En plena pandemia abrió una fábrica, pero sin gas no puede operar

Elabora alimentos luego de que la cuarentena le hiciera cerrar su rentadora de autos. Como no le habilitan el caudal necesario, la fábrica no produce.

Gabriel Trujillo decidió en plena pandemia emprender algo nuevo: producir alimentos congelados. La inversión que hizo fue millonaria, con equipamiento de última tecnología, pero desde hace 4 meses tiene todo listo para empezar, con habilitación, pero un problema con la conexión de gas le frenó el desarrollo y ya no sabe a dónde acudir para destrabar esta situación.

Trujillo tenía una rentadora de autos que -como todos los negocios vinculados al turismo en Bariloche o cualquier otra ciudad del mundo- entró en crisis el año pasado con el inicio de la cuarentena.

Por eso pensó en cambiar de rubro. Primero quiso ser distribuidor de productos alimenticios, pero finalmente, por impulso de su familia, optó por producir sus propios medallones de legumbres y vegetales congelados que denominó Fast Good, una marca con la que también ofrece viandas saludables.

Para el desarrollo -que emprendió hace un año- alquiló un edificio, lo acondicionó con las medidas de higiene y seguridad necesarias que le impone en municipio y compró las maquinarias para el procesamiento, con la capacidad de producir 100.000 medallones por mes.

Sin embargo, cuando solicitó la conexión de gas a Camuzzi, que es el trámite indispensable para tener el servicio, se encontró con problemas por una supuesta conexión ilegal anterior, que aún sigue sin resolver.

“Acá hay corrupción, desidia y encubrimiento”, lanzó Trujillo al señalar que los inquilinos anteriores del edificio de la calle Anasagasti 470, donde funcionaba una fábrica de cerveza artesanal, instalaron un caño de 2 pulgadas en un tramo de 70 metros desde el medidor, sin habilitación.

Solución a medias

Por eso, cuando los inspectores de Camuzzi acudieron meses atrás a su pedido de conexión se encontraron con obras que no habían sido declaradas y no coincidían con los planos que se encontraban en la empresa. Había modificaciones que no habían sido informadas.

El propietario del edificio que alquila dijo desconocer la situación irregular y de manera posterior se presentó el matriculado, que supuestamente realizó esa obra, y “acondicionó” la instalación para que finalmente Camuzzi instale un medidor.

Eso fue el 21 de abril, pero el caño que habilitaron es de 1 pulgada, que no sirve para abastecer la fábrica de congelados, que tiene el gas como uno de sus principales insumos, ya que hay mucha comida que cocinar.

Hoy en el ingreso al edificio se evidencia un caño cortado sobre la puerta de acceso, un desvío de la cañería y el gas habilitado solo permite el funcionamiento de un calefactor y un termotanque. En el interior están los cajones de verduras que “se están pudriendo”, según denunció Trujillo, quien a mediados de abril compró la mercadería para comenzar a operar y dio de alta a los trabajadores que tendrá la empresa, pero todavía no puede comenzar a operar.

Trujillo señaló que están en conocimiento de este conflicto las autoridades locales de Camuzzi y del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), además de la senadora Silvina García Larraburu.


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