Favaloro habría planeado su suicidio mucho antes

BUENOS AIRES (DyN) – René Favaloro habría preparado con «varias semanas de anticipación» su suicidio, se supo de fuentes judiciales, mientras ayer continuaban las muestras de pesar y dolor, que a cuatro días de su muerte siguen sucediéndose.

En tanto, el Senado de la Nación rindió ayer un sentido homenaje a Favaloro, con un reconocimiento institucional y la apro- bación de un proyecto de declaración en su honor.

En el inicio de la sesión se leyó y se aprobó por unanimidad un proyecto de declaración que reunió iniciativas de los senadores Augusto Alasino, Antonio Cafiero, Ricardo Branda, Roberto Ulloa, Eduardo Arnold, José Antonio Romero Feris, Hugo Sager, Néstor Rostan y Alberto Maglietti.

En el texto unificado, los legisladores expresaron su «profundo pesar» por el fallecimiento del «renombrado cardiocirujano y brillante investigador», que desarrolló «una notable labor en el país, como médico rural y como consagrado cirujano».

Por otra parte, según medios vinculados a la investigación, varios días antes de su determinación Favaloro compró los sobres que luego dejaría, lacrados, con cartas en su interior para cada uno de los siete destinatarios, entre los que se encontraban sus sobrinos, los parientes más cercanos que tenía el médico.

Después, en distintas bolsas repartió dinero a sus allegados y a su mucama y escribió una única nota en la que explicaba dónde estaban las siete misivas y las bolsas con el dinero, que dejó en el baño antes de dispararse en el pecho.

Estos y otros indicios hicieron llegar a la conclusión a los investigadores que Favaloro preparó con mucha anticipación su final, concretado en la tarde del sábado en su departamento de Palermo chico.

Según las fuentes judiciales a las que tuvo acceso DyN, «Favaloro preparó su suicidio con bastante tiempo de antelación, dejó sus cosas organizadas, instrucciones, y sólo cuando todo estuvo en orden, se mató».

Concluyeron así que su decisión «no fue abrupta, ni producto de un estado de ánimo momentáneo».

En una de las cartas que dejó, Favaloro pidió expresamente que sus restos fueran cremados y las cenizas esparcidas en Jacinto Aráuz, pueblo de la provincia de La Pampa donde comenzó su historia profesional como médico rural, antes de su conocido viaje a Estados Unidos.

Favaloro fue allí por tres meses y se quedó doce años, según recuerdan con cariño los agradecidos pobladores de Jacinto Aráuz.

Pero el juez Daniel Turano, a cargo de la causa, no permitirá concretar el deseo póstumo de Favaloro, al menos por ahora, ya que dispuso la entrega del cadáver a sus familiares, pero con la expresa prohibición de la cremación.

Mientras tanto, un amigo del facultativo agregó nuevos datos para alimentar el imaginario sobre las posibles causas de la muerte de Favaloro.

Según el médico Rodolfo Borallina, su amigo estaba preocupado porque se le «dificultaban las cobranzas» para su fundación si no pagaba «coimas» que le exigían algunas obras sociales para cancelar sus deudas.

Borallina, quien conocía a Favaloro desde el año 48, reveló que el cardiocirujano arrastraba esa preocupación durante «los últimos años, de tres a cinco», según calculó.

No obstante, el médico aclaró que Favaloro «nunca puntualizó» cuáles obras sociales le exigían el pago de retornos, denuncia que coincide con la que el propio facultativo desaparecido hizo en su momento respecto de las anteriores autoridades del PAMI.

Las dificultades financieras por las que atravesaba la Fundación que Favaloro presidía se constituyó enseguida en la principal de las hipótesis que manejan los investigadores, amén del aspecto emocional o anímico.

En los últimos días aquel tema fue motivo de intensa polémica y la actitud del gobierno de presunto abandono fue eje de análisis en la reunión del gabinete nacional. Horas después, el presidente Fernando de la Rúa realizó una infrecuente aparición televisiva en un noticiero nocturno para comentar una carta que recibió el lunes de Favaloro que presuntamente había sido enviada el viernes.

Colecta telefónica

BUENOS AIRES (Télam).- El humorista Luis Landriscina y los amigos más cercanos del desaparecido cardiocirujano René Favaloro organizaban una colecta telefónica, junto a las principales empresas de telecomunicaciones del país, para enfrentar la deuda que tiene la Fundación.

En ese sentido, Landriscina -que estaba por ser operado por Favaloro- resumió la iniciativa: «Por medio de un llamado telefónico, la gente done el dinero que pueda».

«La idea sería que se habiliten tres líneas con distintos valores: una de tres pesos, otra de cinco y la última de diez, ya que algunos pueden dar más que otros», sostuvo Landriscina.