Elías, el chofer de ambulancia de Roca que ayudó a salvar vidas en pandemia

Hoy es el aniversario de Roca y nos encuentra transitando el segundo año de pandemia. Por eso, homenajeamos a los roquenses que fueron pilares en esta etapa. Elías Fritz es uno de los "héroes sin capa", chofer de ambulancia en salud pública.

Estando a bordo de un servicio de traslado y atención ambulatoria se viven situaciones difíciles a toda hora.

Por un lado, se intenta brindar tranquilidad tanto a las personas que son trasladadas hacia los centros asistenciales por el contagio de covid-19 como a los familiares que se quedan esperando en los domicilios con mucho dolor y angustia.

Mientras que por otro, se vive cara a cara con la realidad más cruda de una pandemia que azotó a nuestro país, que visibilizó las carencias de muchas instituciones públicas y se llevó las vidas de muchos vecinos.

Para algunas personas, como el conductor de ambulancia Elías Fritz (26), vivir estas experiencias difíciles forman parte de su trabajo cotidiano en el hospital Francisco López Lima.

En el marco de un sistema de salud pública desbordado por el aumento constante en la cantidad de contagios, el personal se cargó al hombro todas las complicaciones y la incertidumbre que continúa produciendo la cuarentena.

“Me tocó escuchar que había que decidir quién merecía tener una cama de terapia intensiva y quién no. Para quienes trabajamos acá, estas situaciones nos duelen profundamente”, dijo el joven ambulanciero con mucha tristeza.

Las medidas adoptadas por el gobierno nacional, estableciendo un Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), provocó que muchas personas dejaran de ir a sus trabajos, que las instituciones educativas cierren, que los deportistas dejen de practicar sus disciplinas, en fin, que las calles se queden casi vacías. Y resultaron “casi” vacías porque, entre tanto encierro, los trabajadores esenciales fueron un sector fundamental para sostener todo lo que el coronavirus empezaba a derrumbar.

El principio fue difícil porque no había mucha información acerca de lo que estaba pasando ni muchas certezas de lo que iba a pasar.

Fue doloroso comenzar a ver la cantidad de enfermos y con la rapidez que se contagiaban. Aún así, el miedo no era lo que le corría el cuerpo a Elías, quien desde hace cuatro años trabaja en el centro médico. Lo que sentía en carne propia era la falta de certezas.

Lo que me generaba incertidumbre era no saber cuándo, dónde ni de qué forma el covid-19 iba a atacarme cuando me toque a mi. Es muy difícil pensar en eso todos los días”, confesó Elías, consciente de vivir expuesto a un alto riesgo de contagio por coronavirus.

Desgraciadamente, para quienes tienen la responsabilidad de ser trabajadores esenciales, “el miedo tuvo que caer en un segundo plano porque nos tuvimos que familiarizar con el virus para poder salir a trabajar y asistir a los pacientes”, reconoció el chofer.

“Lo que más rescato de la pandemia es el compañerismo que tenemos dentro del servicio. Se reforzó el vínculo que teníamos todos como equipo. Nosotros vivimos acá adentro”

Elias Fritz, chofer de ambulancia

Un rol esencial

La recepción de los pacientes siempre fue buena. Poco a poco fueron mostrando afecto y agradecimiento hacia estos “héroes sin capa”.

El cariño iba dirigido tanto al médico como al enfermero y al chofer. Para el joven, la empatía de la gente hacia quienes enfrentan al covid- 19 en su primera línea nunca cambió, recalcando que siempre se sintieron importantes y muy respetados. Todo se fue dando sobre la marcha.

El desconocimiento sobre qué tipo de medidas preventivas eran efectivas predominaba. Nadie sabia cómo trabajar, cómo había que cuidarse, qué cosas hacer para colaborar de manera activa en esta crisis sanitaria.

Por suerte, con el tiempo, las prácticas se fueron evaluando, generándose así nuevas estrategias y protocolos para los espacios laborales.

Actualmente, en el servicio asistencial se cuenta con más precauciones y cuidados, lo que se traduce en una mayor tranquilidad para poder realizar las labores de traslados y visitas cotidianas. “Lo que los choferes siempre hacemos es ponernos el equipo de protección personal: camisolín, cofia, guantes, mascara facial y el barbijo. Eso es lo fundamental para nuestra seguridad y la de todos. Además desinfectamos completamente el móvil, desde la parte trasera de la ambulancia donde van los pacientes, hasta nuestro habitáculo”, describió el ambulanciero.

En este día… ¿Qué le regalarías a Roca?


“Por mi experiencia personal, a mi ciudad le regalaria una mayor comprensión hacia los espacios de las instituciones públicas como el hospital. Digo esto porque he visto que lo estropean, lo rompen, lo rayan y es algo muy nuestro. Lo tenemos que cuidar y defender porque es imprescindible en estos momentos”, aclaró.

Y como chofer, también pidió un mejor mantenimiento de las calles. “No hay una sana y eso es triste”, explicó


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