La feria de artesanos de San Martín de los Andes está lista para aprovechar la temporada

Luego de acordar con el municipio un mecanismo de cooperación para reducir costos, los artesanos de San Martín de los Andes montaron ya la tradicional feria en la plaza principal, que este invierno estará desdoblada en dos grupos, ya que algunos puestos funcionarán en una carpa calefaccionada y los restantes al aire libre.

La actividad está regulada desde hace tiempo por normativas municipales que establecen un criterio estricto de selección y un canon mensual que los artesanos deben abonar para integrarse a la feria.

El subsecretario de Cultura, Andrés Aburto, explicó que existe una comisión de la que participan también representantes de los artesanos para calificar a los ingresantes, que deben garantizar que su producto “sea en un 80% de confección manual” como mínimo.

Señaló que “hay bastante expectativa” de que las ventas del invierno contribuyan a revertir la profunda crisis del sector y que el punto de partida que todos esperan es “la apertura del cerro Chapelco”. Según indicó, de la feria viven “más de 60 artesanos” a los que se suman algunos visitantes, que ya comenzaron a llegar. Los propios productores cubren los costos de calefacción y cuidado de la carpa con sus propios aportes.

“La artesanía representa un patrimonio cultural importante de la comunidad”, dijo Aburto. Consideró que uno de los rasgos más valiosos es que muchos de los feriantes “son artistas que viven enteramente de la actividad”.

Dijo que la pandemia los golpeó fuerte a todos pero “sirvió también para abrir un registro formal” desde el municipio, que se implementó para el otorgamiento de ayudas y que antes no existía.

La feria es ya un paseo clásico en la zona céntrica. También hay otro grupo que está organizado como asociación y mantiene con esfuerzo un local propio en avenida San Martín 1.050, a tres cuadras de la plaza. Una de sus responsables, Nancy Gallego, explicó que actualmente son nueve los miembros del grupo, que ofrecen sus producciones en vitrofusión, maderas, cerámica, duendes de tela, y no faltan incluso los chocolates y dulces regionales.

Gallego señaló que muchos artesanos “han mantenido los precios desde el año pasado” en el afán de garantizar un cierto volumen de ventas y que en el local es posible encontrar artículos simples desde los 100 pesos hasta un tope de 9.000 pesos (por ejemplo) por una tabla para cocina de gran tamaño.