Viedma es la ciudad con más empleados públicos del país
Un estudio privado da cuenta que el 59% de los trabajadores declarados están bajo la órbita del Estado. El análisis toma los aglomerados en todo el territorio identificados por el Indec.
Un reciente estudio elaborado por la consultora Ecolatina señala que el crecimiento del Estado en estos últimos años vino acompañado de un aumento del empleo público.
Esta modalidad de contratación alcanza al 26% de los asalariados formales de centros urbanos a nivel país, liderando la capital de Río Negro la mayor concentración de trabajadores estatales. Estadística oficial, volcada en el estudio de la consultora, revela que en el aglomerado Viedma-Carmen de Patagones el 59% del trabajo formal está concentrado en el Estado. De ahí que durante años a la capital de Río Negro se la llamaba “ciudad del empleado público” o “la ciudad administrativa de la provincia”.
Estos trabajadores incluyen docentes, médicos, policías y toda persona con una relación de dependencia con el sector público de cualquier jurisdicción.
En el listado, detrás de Río Negro, sigue en el segundo lugar Río Gallegos (Santa Cruz) con el 58% y en tercer término La Rioja con el 53% de empleados estatales. En el otro extremo de la grilla se encuentra a Córdoba con el 14%, Mendoza con el 20% y Santa Fe con el 22% de trabajadores públicos sobre el total registrado.
Y mientras estos datos se dan a conocer en forma pública, la administración rionegrina continúa con su política de incorporar a miles de trabajadores a la planta permanente del Estado.
Este tipo de conducta no es propia solo de Río Negro. En general todas las provincias siguen esta misma tendencia, pero claramente el número de empleados con el que cuenta la gestión de Arabela Carerras comienza a preocupar a los especialistas en temas fiscales.
Como dato comparativo se puede mencionar que en la capital neuquina el 34% de los trabajadores formales se encuentran en las filas del Estado. Esta menor concentración puede darse porque Neuquén no es solo capital administrativa como sí lo es Viedma.
Hay que señalar que, a nivel país, desde enero de 2012 a diciembre de 2020 el empleo público creció en el país a una tasa del 27% mientras que el privado cayó en ese mismo período el 3%.
Un problema más complejo
Estos datos indican un problema en la dinámica del mercado de trabajo, replicable al nivel de actividad en general: mientras que el sector público y el informal crecen, a pesar de una mayor injerencia del Estado, el empleo privado formal cae. En este marco, la presión tributaria creciente recae cada vez más sobre un sector privado formal que se achica, generando un problema.
En 2017, el gobierno de Cambiemos introdujo una reducción en las contribuciones patronales con la intención de fomentar las contrataciones, análogamente al programa de reducción de contribuciones para empleo joven lanzado la semana pasada, marcando que hay un consenso en las necesidades de relajar ciertos tributos.
Ahora bien, dado que es difícil recortar la importancia de los gastos públicos -por ejemplo, la AUH y el sistema público de jubilaciones parecieran ser políticas de Estado-, el desafío pasa a ser cómo financiar las diversas funciones sin generar tensiones cambiarias o de deuda, ni agobiar al sector privado formal, tal como viene sucediendo desde 2012. Los puntos de llegada parecen tan claros como difusos los caminos.
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