«La peor pandemia es el egoísmo»: el mensaje de un maestro de 27 años que murió con Covid
Guillermo Javier Migliorini Izurieta murió el lunes y, con la noticia de su fallecimiento, se difundió un texto que publicó en sus redes sociales a un día de su internación.
El lunes murió Guillermo Javier Migliorini Izurieta, un docente de 27 años de Mar del Plata que tenía coronavirus. Por su edad y profesión, la noticia se hizo conocer rápidamente, pero tomó más dimensión cuando se difundió una de sus últimas publicaciones en las redes sociales, donde, además de contar lo que le pasaba, hablaba de sus posturas: «La peor pandemia es el egoísmo, y de esa creo que no hay salvación».
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Migliorini conoció su diagnóstico positivo hace un mes, pero cinco días después tuvo que ser internado porque su condición de salud empeoraba rápidamente. El 10 de marzo, el docente publicó una foto mostrando que se había colocado la primera dosis de la vacuna, pero, según informaron medios locales, también tenía una enfermedad prexistente que empeoró su condición.
Cuando se conoció la noticia de su muerte, a poco de un mes de su internación, fueron numerosas las muestras de dolor desde distintas instituciones educativas marplatenses. «Fue un ejemplo de profesor; comprometido profundamente con la sociedad de su tiempo y con todos sus alumnos. Un trabajador de la educación entusiasta y siempre alegre», recordaron desde el Instituto Superior de Formación Docente Nº19.
Casi al mismo tiempo de la noticia de su muerte, comenzó a circular la publicación en la que contaba lo que le ocurría, pero también criticaba la presencialidad de las clases, por la falta de condiciones. Compartimos el texto completo:
«Desde el martes sé qué estoy con COVID, los síntomas: fiebre muy alta que no se baja y dificultad para respirar. Lamentablemente, mí hermano mayor también presentó síntomas y por lo tanto continúa aislado en su pieza. A pesar de todo, se ocupó siempre de cuidarme y llevarme a la guardia cuando los síntomas arreciaban.
Anoche entré en internación porque no saturaba bien. Tengo mucha fe en los profesionales que me cuidan, y en las personas que me quieren y están tirando rezos, oraciones y buenas energías.
Ojalá, a muchos de mis contactos que creen en la estúpida ficción de la nueva presencialidad, montada para aplacar a los medios -que no paran porque son CRIMINALES de la peor calaña-, se les caiga esa fachada y puedan ver la realidad.
Si tus hijos van a escuelas privadas, pensá que los que vamos a las públicas… Algunas, sin siquiera aulas ventiladas según el protocolo.
Si viajás al cole en auto, pensá en quienes usan colectivo, con las ventanas totalmente cerradas.
Si vas al colegio en Mar del Plata, pensá en cuanto falta para que lleguen los fríos, las heladas y nos obliguen a tener que mantener las clases muertos de frío (nosotros y los chicos).
La peor pandemia es el egoísmo, y de esa creo que no hay salvación».
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