Comarsa ajustó su estrategia para acelerar la biorremediación
La tratadora ubicada en Parque Industrial de Neuquén cerrará el 2021 con todas las piletas remediadas y aumentará el material tratado. Tienen plazo hasta diciembre de 2022 para abandonar el sitio, pero puede prorrogarse.
La base de Comarsa en el Parque Industrial de Neuquén del Oeste (PINO) no tiene un solo metro cuadrado libre que no esté ocupado con material en proceso de biorremediación o a la espera de ser tratado. Todavía predomina el color obscuro en la mayoría de las pilas de tierra y el olor a hidrocarburos se hace presente en algunos sectores del predio.
También llama la atención que siete de las ocho piletas que solían estar repletas de material en proceso y con alto contenido de hidrocarburos hoy están vacías, sin rastros de que alguna vez hayan tenido algo, a la espera de ser tapadas. Así lo pudo relevar Energía On en una recorrida exclusiva de la que participó para ver cómo opera la empresa desde adentro.
La cubicación que realizó empresa en septiembre del año pasado les dio que aún tienen 220.000 metros cúbicos (m3) entre el material que está en proceso de tratamiento y el que no, mientras que cuando arrancó con el plan de biorremediación tenían 308.000 m3 dentro del predio. Por una resolución del gobierno neuquino, la firma no recibe nuevos ingresos desde 2017 y tampoco puede aplicar tecnologías de tratamiento, solo remediación.
El año pasado, en plena pandemia, decidieron ajustar su estrategia de operación para agilizar el proceso de biorremediación y centraron su operación en las 8 piletas que tienen dentro del predio. Hoy solo les resta terminar de tratar casi la mitad de la última.
El objetivo de la empresa fue liberar espacio en el predio para poder tener mayor cantidad de metros cúbicos en tratamiento y de esta manera acelerar el plan de biorremediación.
“La biorremediación es 80 por ciento tiempo 15 por ciento técnica y 5 por ciento control, porque hay cosas que vos tener que controlar que se mantengan, como humedad, PH, aireación. El hidrocarburo es una materia orgánica y la bacteria que lo come es propia del hidrocarburo. Lo que tenés que tener es la mayor cantidad en tratamiento, cosa que el tiempo juegue a favor tuyo”, explicó el gerente general de Comarsa, Nicolás Messina.
Las piletas todavía están sin tapar y esto es por dos motivos: primero porque la autoridad de aplicación realiza pozos dentro de las piletas para constatar que no hubo filtraciones en el suelo y segundo porque serán tapadas con el material remediado, pero recién cuando tenga menos de 1% de hidrocarburos, que es lo que estipula la ley.
“Nosotros lo que queremos es a tener más lugar para tener más tiempo en proceso mucho material, tipo 120.000 ó 150.000 m3, pero como acá no tenemos mucho espacio, por eso queríamos eliminar las piletas”, añadió Messina.
Una vez superado esos procesos, recién ahí se podrán tapar las piletas y de esta manera la firma busca eliminar por completo el material virgen que todavía tiene en el predio. El año pasado la empresa logró reducir el hidrocarburo por debajo del 1% -y sacar del predio- cerca 86.000 m3 de material, una marca que probablemente no se alcance en la cubicación de septiembre del 2021. Sin embargo al eliminar las piletas se espera que para el año 2022 no solo se alcance, sino que se supere.
“Este año nuestro objetivo principal fueron las piletas y también queremos terminar arriba de los 90.000 m3 en proceso de biorremediación y sin acopios vírgenes. Ahora estamos terminando las piletas y vamos a tener tres equipos, uno en la biorremediación, otro en acopio, y el otro para tapar las piletas”, agregó.
Según está estipulado por resolución, Comarsa debe terminar con la biorremediación y concretar el abandono del sitio en diciembre del 2022, sin embargo, por la pandemia lo más probable es que el plazo se estire 6 meses más hasta junio de 2023.
Los plazos que fijó la autoridad de aplicación fueron en base a lo que demora un plan de biorremediación que tarda entre 9 a 12 meses en lograr reducir el porcentaje de hidrocarburos por debajo de 1%. El clima de la zona también influye.
Inversiones:
La compañía planificó un plan de inversiones de entre 12 a 15 millones de dólares, solo en la biorremediación del predio del Parque Industria. Parte de ello comenzó a ejecutarlo desde 2018 y está estipulado que se alcance la cifra total en 2023.
La Justicia no encontró irregularidades en la empresa
Al cierre del año pasado, Comarsa fue tapa en los medios locales por una denuncia de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas (AAAA) que acusó a la tratadora por contaminación en Neuquén y Añelo. El grupo también denunció asociaciones ilícitas entre empresas y autoridades estatales.
Sobre el tema, el gerente general de la firma aseguró que toda la información, autorizaciones, estudios y permisos los tenían en regla, producto que las autoridades locales los controlan regularmente y de no cumplir con las reglas, los multan.
“Con lo que es la denuncia en particular nosotros hicimos lo que teníamos que hacer. Nos enteramos por los medios antes que por la Justicia, pero cuando nos informaron se presentó el fiscal con todo el equipo, nos pidieron todos los papeles de Parque Industrial y de Añelo y siempre quedamos a disposición”, indicó Messina.
Según detallaron desde la empresa, la subsecretaría de Ambiente de provincia realiza inspecciones semanales en sus predios para monitorear cómo están trabajando y cuál es el porcentaje de ejecución que tienen en el plan de biorremediación. Al mismo tiempo, Recursos Hídricos realiza mediciones en sus predios para buscar filtraciones con pozos de 2 a 7 metros.
“Nosotros antes de la denuncia, tuvimos visitas de Nación, provincia viene todas las semanas, Recursos Hídricos y hasta el municipio. Entonces nada de lo que te puedan pedir de afuera, no te lo pidieron acá antes. Eso es lo bueno de tener una autoridad de aplicación que saben mucho del tema”, expreso Messina.
Los clientes de Comarsa, que en su mayoría son petroleras extranjeras, no se mostraron preocupados por la denuncia y al contrario de lo que esperaban, las denuncias no causaron inconvenientes. “No estaban preocupados y eso tiene que ver con la forma en la que operamos. Había un ecosistema armado en el que gracias a todos los controles que nos hacen, no nos encontraron zonas blandas”, concluyó Messina.
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