso de mando anticipado. Yo interpreto que son los desaciertos económicos los que definieron el voto, muy por encima de los sanitarios. Y creo que son corresponsables tanto Cambiemos como el Frente de Todos en esos problemas. Así que hay que leer muy bien el resultado de las urnas, con humildad y responsabilidad.
-¿En qué temas se ve trabajando en el Congreso? Uno se lo imagina con algún protagonismo en el debate del presupuesto, pero no será lo único.
-Sí, el presupuesto, la coparticipación, pero también todo lo que tiene que ver con nuestras economías regionales: el turismo, los hidrocarburos, agricultura, ganadería y pesca. No solo lo que es hacienda pública.
-Va a debutar en un cargo legislativo, porque sus antecedentes en la función pública fueron en el Ejecutivo ¿cómo se inició?
-Cuando me recibí de contador público trabajé un año y medio en el gobierno de la provincia de Buenos Aires, en el ministerio de Economía, y ahí hice una maestría en finanzas públicas. Después trabajé en el sector privado, me interesaba entender cómo funcionaban las empresas. Volví cuando me convocaron para hacerme cargo de Rentas de Río Negro ni bien asumió Soria con Weretilneck. Ahí tuve mi primer cargo de responsabilidad en el Estado.
-¿Tenía alguna militancia previa? ¿por qué lo llamó Soria?
-No, no tuve militancia ni tampoco había votado en los 80 y 90 porque no tenía documento argentino. Nací en Escocia, por una casualidad. Mi viejo había ido a hacer un doctorado. Bastante después, en 2008, me nacionalicé. Siempre me gustó el Estado desde la función pública. Los problemas económicas, la cantidad de cosas que se pueden hacer desde adentro. Yo me crié en Roca y tenía muchos amigos que estaban en el gobierno de Carlos Soria en el municipio. Me gustó mucho el trabajo que hizo, porque yo viví en Roca en los 80 y vi cómo transformó la ciudad. Eso me despertó mucha atención. Cuando vieron que podían ganar las elecciones de 2011 empezaron a hacer reuniones para armar los equipos técnicos. Yo participé en algunas de esas reuniones y ahí manifesté mi intención, en caso de ganar, de formar parte de ese gobierno.
-Habló de la inflación como un factor de alta influencia en el voto de ayer. ¿Cómo se soluciona?
-Una de las claves para combatir la inflación pasa por la cuestión fiscal. Transparentar cuál es el déficit que existe actualmente y cómo se va a financiar hasta llegar a un equilibrio, en equis tiempo. Cuánto con deuda, cuánto con emisión. Dejar en claro esto. Y tiene que surgir de un gran acuerdo con la oposición. Si el gobierno pretende imponer una receta de espaldas a la oposición es muy difícil. A partir de ahí discutir la composición del gasto, qué porcentaje del PBI vamos a destinar a subsidiar la economía, cuánto a planes sociales, cuánto a sostener el sistema previsional y qué ajuste se va a hacer en ese sistema. Si no discutimos cuál es el tamaño del gasto que somos capaces de soportar con la estructura impositiva que tenemos van a seguir los desequilibrios macroeconómicos y la inflación, de los que no podemos salir.
-Aunque habló de culpas compartidas, uno lo escucha hablar y encuentra una coincidencia muy marcada entre sus posiciones y las de Juntos para el Cambio.
-No sé. Son opiniones objetivas. Lo que yo digo es «discutámoslo». Si hay otra mirada no sé cuál es, más allá de decir que la inflación es multicausal. Puede que lo sea, pero una de las causas indudables es la emisión que financia el déficit.
-El gobierno en el primer semestre de este año ajustó por distintas vías, bajó mucho el déficit y achicó el nivel de emisión, pero la inflación se mantuvo en niveles del 50% interanual.
-Porque los efectos se ven en plazos más largos, y tiene que partir de un consenso. Lo vemos en nuestros países vecinos. Uno ve alternancia política en Perú, en Chile, en Bolivia, sin embargo macroeconómicamente están estables. Eso es porque los acuerdos están. Tenemos que ir hacia ahí.
-Lo que usted sostiene debe coincidir casi sin fisuras con lo que dicen los negociadores del FMI en las reuniones con el gobierno para buscar un acuerdo por la deuda: reducir el gasto, déficit cero, plan de largo plazo, acuerdo político amplio.
-Son cuestiones de sentido común. Parece mentira que nos tengan que seguir viniendo a decir eso.
-Se habla mucho también de que pedirán una reforma laboral ¿cuál es su postura?
-Detrás de la bandera de la defensa de los derechos de los trabajadores se está ocultando algo innegable: que la mitad de la población está bajo alguna forma informal de vinculación. Empleo en negro, monotributistas, cooperativas de trabajo. Las leyes que tenemos no ayudan a la contratación formal. El problema que plantean las pymes cuando uno recorre la provincia es básicamente la indemnización por despido. La propuesta no es eliminarla sino reemplazarla por un sistema que no desincentive la generación de empleo. Algo como tiene la actividad de la construcción, o un mix, que siga estando la indemnización por despido pero con un tope, como un seguro con franquicia, que también es una propuesta interesante. Hay que discutirlo. Hay pequeñas empresas o emprendedores que prefieren achicarse y no contratar personal, porque el riesgo de un despido es enorme.
-¿Usted cree que no hay voluntad de discutir estos temas?
-Pasa un poco eso. Pero alguna vez hay que abordarlo. La indemnización parece que es una protección, pero la cobra solo el que es despedido sin causa. En un sistema de seguro todo aquel que deja una relación laboral cobra ese crédito que acumuló por antigüedad. Permitiría incentivar el empleo y ampliar derechos de los trabajadores, que accederían a una obra social y un montón de cosas que hoy no tienen. Los números actuales indican que las reglas no han sido beneficiosas.
-Larreta dijo algo muy parecido.
-Sí, pero los medios lo presentan como que «Larreta propone eliminar la indemnización por despido». La verdad que no es eso. Es cambiar el régimen. Plantearlo como una quita de derechos no evidencia voluntad de diálogo sino solo de cancelar la discusión.
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