Destacan abundancia de pruebas en el juicio por lesa humanidad La Escuelita
La querella de la APDH analizó como positiva la continuidad de las audiencias judiciales todos los miércoles en plena pandemia por el coronavirus. Hay presencialidad con aforos y cuidados.
“Estamos por terminar la etapa de los juicios en Neuquén y ninguno de los imputados ha querido declarar o al menos aportar algún tipo de defensa que pueda dar datos de interés acerca de las desapariciones”, dijo el apoderado de la APDH, Marcelo Medrano.
En julio finalizó la etapa de la prueba que ofrecieron los acusadores y en este mes, las defensas plantearon sus testimonios y pericias.
En el tramo final del proceso por estas 20 denuncias de los vuelos nocturnos de junio de 1.976, el querellante destacó como una labor importante del Tribunal Oral Federal que desarrollara el enjuiciamiento en plena pandemia.
El debate oral y público se desarrolla desde el año pasado como el séptimo tramo de la investigación judicial sobre lo que ocurrió con los detenidos -desaparecido.
En este proceso todas y todos los secuestrados fueron llevados al centro de torturas del V Cuerpo del Ejército.
“Lo otro trascendental fue que de todas las declaraciones de las víctimas, fue el juicio en el que hubo más hijas e hijos (de desaparecidos) frente a los jueces, ha sido donde más declararon”, destacó Medrano.
Hubo seis testimonios de hijas e hijos de desaparecidas de la región que tuvieron que informar sobre qué supieron del secuestro de sus padres y madres en 1976.
La mayoría tenía pocos años o meses de vida, sin embargo, el tiempo transcurrido hasta el inicio de este juicio, imposibilitó que sus abuelas o abuelos, que llevaron las pesquisas en busca de los desaparecidos, estuvieran en condiciones de dar los detalles.
“Para la memoria colectivo, me parece fundamental estos aportes”, sostuvo Medrano.
Las declaraciones de las hijas e hijos de Alicia Villaverde, de Susana Mujica, de Darío Altomaro, de Jorge Asenjo, Carlos Chávez o Miguel Pincheira.
Los aportes estuvieron enriquecidos no sólo porque transmitieron lo que supieron por los padres o madres sobre la búsqueda de sus familiares desaparecidos tras los allanamientos, sino porque en busca de su identidad, los hijos e hijas realizaron pesquisas personales con tías , tíos, compañeros de militancia de sus papás e inclusive la búsqueda de quienes pudieron haber estado en cautiverio en Bahía Blanca .
“Hubo un plafón probatorio muy intenso e importante” en lo que va del proceso, dijo Medrano.
La contracara de la abundancia de pruebas que se registraron con los testimonios de víctimas y familiares, dijo Medrano, ha sido la reticencia de declarar de quienes están acusados para “aportar datos de interés” acerca de las desapariciones.
La desaparición forzada es un delito de acción continua, porque continúa ocurriendo (como la apropiación de bebés) hasta que se conoce el paradero o destino final. De los 15 acusados, todos hicieron uso de su derecho a no declarar cuando fueron convocados para las indagatorias.
Algunos señalaron que hablarían tras escuchar a todos los testigos.
Nuevas imputaciones
“Ahora analizaremos los pasos procesales”, dijo el fiscal José Nebbia en rueda de prensa el miércoles cuando el Tribunal Oral Federal le recriminó que cuestionara la presentación de un testigo que para la fiscalía, fue cómplice del piloto del V Cuerpo acusado de trasladar a las detenidas hacia su lugar de desaparición forzada en Bahía.
Los jueces le señalaron que la fiscalía había permitido que el mecánico militar declara en instrucción (2014) y que no lo objetó antes, por lo que evaluó que la posición en el juicio era “contradictoria”.
El fiscal insistió que en el cotejo de legajos, el mecánico militar y el piloto Juan José Capella (imputado) hicieron los mismos vuelos y viajes por los que se procesó a Capella por conducir el avión AE 106.
Cinco mujeres y tres hombres no regresaron tras esos vuelos nocturnos. “El mecánico fue de la tripulación que transportó a las víctimas”, reafirmó Nebbia.
Según el testigo experto aportado por las defensas, en 1976 en el V Cuerpo sólo había un piloto (Capella) y un avión destinado al uso del Comandante.
La aeronave será inspeccionada en las próximas audiencias. “Esto no modifica en nada la teoría de la fiscalía, la confirma”, dijo Nebbia.
Agregó que el piloto militar que habló como testigo experto dijo haber ido a buscar uno de los Herculitos (aviones usados para tirar vivos al río de la Plata a las víctimas desde Campo de Mayo) en 1976, pero esos aviones fueron retirados de Italia en 1977, según la documentación.
“El experto nos contó que los fue a buscar (a los Herculitos), pero no con quién hasta que se lo insistimos, porque fue con un superior que está imputado en la causa Campo de Mayo – Vuelos de la Muerte.
La supuesta equivocación sobre el año, tiene que ver con introducir la duda sobre qué avión se pudo usar en 1.976 ; pero no hay dudas de que no se usaron los Fiat Herculitos que él trajo de Italia, sino el AE 106, pilotado por Capella, que era el único que estaba en Bahía”.
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