Su ex la quiso matar, el Estado la violentó y ella se volvió semilla que crece a pesar de su muerte
Es un símbolo no solo para las mujeres de la región, sino de todo el país. Hoy se cumplen cuatro años de su muerte.
Empezaba la tarde el 6 de septiembre del 2017 cuando sonó el celular. Como era miércoles, día laboral, no le resultó raro que alguien llame a esa hora y atendió sin prestar atención, pero cuando le hablaron nada volvió a ser normal: “Vení, Abril dice que encontró a Ivana muerta”. Ivana Rosales no necesitó su muerte para volverse emblema de la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Le alcanzaron los 15 años que sobrevivió desde que su ex, Mario Garoglio, creyó que había logrado asesinarla a golpes. Y como no la calló esa vez, ni después lo hicieron los gobiernos y funcionarios judiciales, tampoco lo hizo la muerte. Su voz resuena y llega a oídos nuevos, para transformarlos.
La anécdota del comienzo es de una amiga de la familia. Tanto la propia Ivana como su hija Abril contaron sus historias. La primera habló sobre violencia de género e institucional en el documental “Ella se lo buscó”. La segunda ahondó en el abuso sexual infantil al que ella y su hermana Mayka fueron sometidas por su progenitor, Garoglio, en “Gotas de lluvia”. Ambas filmaciones de la directora Susana Nieri ayudan a difundir el ejemplo de lucha por la justicia y a amplificar los caminos que la propia Ivana sembró.
Logró volverse cercana de quienes conocieron su historia, después de ese septiembre fatídico, por ser una mujer de una lucha consciente y constante, sonriente, de tacos en las marchas, de actividades con todas las organizaciones. Murió por las secuelas de los golpes mientras transitaba un embarazo de un hijo que ya tenía nombre, con su golpeador impune, pero lo que le queda a todo el mundo es su fuerza y su alegría.
Esas energías llegaron hace unos años a dos jóvenes que estaban estudiando. Una es Julieta Zapata, oriunda de Las Grutas, y que cursaba abogacía en Mar del Plata. La otra es Mariana Ramírez, quien estudiaba en la Facultad de Ingeniera en Neuquén.
Mari contó que había visto Ivana en las marchas, pero conoció su historia en una reunión, antes del Encuentro Nacional de Mujeres de Chaco, pocos días después de su muerte. Todavía no pudo ver el documental. “No me siento lo suficientemente fuerte como para poder escuchar con sus propias palabras lo que le pasó, sabiendo cómo terminó”, dijo.
«Me queda la enorme alegría de la marca que dejó y las ganas de seguir luchando para cambiar esta realidad que nos oprime”, reflexionó en cambio.
Juli había escuchado comentarios de una de sus hermanas. Sin embargo, fue una especialización en género en 2020 lo que la llevó a profundizar en el caso. Contó que, como estudiante de una universidad bonaerense, quería mostrar que los femicidios suceden en todo el país, aunque nunca se cuenten con el mismo desarrollo en los medios como ocurre con los que tienen lugar en Buenos Aires.
También quiso mostrar que lo que le pasó a Ivana le pasa a muchas otras el día de hoy. “El sistema punitivo, el sistema penal puntualmente, discrimina, constantemente vuelve a violentar a las mujeres, las silencia”, resaltó.
Insistió en la necesidad de capacitación en género, que se respete el rol activo de la víctima y que, teniendo en cuenta que “la cárcel no disuade de cometer un delito y mucho menos educa al agresor”, se piensen otras formas de reparación.
El acuerdo que reconoció la responsabilidad del Estado
Ivana demandó al Estado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por cómo se había llevado su caso. La violencia institucional ejercida en su contra quedó plasmada en la frase del exfiscal Alfredo Velasco Copello, “ella se lo buscó”.
Después de 14 años, a pocos días de que se cumplieran dos de la muerte de Ivana, su hija Abril y el gobierno de Neuquén firmaron un acuerdo.
Se publicó el 13 de diciembre de 2019 y, pese a que desde esa fecha empezó a correr un año de plazo para cumplir con todos los puntos, los mayores avances han sido los vinculados con la reparación directa a Abril.
Por ejemplo, no se inauguró el centro de protección integral “Ivana y Mayka Rosales” en Plottier, aunque sí se abrió uno similar durante la pandemia, en San Martín de los Andes, hace pocos meses.
Tampoco se implementó el servicio de patrocinio jurídico provincial para víctimas de violencia, aunque sí está el orden de mérito de quienes se presentaron para integrar el cuerpo. Solo está funcionando el que depende de Nación.
Otro punto incumplido es la difusión del documental en las escuelas.
Además de Provincia, Nación también firmará un acuerdo reconociendo su culpa y comprometiendo medidas.
Escuchá la entrevista a Beatriz Kreitman, autora del libro «Libre, no valiente», sobre la vida de Ivana Rosales:
Empezaba la tarde el 6 de septiembre del 2017 cuando sonó el celular. Como era miércoles, día laboral, no le resultó raro que alguien llame a esa hora y atendió sin prestar atención, pero cuando le hablaron nada volvió a ser normal: “Vení, Abril dice que encontró a Ivana muerta”. Ivana Rosales no necesitó su muerte para volverse emblema de la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Le alcanzaron los 15 años que sobrevivió desde que su ex, Mario Garoglio, creyó que había logrado asesinarla a golpes. Y como no la calló esa vez, ni después lo hicieron los gobiernos y funcionarios judiciales, tampoco lo hizo la muerte. Su voz resuena y llega a oídos nuevos, para transformarlos.
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