Los tres peronismos que pugnan por llegar
PANORAMA DE NEUQUÉN
El divorcio en Juntos por el Cambio se produjo sin que el MPN intervenga en forma directa, sólo recibió a un hermano perdido en el Concejo.
El frente político que creció en el invernadero de Horacio Quiroga cruje porque, en esencia, es una unión de sectores que pujan por superar al otro. Pasó cuando el mismo Quiroga debió hacer rancho aparte tras aceptar el desafío de una interna abierta que perdió.
“Cuando hay tres radicales juntos, seguro que hay tres líneas internas distintas”. La definición de Quiroga se adapta a lo que pasó esta semana con la atomización del principal frente opositor al Frente de Todos, Juntos por el Cambio.
Básicamente el frente electoral se quedó sin líder y, como al rey muerto rey puesto, todos se querían probar el traje y al final nadie sobresalió. En principio hubo un partido original que quería integrar la pata emepenista con la Democracia Cristiana y el ex gobernador Jorge Sobisch. Otro de los sellos originales se indignó por semejante ocurrencia y salió a buscar la vanguardia fuera del ecosistema político y lo encontró en la persona de Carlos Eguía. Este había tenido contactos a nivel nacional con el Pro y se le aconsejó que se afiliara al partido para facilitar su candidatura. Lo hizo pero después le devolvieron la ficha porque le dijeron que había sectores que no lo querían por haber dicho alguna vez que entre A y B elegía a B. O algo así.
Es más, el MPN ni siquiera tuvo que poner en marcha las ambulancias para salir a buscar heridos en campo ajeno, sólo prendió las balizas y empezó a recibir visitas.
De esta forma, el partido provincial se enfocó más en las elecciones del 24 de octubre, las municipales para elegir 9 concejales y buscar apoyo para la enmienda de Mariano Gaido que elimina una elección en democracia, y se sentó a ver qué pasaba del otro lado del alambrado. ¿Y qué pasaba?, de todo.
Ahí fue donde se lo encontró caminando solo a Guillermo Monzani a quien se lo rescató por su trabajo en la municipalidad para renovar la banca de concejal. Cuando pegó el portazo desde el radicalismo lo acusaron de utilizar “el versito de la oposición constructiva”.
El sociólogo y doctor en Ciencias Políticas Vicente Palermo identificó tres peronismos: el peronismo kirchnerista; el peronismo fisiológico, tradicional, y el peronismo de vanguardia en lo que incluyó a los sectores que están siendo sensibles a los nuevos vientos.
El Frente de Todos tiene muchos interrogantes abiertos y buscan que sea la vanguardia la que supere lo fisiológico y lo personalista que detenta la alianza.
Esto también rige para los sectores no peronistas que abrevan en Juntos por el Cambio y para los paraperonistas del MPN.
En la variante tres de las identificaciones del autor del libro Neuquén la creación de una sociedad, apunta a quienes revalorizan las instituciones, que tienen una comprensión de la importancia de lo institucional y de que sin instituciones no se puede ni convivir, ni crecer, no puede haber justicia social ni libertad.
¿Hay en el MPN, en el Frente de Todos y en Juntos por el Cambio en Neuquén sectores de vanguardia?
Claro que los hay, con matices, buscan posicionarse entre lo fisiológico y el personalismo que dejaron Felipe Sapag en el MPN, Horacio Quiroga en Juntos, y Oscar Massei en el PJ. Este partido es el que todavía no termina de sacudirse para fortalecerse, aunque puede llegar a ser el sector que tenga más rápida recuperación, siempre y cuando, dos veces, siempre y cuando, se pueda movilizar a todos los sectores utilizando la institucionalidad de un instrumento que es de sus entrañas, las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias.
Por los mensajes que muestra el MPN, la elección para renovar la banca que ocupa Alma Chani Sapag en la Cámara de Diputados no le quita energía para lo que realmente siempre le importa: el poder. Supone que con el piso histórico de votos va a renovarla y recuerdan cuando, por errores de la oposición, logró ocupar dos bancas de las tres que se ponían en juego. Se mira que en la próxima elección serán dos bancas y es más complicado.
“La oposición nunca nos va a defraudar”, dicen que decía un ministro de Jorge Sobisch hace 20 años cuando en el núcleo duro de la toma de decisiones no conseguían un candidato que se vistiera de vanguardia.
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