Hay condiciones «deplorables» en la UTI del Castro Rendón, afirma una pericia judicial

La inspección alertó por riesgos eléctricos, falta de ventilación y malas condiciones en las salas de descanso del hospital más importante de Neuquén. El informe es parte de la prueba con la que deberá resolverse el amparo iniciado por profesionales.

La pericia judicial que se encargó en el contexto del amparo presentado por terapistas del hospital Castro Rendón de Neuquén identificó instalaciones “deplorables” en la Unidad Covid. El informe de seguridad e higiene detectó deficiencias en los sistemas de evacuación, múltiples riesgos eléctricos, presencia de cucarachas y malas condiciones de salubridad en las áreas de descanso del equipo de salud.

La información que recabó el perito corresponde al quinto piso del hospital, el de mayor complejidad de la provincia y que asiste a pacientes graves, al que concurrió en cuatro ocasiones: el 5 de abril para una inspección ocular, el 28 del mismo mes para una medición de iluminación y el 14 de mayo y el 7 de junio para solicitar documentación que nunca le fue entregada.

Esta es parte de la prueba con la que la jueza María Eliana Reynals, quien en este momento se encuentra de feria, deberá dictar sentencia.

Al momento de la inspección, el perito detectó como uno de los puntos salientes la presencia de un rack al ingreso de la sala con cableados “a la intemperie” y sin bandejas aislantes. “No solo coloca en peligro al personal que se encuentra en dicha área, sino que hace que se filtren distintos tipos de temperaturas y que la humedad penetre en las instalaciones haciendo que el peligro de un posible cortocircuito o incendio aumente”, describió.

Añadió que la estructura, además, bloqueaba el acceso al nicho hidrante y matafuegos junto con un escritorio y sillas que estaban colocados en el reducido sector. “Insisto en enseñar el estado deplorable en que se encuentran las instalaciones siendo estas reales y palmarias, lo cual no debería ser, atento a la importancia del establecimiento en cuestión”, planteó el perito a la magistrada e insistió en que “no solo se encuentra en peligro la salubridad del personal que presta tareas, sino me arriesgo a decir que el paciente en general de dicha área”.

El informe también alertó sobre la ausencia de cartelería de evacuación, de extintores en los pasillos y falta de señalización en escaleras, “colocando en riesgo constante al personal del nosocomio y a los mismos pacientes”.

La pericia alertó sobre la falta de señalización en escaleras. Foto: archivo Florencia Salto.

El profesional debió responder también por las condiciones en las áreas de descanso y refrigerio de los terapistas, uno de los aspectos que se habían denunciado en el amparo. Indicó que no se cumplían las instalaciones mínimas sanitarias que demanda la normativa (hay una sola ducha para todo el equipo médico de la UTI), además de encontrar paredes con humedad y cucarachas. La mala ventilación fue una constante en el informe, en particular en la sala de descanso donde detectó una cucheta bloqueando una ventana.

El perito recomendó como medidas a adoptar la mejora en los sistemas de evacuaciones, los sistemas contra incendio, planimetría, cartelería, controles de plagas, reparaciones y modificaciones edilicias, además de contar con personal de seguridad e higiene en el nosocomio. En los meses que dedicó a la pericia afirmó que nunca pudo acceder a los planos edilicios y de evacuación del quinto piso, pese a haberlos solicitado en varias oportunidades.


La acción de amparo fue presentada el 15 de enero, en plena feria judicial de verano. Entre las múltiples demandas se señalaba que el personal estaba teniendo extensas jornadas de trabajo, con una sobresaturación en la atención, que no había un espacio adecuado para el descanso del plantel, que faltaban insumos, las remuneraciones no eran las adecuadas y se registraba una afectación en la salud mental del equipo.

El director del hospital, Adrián Lammel, sostuvo que la descripción era de «lugares terroríficos sacados de alguna película de ciencia ficción». Hubo una instancia de conciliación entre el grupo de terapistas y las autoridades provinciales que se declaró fracasada el 20 de febrero.

La abogada de los profesionales, Carolina Ubaldini, presentó un pedido para que se habilite, esta vez, la feria judicial de invierno, no dilatar aún más los plazos, y concluir con la producción de la prueba.

El gobierno provincial tiene la posibilidad de impugnar esta pericia. Además, dijo Ubaldini, el Estado había ofrecido declaraciones testimoniales que aún no se tomaron.

El miércoles se cumplen seis meses de la presentación de la acción y en este período renunciaron cinco de los 11 médicos. De los seis restantes, dos están de licencia.

«Los dos informes, tanto el psicológico como este fueron muy fuertes respecto del escenario que pintan y que muestran lo que es trabajar en la terapia intensiva. Les toca estar reclamando a los terapistas, pero va más allá de ellos. Lo están viviendo ellos y todo el equipo de salud: enfermeros, camilleros, el resto de los médicos de otras especialidades», afirmó la abogada.

La pericia identificó una sola ducha colgante para todo el personal de la UTI.

Aseguró que «en el hospital más grande de la provincia de Neuquén» hay «serias deficiencias en la parte eléctrica» que coloca al plantel en una situación sumamente «riesgosa». «Además hoy como están las condiciones de sanidad a nivel provincial ni siquiera se pueden dar la oportunidad de dejar de trabajar para poder evitar cualquier daño, porque tienen que seguir yendo», agregó Ubaldini.

Remarcó que si bien la denuncia es de enero, y la inspección ocular fue reciente, no parece haber habido cambios. «Las mejoras que han hecho, desde que se metió el amparo hasta ahora son para maquillar, hacerle una lavada de cara al quinto piso, y a la intermedia, pero no hay un cambio real sobre estas cosas de fondo», manifestó.

No es la primera vez que se cuestiona el estado en el que se encuentran las instalaciones del hospital Castro Rendón. En 2019 el gobierno provincial se comprometió a acondicionar el área de oncología pediátrica, luego de ser obligado por un fallo judicial.


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