La interna y la Corte como máximo enemigo
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL
Es evidente: la unidad no requiere de gestos de unidad, porque los gestos forzados se convierten en una suerte de confesión. En un mismo acto, el gobierno nacional admitió sus diferencias internas, marcó a su enemigo principal y eligió el candidato de la oposición. El desgaste al ministro de Economía Martín Guzmán continúa. La Corte y el Poder Judicial volvieron al primer lugar de las críticas oficiales luego del fallo que respaldó la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. Y -ya durante el último año- el Ejecutivo se encargó de subir al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, al ring, anticipadamente para lo que él hubiera preferido: no deja de ser, sin embargo, una apuesta peligrosa.
“Saquen esta foto, esta es la foto de nuestra unidad”, fue el pedido del Presidente en el acto del último miércoles en la Provincia de Buenos Aires. El gobierno organizó el acto fundamentalmente para mostrar a Fernández, a la vicepresidenta Cristina Kirchner, al presidente de Diputados Sergio Massa y al gobernador bonaerense Axel Kicillof, juntos. La foto, en cualquier caso, la difundió Presidencia, no el periodismo: y la foto fue una forma de reconocer la crisis interna que vive el gobierno ahora en torno del Ministerio de Economía, que conduce Martín Guzmán, luego de que el ministro no pudiera echar -aun con respaldo del Presidente- al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, que responde a Cristina y a La Cámpora. En un discurso furioso contra el poder judicial, Fernández se alineó, una vez más, completamente con la línea cristinista: esa es la unidad que le gusta a la vicepresidenta. Cristina no habló en el acto, porque ella no necesita hablar más que a través de las acciones de su gente.
Porque el desgaste al ministro Guzmán continuó luego y pese a la foto. Los principales referentes del cristinismo en el Senado le dieron dictamen a un proyecto declaración de Oscar Parrilli para reclamarle al Ministerio de Economía que el “extra” que el FMI enviará a sus países miembros, estimado en u$s 4.350 millones para la Argentina, no sea utilizado para pagar “deuda o intereses”, sino para “paliar la pandemia”. “Esto no es una interna, esto tiene como destinatario a las autoridades del FMI”, dijo Parrilli.
La foto fue una forma de reconocer la crisis interna que vive el gobierno ahora en torno del Ministerio de Economía, que conduce Martín Guzmán.
Pero si el mensaje es para el FMI, ¿por qué el mensaje no fue del propio Ejecutivo, sino de una facción del Senado? El proyecto, que sería aprobado esta semana en el recinto, se trata textualmente de un pedido al Ministerio. Guzmán mira con preocupación la inflación y sabe de la necesidad de bajar la emisión monetaria; el kirchnerismo pretende todo el gasto posible en asistencia y no quiere ajustes en un año electoral: eso quedó demostrado con la resistencia de Basualdo al aumento tarifario de la energía. Cristina y Kicillof miran el cargo de Guzmán con ganas, pero el ministro -aseguran en el Ejecutivo- no está en peligro: eso sí, el desgaste lo siente.
Como se dijo, no fue la única señal que dejó el acto del gobierno. El Presidente apuntó directamente contra los miembros de la Corte, mientras intenta por ahora sin éxito reflotar los proyectos de reforma judicial en el Congreso. La vicepresidenta, vía twitter, denunció un golpe blando por el fallo del máximo tribunal. El cristinismo siempre necesitó de un enemigo claro: ahora, vuelven a ser los jueces de la Corte.
El kirchnerismo pretende todo el gasto posible en asistencia y no quiere ajustes en un año electoral: quedó demostrado con la resistencia de Basualdo al aumento tarifario.
“No pueden usar las sentencias para favorecer a los candidatos que les gustan”, le dijo Fernández a los jueces. Pero no fueron los miembros de la Corte los que eligieron a Larreta como el candidato a confrontar de la oposición. Fue el propio oficialismo, con su quita de fondos, con los embates diarios por el manejo de la pandemia en la Ciudad, con el intento de forzar la suspensión de las clases. El gobierno de Cambiemos dejó un aprendizaje: eligió a Cristina como candidata y Cristina ganó en el 2019. Y sigue ganando, ahora en la interna del Ejecutivo.
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