Una vida dedicada al arte plástico: la historia de Martina Todaro

Desde Zapala, la artista lleva adelante una carrera de más de tres décadas con el dibujo y la pintura como protagonistas. Además, hace 23 años que mantiene su espacio denominado “El taller de Martina”, con más de 170 alumnos de toda la región (y el mundo).

Hace más de 30 años que Martina Todaro se dedica al arte plástico. Comenzó dando clases de dibujo en la casa de su madre, y hace ya 23 años que tiene un espacio donde promueve su arte, en Zapala: “El taller de Martina”.


Desde muy pequeña, sus padres vieron la inclinación que tenia al dibujo y el arte, por lo que no dudaron en mandarla a tomar clases con una profesora de la ciudad. Allí comenzó a los 6 años, con Celia Spoliansky; hasta que se recibió de profesora de dibujo y pintura. “Luego inicié un camino en el arte que nunca terminó”, comentó la artista, quien además recuerda intervenir sus cuadernos de estudios de adolescente.

A los 17 años, Martina comenzó sus estudios de Diseño Gráfico en la UBA. “Me formé como se enseñaba antes, con manchas, papeles, Pantone, fotocopias, y muy poca tecnología” explicó.

Con 22 años, regresó a su ciudad natal para trabajar en el área de Cultura como tallerista, dando clases de plástica y muralera; y conformó el grupo “Los Muraleros del Viento”, con el que dan vida y color a muchas paredes de la ciudad.

Actualmente, con 45 años, dedica su vida a esta maravillosa profesión, donde la inspiración está permanentemente a flor de piel. Es allí cuando Martina vuelca esa magia a través del pincel y guía a sus alumnos. “En el taller con los alumnos se genera ese disfrute del momento vivido, más allá de lo aprendido”, expresó la artista.


A consecuencia de la pandemia, que la llevó a tener cerrado el espacio donde acostumbra a dictar sus clases, surgió la posibilidad de encontrar otro recurso, un nuevo emprendimiento: trabajar con la venta de insumos artísticos, en un anexo al taller denominado “El almacén de Martina”. Allí también le facilitan a sus alumnos -y a todo aquel que le sea útil y necesario- todo el material artístico para sus cursos, talleres y demás.

“El taller de Martina”, que funciona desde hace 23 años, cuenta con un total de 170 alumnos entre niños, adolescentes y adultos en sus diferentes modalidades de cursada. Cuenta con más de 60 alumnas de taller libre, y 80 alumnos de profesorados de diferentes localidades de la provincia: Aluminé, Villa Pehuenia, Caviahue, Loncopué, Las Lajas, Neuquén, Centenario, Mariano Moreno, San Martín de los Andes, Cutral Co y Plaza Huincul. También hay un grupo de alumnas que toman clases online desde Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Uruguay, Entre Ríos, Misiones y Chile.

Varios son los murales de Zapala que Martina ha pintado. También ha participado en diferentes muestras colectivas en forma individual, y en grupo junto a sus alumnas. La más reciente fue el 20 de agosto, donde ofrecieron una muestra colectiva con sus alumnas del taller, llamada “Miradas de Zapala”.

Martina nació en Zapala, y a los 17 años se fue a Buenos Aires a estudiar. Hija de padre italiano y madre bonaerense, quienes allá por la década del 70’ decidieron vivir en la región. Martina es la mayor de 3 hermanos, y asegura que por la sangre tana de su papá “son muy familieros y unidos”.


La artista agradece y reconoce el esfuerzo y sacrificio de sus padres, que por aquel entonces hicieron todo lo posible para que ella cumpliera su sueño de estudiar y ejercer su vocación artística. “Antes costaba mucho irse y estar lejos de la familia, pero siempre tuve claro lo que quería hacer, siempre luché por mis sueños”, expresó.

Hoy cuenta con una maravillosa familia. “Martin es mi marido hace 18 años, y tengo a mis hijos Baltazar (de 14 años) y Pilar (de 10), ellos me acompañan en todo este proceso” aseguró Martina, quien se emociona cuando habla de ellos.

Martina promueve el arte desde el corazón, con todo el sentimiento que la vocación le genera. Así lo hace saber en cada charla, dejando un mensaje claro: “los sueños se cumplen si luchas por lo que querés. Seas como seas, se puede”.


La artista neuquina también fue convocada internacionalmente, para exponer y dar clases en la Convención de Pintura Decorativa en Colombia, pero debido a la pandemia, el evento fue suspendido.

Como artista, ha expuesto en diferentes muestras en su localidad. “Siempre me gustó estar entre pinceles y espátulas. Al inicio de mi carrera me gustaba más el realismo, pero hoy me gusta mucho la espátula y lo que puedo lograr con ella” concluyó.


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