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La foto de perfil en el WhatsApp del MPN

El aparato electoral del MPN está inquieto. La lista Azul trabaja con un número mágico: 100.000 votos. El ambicioso objetivo necesita de un compromiso crudo, que surge de multiplicar 10.000 militantes activos que lleven a las urnas 10 votantes convencidos. Nadie descansa, incluso el gobernador Omar Gutiérrez no desaprovechó el casamiento de su hermano, el fin de semana pasado, para militar por la Letra A.

Pero, ¿para qué se prepara el oficialismo del partido provincial? Las elecciones intermedias, y las PASO en particular, siempre le resultan incómodas. Pero estas serán distintas. Detrás de las cortinas de las legislativas está esperando la gobernación del 2023 y un Frente de Todos que se quiere sentar en la mesa.

Antes tiene que resolver la interna contra el recuperado Rolando Figueroa que no parece perder la sonrisa, que tanto irrita al oficialismo. Por ahora la campaña está lejos del fuego cruzado que supo dominar los enfrentamientos del pasado, pero por fuera del MPN no pierden la esperanza de ver un poco de pirotecnia, pese a estar prohibida en la provincia.

No hay tiempo para relajarse, dicen, por eso el primer paso es que todos tengan los pies en el plato. “El hombre es bueno, pero controlado es mejor”, es la frase que se le atribuye a Juan Domingo Perón y cuya herencia una parte del partido provincial no puede disimular. Parece anecdótico, pero desde hace unos días no hay perfil de WhatsApp de un dirigente o dirigenta del MPN que no tenga la boleta de los candidatos oficialistas.

Consultado sobre este tema, un dirigente del partido respondió: “¿No te parece que es una forma de comprometerse?”. Por antonomasia, quien no luzca este detalle menor, ¿estará con los pies afuera del plato?

Si bien los números que circulan parecen estar bastante sucios por ahora, todos están midiendo, incluso los que dicen que no usan las encuestas. Pero el oficialismo aseguran que no es el termómetro que mira ahora, seguramente este proceso electoral sea la puesta a punto de la maquinaria proselitista porque, más allá de la grieta nacional, que ha tomado ribetes circenses, y del impacto de la pandemia, hay un tema que le importa y mucho al MPN: Vaca Muerta.

El petróleo, casi la razón de ser de los últimos tres gobiernos emepenistas, está tomando una aceleración que empieza a anotar algunas de las promesas que se hacían allá en 2013. Y también reavivan los mismos fantasmas que se crearon por esos años: el reclamo ambiental, la relación con los mapuches y, fundamentalmente, el control de los recursos naturales.

Según los datos de julio, el principal productor de crudo del país no fue una provincia, fue Vaca Muerta. Si se le suma el aporte del convencional, Neuquén llegó a los 200.000 barriles diarios, récord en 17 años y todavía no toca techo. De ese volumen 160.000 son no convencionales y 40.000 convencionales. En apenas ocho años la provincia duplicó su producción y, fundamentalmente, se rescató de una crisis aguda que sería intentar pagar las cuentas con un 60% menos de producción.

Lo que está ocurriendo en los yacimientos neuquinos, atado a múltiples variables, es algo que tanto el kirchnerismo y el MPN sospechaban desde el minuto cero. También fue el punto de partida del arrepentimiento de la denominada Ley Corta, que le da la propiedad de los recursos del subsuelo a las provincias, y que no deja de asomar.

Esta semana se presentó el proyecto de ley para la promoción de inversiones petroleras. Otra Ley Vaca Muerta. El equipo del secretario de Energía, Darío Martínez, mostró los lineamientos generales de un proyecto que establece un pliego de condiciones por 20 años, pero que ya recibió objeciones desde la provincias productoras.

El congelamiento de los impuestos y la creación de una comisión de funcionarios nacionales para la aprobación de proyectos de inversión, que parece reeditar el decreto 1.277 del entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, anticipan un frente de batalla. Uno que ya ocurrió y tuvo a todo el MPN unido detrás de la “causa provincial”, incluso a Guillermo Pereyra que inicialmente se opuso al acuerdo YPF-Chevron, uno de los actos fundacionales de Vaca Muerta, y que hasta ahora no cambia su foto en el WhatsApp.


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