«¡Qué hermosa trucha, papá!»: aventuras de pesca con mosca en el Limay Medio

El guía cipoleño Pablo Oscar Blasco relata uno de los mejores piques y hace un balance de una temporada extraña por la pandemia y el bajo caudal, pero con las grandes marrones migratorias de siempre en uno de los más atractivos pesqueros de la región.

Como todos los años. los pescadores de la zona esperaban el gran cierre de temporada el 31 de mayo, en los días en que la trucha marrón migratoria entra al Limay Medio a desovar. Es uno de los momentos donde podés pescar truchas de gran tamaño, de tres a cinco kilos y de 72 a 85 centímetros aproximadamente.

Una gran trucha en el Limay Medio. Foto: Pablo Oscar Blasco.

En la región, el río Limay tiene estas grandes bestias. Los últimos días de mayo, por las restricciones por la pandemia, muchos no pudieron salir de sus casas y otros sí. Por eso, muchos despidieron la temporada el 21 y otros el 31.

Esta temporada fue muy rara en el Limay medio, ya que sus caudales fueron muy escasos, imagínense que en el fondo del lecho se empezaba a formar algas, las temperaturas muy altas, era algo preocupante. Tuvimos menos lluvias de las esperadas Recién a mediados de mayo empezó a cambiar el clima y largaron agua de las represas.

Venían largando 190 m3 por segundo y pasaron a entre 1.400 y 1600 m3 por segundo después del 10 de mayo. Sabíamos que la pesca se iba a poner buena. Largaban tanta agua que el rio se enturbiaba. Entonces, a río turbio le colocamos moscas negras y… pummn, algún zapato salía: sabemos que el Limay, «el río de los mil tiros», siempre paga…



Unos de los días de más frío y viento de mayo las truchas empezaron a remontar el rio. Fue ese día cuando pudimos pescar este hermoso macho.

Con mi compañero Sebastián nos metimos en unos de los brazos de la desembocadura del Limay Medio (este arroyo mide 9 km de largo). Sabíamos que en ese pozo o corredera alguna tenía que salir.

El viento, frío y la crecida eran factores que nos indicaba que ya se venía. Después de pescar una hora de pronto en el principio de la corriente se clava: la caña de mosca se empezó a doblar y no la pude mover. Le grité a Seba, que estaba unos 150 metros abajo.

Empezó el juego: la trucha hacía lo que quería metida en el pozo y la corriente (me sacó a pasear, ja,ja). Después de unos minutos pude sacarla de ahí y esperé que se cansarla un par de minutos más para meterla al copo.

Abrazo y alegría con mi compañero… Unas fotos y de vuelta al agua. Recordá: pesca y devolución, así tenemos un mejor futuro para los pescadores que vienen

En la zona de la desembocadura, donde pescamos nosotros, no las agarrás tan cansadas, porque el 70% de las truchas que viven en El Chocón remontan para desovar entre 40 y 50 km. Primero van los machos y atacan porque defienden el territorio, por eso usamos en esos casos moscas grandes, llamativas, con brillo«.

Ya finalizó la temporada de pesca y se viene el tiempo de las clases y atados. A practicar estos meses que nos quedan para estar listos cuando todo vuelva a comenzar el 1 de noviembre.

Más fotos, videos e información en https://www.instagram.com/pablo_blasco_flycast/


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