Con la mira en noviembre, el Gobierno apuesta a incentivar el consumo y la ayuda social con más emisión
Es la estrategia que utilizará el oficialismo para intentar cambiar la tendencia de las PASO. No se descarta que se profundicen las tensiones cambiarias.
Los números finales de esta primera gran encuesta nacional que está representada en la PASO tendrán impacto en la economía, por lo menos, en lo que al corto y mediano plazo se refiere.
Las estrategias de cada uno de los candidatos en los próximos 60 días será clave para intentar cambiar la intención de voto en alguno indecisos o para tentar la participación de aquellos ciudadanos que ayer, por alguna causa, no se acercaron a las urnas.
Pero en esta nueva instancia, el Gobierno corre con el “caballo del comisario”. Son pocos lo que dudan que, a partir de hoy, el oficialismo colocará más dinero en los bolsillos de los consumidores y aumentará la ayuda social intentando generar un escenario de cierto bienestar, apoyado por indicadores económicos que reflejen una recuperación en actividades puntuales. La oposición no tiene forma de hacer frente a este juego que propone el Gobierno. Solo tiene la palabra.
En esta misma línea no hay que descartar que, los próximos dos meses, el Banco Central (BCRA) emita una cantidad de dinero adicional que termine profundizando las distorsiones macro que ya se observan -con preocupación- en la economía del país.
El analista Enrique Szewach asegura que, por la expansión del gasto público electoral, el BCRA emitirá más de 1,5 billones de pesos en el semestre, a lo que hay que sumar los cerca de 700.000 millones para poder hacer los intereses de la deuda remunerada. En un contexto de tasas de interés negativas en el sistema financiero, en el que desalienta la demanda de pesos, resulta probable que parte esa emisión finalmente se termine orientando a la compra de dólares: afectando las siguientes variables del mercado cambiario:
-El dólar paralelo. Parte de estos pesos que se emitan pueden derivarse al mercado marginal y esto generaría una presión aún mayor sobre la brecha cambiaria. Sin ayuda de “manos amigas”, el BCRA deberá intervenir en el mercado liquidando sus reservas.
-Demanda de importadores. El excedente de pesos podría destinarse para anticipar la compra de importaciones y cerrar operaciones sabiendo que el BCRA con pocos dólares, tarde o temprano, pondrá más restricciones para cederlas o aumentará el precio al cual vende hoy sus dólares.
-Exportadores reticentes. En este contexto cambiario, las empresas buscarán retrasar los más posible sus liquidaciones a la espera de algunas correcciones en el tipo de cambio, teniendo en cuenta el retraso que está sufriendo la divisa varios de los sectores ligados al comercio exterior.
¿Se acelera la inflación?
Será difícil poder sostener la inflación por debajo del 2% en los próximos doce meses teniendo en cuenta la inercia de precios que arrastrará el último semestre de este año producto de la emisión electoral.
Desde el Gobierno apuntalarán en los próximos días las políticas de control de precios y la firma de nuevos acuerdos con la industria para sostener los alimentos básicos de la canasta sin grandes saltos. Puede que esto tenga algún resultado de corto plazo y sirva para que esos pesos adicionales tengan un efecto real en el bolsillo del consumidor. Pero pasadas las elecciones de septiembre, las presiones inflacionarias volverían a reaparecer -con mayor virulencia- si el Gobierno no presenta un plan económico creíble ante toda la sociedad.
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