La multa a una jueza abre la polémica por los alcoholímetros en Neuquén
El fallo del juzgado de Faltas admite que no están supervisados por el INTI y no se conoce la fecha en la que son calibrados. ¿Peligran otras multas?
Un fallo de la jueza de Faltas municipal Romina Doglioli abre un interrogante sobre la validez de los test de alcoholemia que se realizan en la ciudad de Neuquén: no aclara la fecha de la última vez que fueron calibrados los equipos, admite que el INTI no supervisa al laboratorio que los homologa, y tampoco aclara por qué no se realiza la contraprueba.
El caso al que se refiere goza de la suficiente espectacularidad como para intentar que el debate de fondo quede oculto. Se trata de la multa impuesta a la jueza Florencia Martini, del Tribunal de Impugnación, por un accidente en el que estuvo involucrada el pasado 25 de marzo a la tarde.
El fallo de Doglioli tiene otra curiosidad: declara responsable a la jueza por el accidente sin ninguna prueba que lo fundamente. No cita testigos ni pericias. El único informe de accidentología que se conoce sobre el caso afirma que el otro vehículo circulaba a más de 60 kilómetros por hora, y Martini lo hacía a menos de la permitida.
Siete veces
El 25 de marzo alrededor de las 18, Martini conducía un Nissan March por Islas Malvinas hacia el oeste y una camioneta Ford Ranger lo hacía por Buenos Aires hacia el sur. Como consecuencia del impacto, el vehículo mayor volcó e impactó contra otro que estaba estacionado.
A la magistrada le hicieron siete veces la prueba del alcohotest porque el artefacto daba error. En la última arrojó un positivo de 0,64 gramos de alcohol en sangre. No le hicieron la contraprueba 15 minutos más tarde, como dispone la reglamentación.
Se le hizo un acta contravencional por manejar «en estado de ebriedad» que fue apelada. Martini pidió, entre otras medidas, que informen cuál fue la última fecha en que se calibró ese equipo y que el INTI certifique cuáles son los laboratorios habilitados para hacerlo.
Sin supervisión
El fallo de la jueza de Faltas es sorprendente. Admite que los equipos «están calibrados por un laboratorio privado que no forma parte de la red de laboratorios supervisados por el INTI», y no menciona la fecha en que fue calibrado por última vez.
Luego cita muy adecuadamente los peligros de conducir en estado de ebriedad, la cantidad de víctimas fatales que provocan los accidentes de tránsito, y le da un sermón a la jueza a quien «su cargo le exige una conducta irreprochable».
A continuación la declara responsable del accidente, sin citar ninguna prueba. La condena a pagar 400 módulos (equivalentes a litros de nafta súper), a realizar un curso de educación vial y a 20 horas de trabajo comunitario.
El fallo puede ser apelado ante el intendente. Si ese alcoholímetro no funciona correctamente, ¿qué pasaría con el resto de las multas que se hicieron utilizándolo como prueba?
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