Navega libre una ballena jorobada que monitoreaban en San Antonio
El cetáceo fue visto más temprano en la ría de San Antonio. Como el mar estaba bajando, temieron su varamiento. Afortunadamente, ya navega con libertad en SAE
La ballena ya nada en aguas seguras. (Foto: gentileza Candela Fernández)
Un ejemplar de ballena jorobada, una especie que no es usual en el Golfo San Matías pero de la que existen cada vez más avistajes, generó inquietud entre los guardas ambientales de la zona. Es que el cetáceo estuvo navegando, con marea baja, en una zona de San Antonio dónde suelen registrarse varamientos. Sin embargo, ya se descartó la posibilidad, porque un drone la fotografió nadando libremente por el Puerto San Antonio Este.
“Hubo preocupación por el riesgo de que pudiera vararse, pero eso ya quedó descartado. Había sido vista cerca de las 10 de la mañana, en una zona de la ría de San Antonio cercana al balneario Punta Verde, pero ya está nadando en el Puerto SAE, y afortunadamente la captó un drone, que disipó cualquier duda”, aseguró la bióloga Magdalena Arias.
La buena noticia, además, es que la imagen que tomó el drone permitirá corroborar si este ejemplar es alguno de los dos que se vieron el viernes pasado, cuando se registraron dos avistajes de la especie. “Nos podremos sacar la duda en cuanto compare las fotos”, confirmó Arias.
“Las jorobadas se individualizan por el patrón de manchas blancas que tienen en su cola-informó la bióloga-. A diferencia de las ballenas francas, que se identifican por las callosidades que poseen”, detalló.
Por ahora, en el caso de las jorobadas, el procesamiento de las imágenes se realiza artesanalmente. “Sin embargo, como son pocas las que llegan, todavía no es difícil”.
Con respecto a las francas, para la tarea de identificación se usa un programa de computación. De hecho, la idea es generar un catálogo de la variedad. En esa iniciativa, que coordina Arias, participan el buzo Sebastián Leal, de la firma Cota Cero, la Fundación Félix de Azara, la escuela superior de ciencias marinas de la Universidad del Comahue (Unco) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Cimas) que depende del Consejo Nacional de Investigaciones (Conicet).
“Con el tiempo también podremos incorporar un software para identificar velozmente a las jorobadas”, aseguró la científica.
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