Cómo se hizo «Luz», el nuevo disco de No Te Va Gustar

Con tiempo y sin giras por la pandemia, el año pasado la banda uruguaya se fue al campo para grabar su elepé más íntimo. El bajista Guzmán Silveira le contó a RÍO NEGRO cómo fue grabado y el curioso modo en que llegaron a Nicki Nicole para su colaboración.

Qué se puede hacer salvo hacer un disco?, se preguntó (y se respondió) la muchachada de No Te Va Gustar parafraseando aquella consigna de Charly García y La Máquina de Hacer Pájaros. Y lo que hicieron fue “Luz”, un disco que, como le dirá a Río Negro el bajista Guzmán Silveira, les salvó la vida.
La ya tristemente célebre pandemia de coronavirus que azota al mundo desde hace poco más de un año, pero particularmente a esta parte del mundo, les cambió los planes a casi todos. Y en el caso de No Te Va Gustar esos planes incluían cerrar la gira de “Otras canciones”, el disco de reversiones editado en 2019, y comenzar a trabajar en su sucesor con composiciones nuevas.


Pero los planes de esta banda uruguaya no sólo incluían el disco en cuestión, sino salir al mundo en busca de nuevos lugares para grabarlo. Pensaban recorrer ciudades de Inglaterra y Estados Unidos y visitar estudios legendarios donde grabar su nueva música. En cambio, la banda se encontró en el medio del campo uruguayo sin viajes ni rutas por recorrer, pero con un proyecto musical por desarrollar y un aliado inesperado: el tiempo.
Habituada a trabajar sus discos montada al vértigo de las giras y los escenarios, No Te Va Gustar, esta vez, tuvo el tiempo que no suele tener cuando va al estudio. Sin más shows a la vista por tiempo indeterminado, en abril del año pasado decidieron que lo único que podían hacer era un disco. Ese disco.


Así las cosas, se instalaron en un hotel en la zona rural de José Ignacio, en cercanías de Punta del Este, que estaba cerrado justamente por la pandemia, y lo convirtieron en una gran sala de ensayos y estudio de grabación donde desarrollaron las canciones que dieron forma a “Luz”, el décimo disco de No Te Va Gustar, disponible en todas las plataformas digitales desde el siete de mayo pasado.

A diferencia de otras bandas, la pandemia no interrumpió el proceso creativo de No Te Va Gustar, que más o menos ya tenía las canciones nuevas para trabajar. Sólo esperaban encontrarse con el momento adecuado para ir al estudio porque todavía estaban de gira con ‘Otras canciones’, el disco con versiones acústicas que recorrían los 25 años de la banda. “No nos agarró en el medio del proceso creativo. Cuando no pudimos girar más, paramos y nos dijimos qué hacemos: hagamos un disco”.

Guzmán Silveira, durante las sesiones de grabación de «Luz». (Foto: Lu Lee/NTVG).


“Estábamos en plena gira, en marzo (de 2020), cuando cayó la pandemia”, recuerda hoy Guzmán Silveira, al teléfono desde Uruguay. “Logramos volver a Uruguay, incertidumbre total, imaginate, no sabíamos si iban a ser unos días, unos meses, todo el año. Por suerte, encontramos la manera de ensayar y trabajar esas canciones de una manera totalmente diferente a cómo lo veníamos haciendo”.


“Nosotros solemos hacer los discos entre gira y gira, pero ahora fue todo lo contrario, totalmente parados, sin poder tocar, sin poder hacer música. Entonces aprovechamos ese tiempo para empezar a pensar en el disco de un modo diferente”, destaca el bajista.
Entre abril y mayo hicimos de 2020 trabajaron en la primera etapa, luego una más, trabajando con el productor venezolano Héctor Castillo por videollamada, buscándole la vuelta a las formas. Finalmente lograron que ingresara a Uruguay, permisos mediante. “Por suerte logramos terminarlo antes de esta segunda ola que nos tiene complicados acá en Uruguay”, reconoce.

En el medio de la nada. NTVG se instaló en en campo en José Ignacio, cerca de Punta del Este para grabar «Luz». (Foto: Lu Lee/NTVG)


Acerca del modo inédito en que trabajaron para este disco, “Chule” Silveira cuenta que se encerraron en la casona de la estancia Vik, de José Ignacio, adecuaron una habitación como estudio y tomaron la sala de juegos para instalar el resto de los equipos. Allí, convivieron durante unos veinte días, respiraron música las 24 horas y produjeron el disco más especial de una trayectoria que ya se cuenta en un cuarto de siglo. “Fue una experiencia increíble, sobre todo porque pudimos seguir haciendo música. De ahí también un poco viene el nombre del disco”.
Más allá de trabajar de este modo, lo mejor de esta experiencia fue, para él, haberlo hecho en Uruguay. “Si bien estábamos en el hotel con todo a disposición para trabajar con los recursos y el tiempo a nuestro favor, lo mejor fue hacerlo así estando cerca de nuestras familias”.


Volvamos a su música. “Quedamos recontentos con el disco”, sostiene Guzmán. Con el factor tiempo por primera vez jugándoles a favor, la banda se sumergió en un proceso de grabación, pero sobre todo de escucha diferente. Si algo no les gustaba, volvían a empezar. Así, corrigieron arreglos y trabajaron en detalles como nunca antes. “Yo creo que cualquiera que escuche el disco se va a dar cuenta de ese trabajo meticuloso en el sonido, en cada instrumento, las letras. Por ejemplo, llevamos a la batería de ‘No te imaginas’ para grabarla en un lugar del hotel, no nos gustó, la grabamos en otro lugar y así hasta que dimos con el sonido que le estábamos buscando. Teníamos esa posibilidad de si no nos conformaba algo seguir intentándolo. Eso creo que se escucha claramente en el disco”.

Para nosotros fue la salvación total, para nuestras mentes fue muy importante”.

Guzmán Silveira, sobre la influencia de «Luz».


“Luz” es, básicamente, un disco de rock. De rock en modo No Te Va Gustar, con la cadencia y la melodía tan característica del cancionero rioplatense, como si, después de aquel viaje musical más cercano al rock latino que fue “Suenan las alarmas” (2017), su anterior disco de canciones originales, el refugio en el interior uruguayo los haya devuelto a un sonido más íntimo ligado a las raíces musicales de su propia tierra.

Pasaba por ahí. Ricardo Mollo aprovechó su estadía ocasional en Uruguay y la invitación de la banda parea grabar en «Austro». (Foto: Lu Lee/NTVG)


“Yo lo escucho muy cálido al disco, logramos que suene así. Se percibe la calidez de cada instrumento sin dejar de ser un disco rockero”, dice Silveira. Y dice, otra vez, algo que hará de este disco uno muy especial: “Para nosotros fue la salvación total, para nuestras mentes fue muy importante”.
El disco empieza furioso. Pero sólo será así al principio. “Luz” abre con “La rama” una canción en clave de punk ramonero, con riffs de guitarras machacantes. Como si se hubieran reservado toda la bronca del momento en esa canción, una canción que espera ansiosa por ser la que abra los futuros shows de la banda. Cuando la escuchen sabrán por qué. Lo que sigue son un puñado de canciones, once más precisamente, con el sello compositivo de su líder Emiliano Brancciari. Entre medio, como suele suceder con cada disco de No Te Va Gustar, los invitados. Dos en este caso: Nicki Nicole y Ricardo Mollo.

Emiliano Brancciari, durante una de las sesiones de grabación en una de las salas de la estancia Vik. (Foto: Lu Lee/NTVG).


La presencia del ex Sumo fue más obvia que la de Nicole por varios aspectos. “Austro”, la canción en cuestión, pedía a gritos la voz de Mollo. La banda lo notó de inmediato y lo convocó. Y quiso la casualidad (o no), que el guitarrista estuviera en ese momento en Uruguay acompañando a su esposa Natalia Oreiro en la filmación de una película. “Vino al estudio, tocó, cantó y la rompió como siempre”, recuerda Guzmán Silveira.

El productor venezolano Hernán Castillo, Emiliano Brancciari y el tecladista Francisco Nasser, durante las sesiones de grabación de «Luz». (Foto: Lu Lee/NTVG).


En cambio, la historia alrededor de la colaboración de Nicki Nicole fue bien distinta. Comenzando por aclarar que aquella Nicki Nicole de mediados de 2020 no era esta de 2021, Jimmy Fallon mediante. Si bien, para entonces ya era una figura destacada de la escena local del trap y el hip hop, la dimensión que adquirió en este tiempo tras su reciente participación en el late show norteamericano es bien distinta a la de hace un año. Tan distinta, que casi ninguno de los músicos de la banda la conocía, entre ellos, Guzmán Silveira. Llegaron a ella de un modo curioso: utilizaron una playlist de Spotify con cantantes femeninas como casting. Así fue como dieron con ella. Le ofrecieron la colaboración y la respuesta fue que sí. Y fue enriquecedora.

Arte de tapa. Por primera vez, la banda utilizó una fotografía para la portada de un disco de estudio, ya que antes había usado ilustraciones. (Foto: Lu Lee/NTVG)


“Desde el principio supimos que esa canción tenía que ser cantada por una mujer”, asume el bajista. Esa canción es “Venganza”. “Recuerdo que estábamos en la sala con una playlist de Spotify con cantantes femeninas, ahí estaba Nicki, al productor le encantó y dijimos bueno, vamos a escribirle. Emiliano le escribió por Instagram, ella le contestó y se sumó al proyecto. Fue ella, pero pudo haber sido otra. Nicki canta y rapea muy bien, hace muy bien ambas cosas y eso nos gustó mucho. Yo la conocí en el momento en que empezó a trabajar en la colaboración. Muchos de nosotros no la conocíamos. Ella sí nos conocía a nosotros. Muy copada, la verdad. Lo que nos mandó nos encantó, deshizo la base que habíamos hecho para las partes de ella, nos sugirió otras, nos encantó eso. Así empezamos, con idas y vueltas por audio porque lo hicimos a la distancia hasta llegar a la versión que para nosotros es tremenda”.

Diego Bartaburu, durante las sesiones de grabación de «Luz». (Foto: Lu Lee/NTVG).


Con el disco editado, No Te Va Gustar espera ansioso por aquello que más le gusta: tocar. Por el momento, la pandemia no da respiro en esta parte del mundo. ¿Qué harán al respecto? Esperar. “Esta nueva manera de hacer vivos sin dudas que a nosotros no nos sirve, de hecho, no lo hicimos, no hicimos streamings, no salimos a tocar con aforos reducidos. Lo que todos nos imaginamos es que todo vuelva a estar como antes una vez que esté todo el mundo vacunado y se logre la inmunidad de rebaño. Para nosotros los discos están buenísimos, nos encanta hacerlos, pero lo que más nos gusta es el vivo. Vivimos de eso, del ida y vuelta con el público. Lo que esperamos es que vuelva todo eso. Seguramente, el público sea más eufórico que antes. Todo el mundo está necesitando hacer catarsis”.


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