Vuelta a las clases: normalidad en la mayoría de las escuelas de Bariloche
La mayoría de los docentes concurrieron a dictar clases este lunes por la mañana con los protocolos sanitarios establecidos. Ni la lluvia intensa que cae sobre la ciudad detuvo el regreso de los chicos a las aulas.
Alumnos de una de las escuelas primarias públicas de Bariloche.
La decisión del gobierno provincial de rehabilitar la presencialidad educativa en la zona Andina y la Línea Sur volvió a poblar este lunes las escuelas de Bariloche, donde una buena cantidad de docentes concurrieron a dictar clases, a pesar de que la Unter manifestó su rechazo y convocó a mantener “la continuidad de los trabajos pedagógicos a distancia”.
La vuelta a clases abarca sólo a los jardines y escuelas primarias, donde los chicos fueron avisados con anterioridad por sus docentes y se presentaron en sus horarios de ingreso (escalonados en muchos casos) y con cumplimiento estricto de los protocolos que ya conocían desde marzo y abril, cuando hubo varias semanas de clases presenciales.
En la escuela 44 de Puerto Moreno, la concurrencia del personal es del 100% según informó la vicedirectora Viviana Gigli. Afirmó que los chicos “prefieren tener las clases en la escuela” y así se los transmiten a los docentes.
Carla, una madre que acompañó a su hija en el ingreso de 8.30 (viven a 10 cuadras) dijo que la lluvia no importó “para nada” y que en los días previos ya tenía “muchas ganas de volver”. Consideró que los cuidados son suficientes y que no debería haber mayor riesgo de contagio que en otras actividades.
Por las ventanas se podía ver el inicio de la actividad escolar, con entre 10 y 12 chicos por aula. Las docentes llevan barbijo y máscara y se cumple en forma rigurosa la obligación de ventilar con ventanas abiertas. En el jardín 68, ubicado al lado de la 71, la actividad también fue normal.
Durante el fin de semana hubo una pulseada de comunicados entre el gobierno, la Unter y el gremio ATE. Mientras Educación ratificaba la reapertura de las escuelas en esta ciudad y la región, los gremios cuestionaron la vuelta a la presencialidad porque persiste el “alto riesgo epidemiológico”.
Las familias debieron manejarse mediante comunicación directa con los docentes, que convocaron a los chicos uno a uno, por mensajes, hasta última hora de este domingo. En la escuela 71 del barrio Ñireco la directora, Marcela Obregón, dijo que no resultó complicado armar esa red, porque ya tiene una fluidez muy grande desde que se instaló la virtualidad educativa. Señaló que en ese establecimiento la actividad en la mañana de este lunes también es normal, con el esquema de protocolos y burbujas.
No ocurrió lo mismo en la escuela 320 del barrio Boris Furman, donde sólo se presentaron dos docentes, porque el resto “adhirió a la medida dispuesta por el gremio”, según comunicó a este medio la directora, Mirta Ferrari.
Dijo que solo había unos 20 chicos en la escuela, porque de diez agrupamientos que existen en el turno mañana, “sólo dos fueron avisados por sus docentes que tenían clase”.
También hay casos como el de la escuela 343, del barrio Unión, que está con clases suspendidas pero no por ausentismo del personal, sino por falta de calefacción. La directora, Noemí Fernández, dijo que tienen “la caldera sin habilitar” desde comienzos de año. Entre marzo y abril dieron clases igual en esas condiciones “pero ahora con el frío más extremo es imposible”. Dijo que los docentes mantienen guardias y entregan cuadernillos con tareas. Consideró que la situación es “lamentable”, porque en ese barrio, donde hay alto índice de pobreza, “la presencialidad para los chicos es muy importante”.
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