¿Por qué Argentina necesita en forma urgente la segunda dosis?
Nuestro gran amigo Putin nos abandonó. El relato oficial tuvo que virar bruscamente para poder conseguir las vacunas que no llegaban de Rusia ya que solo el 16% de los argentinos están inmunizados con las dos dosis.
La primera señal que salió a la luz mostrando que las cosas no estaban funcionando bien, fue la carta que la asesora presidencial Cecilia Nicolini envió a Anatoly Braverman, mano derecha de Kirill Dmitriev, CEO del Fondo Ruso de Inversión Directa, en la que solicitaba desesperadamente la entrega de la segunda dosis de Sputnik para la Argentina.
Las proyecciones del ministerio de Salud reflejaban que, si no se lograba aplicar masivamente la segunda dosis antes de fines de agosto, las nuevas variantes podían generar verdaderos estragos en la ya golpeada población. Nuestro gran amigo Putin nos había abandonado y el relato oficial debió virar bruscamente para poder conseguir las vacunas que no llegaban de Rusia, y ya conscientes del escenario, difícilmente ya podían llegar en tiempo y forma.
Llegó agosto y las urgencias son evidentes por el riesgo sanitario existente.
Otra vez el Gobierno terminó corriendo detrás de los acontecimientos culpando, como históricamente hizo el kirchnerismo, a terceros actores de su propia inoperancia.
Todas estas marchas y contramarchas -en la que se involucró la soberanía, las relaciones estratégicas y mucha política interna, entre otros conceptos que poco tenían que ver con la salud de los argentinos- desembocó en la angustia de muchos de los ciudadanos que no contaban con la segunda dosis de la vacuna.
La alternativa ahora es la combinación de dosis de distintos laboratorios. Fue lo que anunció el Gobierno, algo que muchos especialistas anticiparon hace meses ante el fracaso de las negociaciones por la Sputnik.
La estadística elaborada por la prestigiosa Universidad Johns Hopkins muestra que solo el 16% de los argentinos hoy tienen su vacunación completa colocando al país en el puesto 74 a nivel mundial (ver infograma al pie de esta nota); lejos de los datos que muestra día a día el Gobierno buscando convencer de toda forma posible que están haciendo un buen trabajo en materia de control de la pandemia.
Esto termina por confirmar los desaciertos de la política sanitaria de la administración Fernández que, entrado el mes de agosto, solo 16 de cada 100 argentinos están vacunados en forma completa. Cualquier país vecino -inclusive Brasil que ha tenido un manejo de la pandemia alarmante- tiene un nivel de vacunación por encima del que presenta la Argentina.
En definitiva, los datos de la Universidad Johns Hopkins ponen blanco sobre negro la realidad que está sufriendo nuestro país en materia sanitaria al compararla con lo que se hizo en el resto del mundo.
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