Reclamo a Ipross: «A mi hija no le queda mucho tiempo de vida y quiero compartirlo con ella»
No encuentra enfermeras que cuiden a su hija que está en una etapa terminal, en Roca. Pasaron de pagarles 250 pesos a 160.
Susana Rivas se cansó de los trámites burocráticos. Y por eso, esta mañana se encadenó en uno de los accesos a la delegación de la obra social Ipross, ubicada en calle Mitre 535 en Roca, para demandar una solución integral a un problema que le demanda mucho tiempo y mucha energía.
Susana es docente y tiene una hija de 16 años con múltiples discapacidades. Es consciente que no le queda mucho tiempo de vida y es por que quiere estar más cerca de ella y no perderlo en los trámites burocráticos que demanda la obra social.
«Tiene 16 años y una enfermedad progresiva e irreversible que avanza. Ella necesita de un tratamiento que Ipross debe cumplir pero siempre lo hace a medidas. Yo he presentado recursos de amparo y los fallos siempre fueron favorables pero me dan soluciones a corto plazo y a los pocos meses volvemos a lo mismo», se lamenta la mamá de Camila.
Ya han tenido que recurrir a los tribunales toda vez que demandaban algún equipamiento como una silla de ruedas o un colchón antiescara.
Pero ahora la situación es distinta. Es que su hija necesita de cinco enfermeras que la acompañen durante las 24 horas ya que por su edad, demanda una atención particular. «Tiene mucha fuerza y ya no puedo hacerlo sola», explicó.
El tema es que las cuidadoras pasaron de cobrar 250 pesos la hora a 160. «Imagínese que un kilo de pan sale 100 pesos. No les alcanza para nada», explicó.
A mi hija no le queda mucho tiempo de vida y quiero compartirlo con ella y no haciendo trámites burocráticos
Susana Rivas, mamá de Camila.
La angustiada madre explicó que desde Ipross le dijeron que existe un vademecum que detalla el dinero que debe recibir cada prestador. «Con un recurso de amparo se acordó que las cuidadoras iban a cobrar 250 pesos teniendo en cuenta que Camila se encuentra una situación que puede morir en cualquier instancia. No puedo conseguir a una persona, la gente no quiere venir a trabajar, es muy difícil y menos por 160 pesos», explicó.
Para Susana, esta situación genera un desgaste y por eso decidió esta mañana protestar en las oficinas del Ipross. «Me voy a encadenar hasta que aparezca una persona que represente a la institución», remarcó.
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