Habló el hermano de Guadalupe: “No queremos que otras chicas pasen por lo que pasó mi hermana”
El hermano de Guadalupe Julieta Curual recordó que la joven radicó dos denuncias alertando sobre las amenazas y la violencia física que sufría y aún así "no hicieron nada".
“Queremos justicia por Juli y para que otras chicas no tengan que pasar por lo que pasó mi hermana”. La vida de Esteban Curual y la de toda su familia dio un giro de 180 grados cinco meses atrás, cuando Guadalupe Julieta, de 20 años, fue asesinada por su expareja y padre de su hija, Bautista Quintriqueo.
El femicidio de Guadalupe ocurrió el 23 de febrero, en pleno centro de La Angostura, donde Quintriqueo la corrió varias cuadras con un cuchillo en la mano mientras la joven gritaba pidiendo ayuda. El desenlace fue fatal. Al ser arrestado, su victimario se generó lesiones que le provocaron la muerte diez días después.
“Para nosotros, como familia, es muy difícil sobreponernos. La nena nos da fuerzas”, reconoció Esteban que se hizo cargo de su sobrina, que acababa de cumplir un año unos días antes del femicidio de Julieta. Hoy este hombre de 26 años pelea para ser su tutor.
Julieta estudiaba gastronomía en Bariloche pero tres años atrás, había decidido radicarse en La Angostura al conseguir trabajo en una panadería. De ese modo, además, pensaba consolidar su noviazgo con Quintriqueo pero quedó embarazada al poco tiempo. Su hermano aseguró que la joven soñaba con formar una familia.
A cinco meses de su femicidio, aseguró que el pedido de justicia es “por la memoria de su hermana para que la causa no quede en la nada”. “Juli había radicado dos denuncias y varias notificaciones. En la primera ocasión, ella convivía con Quintriqueo. Le planteó una situación que le había disgustaba y él la agarró del cuello a los golpes y a empujones. La segunda denuncia fue porque él la zamarreó, la agarró de los pelos y la amenazó diciéndole que se cuide”, detalló Esteban.
Admitió que su hermana era muy reservada respecto a su vida personal pero en enero, en su última visita a Bariloche, le contó que Quintriqueo se había presentado en la panadería a donde trabajaba “para hacer un escándalo”. “Solo eso me contó. Después me vengo a enterar de que la había amenazado con un arma blanca. No solo las denuncias de mi hermana: los informes del psicólogo y los asistentes sociales habían advertido que esto podía llegar a pasar. Aun así no hicieron nada”, sostuvo Esteban.
Seis días después del femicidio de Julieta, el juez Jorge Alberto Videla presentó su renuncia en el juzgado Multifueros de Villa La Angostura. La Oficina de Violencia del Poder Judicial, con sede en esa localidad, había elaborado un informe en el que describía la situación de riesgo de la joven, calificándola como «moderado/alto». También alertaba al juez Videla que, en 2019, una expareja de Quintriqueo lo había denunciado por violencia de género.
“Al juez lo dejaron renunciar para que no le hicieran un juicio político. No queremos que la muerte de mi hermana quede en la nada. Hablamos del juez y de todos quienes no hicieron su trabajo. ¿De qué sirve denunciar si no? Mi hermana se animó a hacerlo, con todo el miedo que le tenía y nunca hicieron nada”, dijo.
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