Análisis: El debate ambiental que Neuquén maltrata

La cuestión ambiental merece debates comprometidos. No solo en Neuquén o Vaca Muerta, donde ciertamente urge, sino en todos los niveles. El reciente informe de la ONU pone el tema de relieve. Los 13 años de sequía que padecen los ríos de nuestra región o lo que ocurre en el Paraná son parte de una realidad inocultable. También el estudio de la sismicidad y sus posibles vínculos con el fracking.

Sin embargo, no son todos ingredientes de una misma ensalada y exige, primero, que lo reconozca la autoridad competente y, segundo, honestidad y rigurosidad.

Las comunidades mapuches cuentan con la legitimidad social para plantear el tema públicamente, pese a que no tienen una posición crítica y unificada contra la industria petrolera, actividad con la que ciertamente conviven y por la que acuerdan compensaciones con las compañías.

Su representatividad para plantear la cuestión ambiental tampoco debería convertirlos en una voz única. Vincular la sequía de los ríos con el fracking es, por lo menos, una tergiversación que solo sirve para levantar a la tribuna ambiental. Sin embargo, sus sospechas sobre el aumento de la sismicidad síes un frente argumental que vienen señalando y denunciando con el paso del tiempo.

Pero el punto no son los planteos de las comunidades, que cuentan con el apoyo de otras organizaciones con legitimación social, sino el silencio del resto de los actores. Esperar las textuales de las petroleras sería pecar de iluso, sin embargo, la ausencia de la palabra de la autoridad de aplicación es, por lo menos, preocupante porque es la que debería velar fundamentalmente por los derechos colectivos.

El Estado neuquino parece tenerle miedo a un debate de coyuntura que exige, mas que otros temas, echar luz a mediano y largo plazo. Afortunadamente organizaciones de la sociedad civil, la academia y un grupo de investigadores están poniendo foco en el tema.

A veces el debate se enreda alrededor de cómo surge o se instala la discusión y, muchas veces, eso sirve de distracción sobre el fondo de la cuestión. Es el momento que Neuquén aborde sus problemas ambientales con honestidad y pluralismo.


La cuestión ambiental merece debates comprometidos. No solo en Neuquén o Vaca Muerta, donde ciertamente urge, sino en todos los niveles. El reciente informe de la ONU pone el tema de relieve. Los 13 años de sequía que padecen los ríos de nuestra región o lo que ocurre en el Paraná son parte de una realidad inocultable. También el estudio de la sismicidad y sus posibles vínculos con el fracking.

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