Reclaman que se incorpore el mapa de “bosques protectores” a la planificación urbana de Bariloche
Juntas vecinales del oeste de la ciudad impulsaron un proyecto que llegó al Concejo a través del Frente de Todos. El mapa es una herramienta que nunca se aplicó.
El reimpulso de proyectos inmobiliarios en el Oeste de Bariloche puso en alerta a varias juntas vecinales, grupos ambientalistas y también al bloque de concejales del Frente de Todos, que presentó ayer un proyecto de ordenanza para que el municipio incorpore “como herramienta de planificación” el mapa de bosques nativos que fue elaborado en 2015, pero nunca se aplicó.
Ese mapa respondió a un mandato previo establecido también por ordenanza y fue definido “de manera participativa y cuidada”, según señalaron desde el Frente de Todos. Incluye una detallada zonificación de las zonas del ejido municipal con formaciones boscosas y establece distintos estatus de preservación.
La concejal Julieta Wallace dijo que el “disparador” de la inquietud fueron los avances del denominado proyecto “Cauma” para construir un hotel de alta gama en cercanías del lago Moreno y de un loteo de gran envergadura en el kilómetro 13, que ya habrían iniciado el apeo de numerosos árboles.
Indicó que el objetivo es que el mapeo de bosques, disponible desde hace seis años, “sea incorporado dentro de las herramientas de gestión y planificación municipal”.
La iniciativa del Frente de Todos ya tiene la adhesión expresa de las juntas vecinales de Don Bosco y de Don Orione y según Wallace, hay otros barrios que ya comprometieron su apoyo y lo harán saber al Concejo.
El municipio elaboró hace un par de años un nuevo plan de desarrollo urbanístico para el Oeste, pero nunca agregó en forma expresa el mapa de bosques.
Según la concejal, ese mapa surgió de un mandato original de la Carta Orgánica, reformada en 2007 y de una ordenanza de 2010. Dijo que el ordenamiento de bosques sigue los criterios de la ley nacional de “presupuestos mínimos” de bosque nativo, que prevé una categorización en colores rojo, amarillo y verde, con restricciones distintas para cada uno.
Wallace dijo que en el plan del Oeste están incluidas algunas pautas de protección “pero no el mapa en sí”, que debería ser contemplado para la elaboración de los estudios de impacto ambiental exigidos a cualquier emprendimiento.
El presidente de la junta vecinal de Don Bosco, Luciano Celsi, le dijo a este diario que el objetivo no es otro que “la aplicación de la ley” y señaló que el atraso provincial en la aprobación del mapa de bosques no puede ser obstáculo para que el municipio lo incorpore.
Entendió que si ese instrumento se agrega a las normativas de planeamiento “impondría un freno significativo a un montón de proyectos inmobiliarios que preocupan a los vecinos”. Según Celsi, el Ejecutivo municipal “ha hecho oídos sordos por esa razón a todos los planteos para que se ajusten al mapa”. Dijo que en las instancias deliberativas previas a la elaboración del Plan del Oeste la organización Árbol de Pie lo pidió varias veces sin ningún resultado. “El plan permite cosas que el mapa no permitiría”, afirmó el dirigente.
Robert Cooper, presidente de la junta del barrio Don Orione, también se expresó en el mismo sentido y señaló que “es de vital importancia proteger e identificar la zona de bosques para desarrollar nuestra ciudad de manera ordenada y con el eje en la protección del ecosistema nativo”. Dijo que los bosques “protectores y permanentes” cumplen ese rol y constituyen además “el principal activo turístico” de la región.
El proyecto del FdT subraya en sus fundamentos que “el bosque urbano debe ser considerado patrimonio de la sociedad, un activo común a todos, que excede la función de regulador de meteoros ambientales e incide directamente en la evolución de nuestra economía”.
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