El precio de no ser pobre crece más rápido que el salario
Se conoció el valor de la canasta básica en marzo. Las líneas de pobreza e indigencia avanzaron 48% el último año, mientras que los salarios registrados promedio lo hicieron solo un 26%.
El deterioro de los indicadores sociales es uno de los flagelos más crueles y urgentes en Argentina. La pobreza alcanza a cuetro de cada diez habitantes y la indigencia a uno de cada diez. Con precios que crecen a una velocidad cada vez mayor, y la segunda ola de Covid desatada en el corazón del país, el escenario no parece tener atenuantes en lo inmediato.
En ese escenario, el Indec acaba de dar a conocer la valorización de la canasta básica para el mes de marzo, y los contrastes son contundentes.
Según el organismo oficial de estadísticas, el valor de la Canasta Básica Total (CBT) para una familia de cuatro integrantes (dos adultos y dos niños), fue de $60.874 en el mes de marzo. Tal es la suma que dicha familia necesita reunir durante el mes a fin de no ser considerada pobre, o lo que comunmente se conoce como “línea de la pobreza”. La CBT incluye los bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades mínimas de alimento, vestimenta, vivienda, transporte y esparcimiento.
Asimismo, el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) se ubicó en $25.865 en el tercer mes del año. Tal es la suma conocida como “línea de la indigencia”, que equivale al monto que la citada familia de cuatro integrantes debe reunir mensualmente para poder comer.
“Estamos en una situación crítica. Los que la tienen complicada son los jóvenes, para entrar el mercado laboral. Ahí hay una clave”.
Daniel Arroyo – Ministro de Seguridad Social de la Nación
El dato pone a la vista las serias dificultades estructurales que presenta hoy la economía nacional. Tales desequilibrios se manifiestan en dos planos.
El primero tiene que ver con la velocidad a la que crece el valor de la canasta básica, en comparación con el nivel general de precios. La inflación acumulada en los últimos doce meses es del 42,6%, mientras que la inflación del mes de marzo fue del 4,8%. Como contracara, el valor de la CBT creció el último año un 45% y el de la CBA un 48%, mientras que en el mes de marzo el crecimiento del valor fue 5% y 4,5% respectivamente. La conclusión es inequívoca: el precio de no ser pobre en Argentina, crece a un ritmo más acelerado que el del nivel general de precios.
El segundo tiene que ver con la velocidad a la que crece el valor de la canasta básica, en comparación con los salarios registrados.
El último dato disponible en relación a la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte), indica que en el último año los salarios crecieron en promedio un 26%. Implica que el costo de la canasta básica crece al doble de velocidad que a la que lo hacen los salarios. De mantenerse en el tiempo, la tendencia garantiza que cada vez serán más los trabajadores que caerán en la pobreza.
Bastan un par de datos para confirmar el punto. El salario de un empleado de comercio administrativo, con cinco años de antiguedad, oscila hoy los $53.000. Significa que una familia en la que uno solo de sus integrantes es empleado, está hoy en la pobreza. Un cálculo similar puede hacerse en el caso de un o una docente, o de una persona trabajadora en el sector salud. En todos los casos, la certeza es que en toda familia es necesario que al menos dos de los integrantes tengan un trabajo estable si se desea escapar a la pobreza.
El escenario es aun mas crudo si el contraste se realiza tomando en cuenta la situación de los trabajadores no registrados. En dicha franja del mercado laboral, donde no existe ningún tipo de convenio colectivo que regule las remuneraciones, el parámetro utilizado es el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) establecido por el Consejo del Salario. El mismo está ubicado en $21.600 desde el último mes de enero.
La comparación arroja que una familia en la que uno solo de los integrantes trabaja en la informalidad, no logra reunir en un mes lo necesario para escapar a la indigencia. En otras palabras, no alcanza a reunir los recursos necesarios para poder comer. Asimismo, si dos de los integrantes de la familia se desempeñan en la informalidad, no logran reunir la suma necesaria para escapar a la pobreza. Según el último relevamiento del mercado laboral publicado por el Indec, cuatro de cada diez trabajadores argentinos se desempeña en la informalidad, sin recibir ningún tipo de cobertura social (aportes jubilatorios, contribuciones patronales, obra social).
Los datos revelan una clave si lo que se pretende es un sendero de pobreza a la baja: es necesario poner el foco en el mercado laboral. Los números anticipan, dada la velocidad a la que crece el valor de la canasta básica y a la que se mueven los ingresos laborales promedio, que existe una matriz estructural que a medida que pasa el tiempo, genera el ingreso progresivo a la pobreza de los trabajadores de las capas bajas y medias bajas de ingreso.
Datos
- $60.874
- Lo que necesita al mes una familia de cuatro integrantes para no ser considerada pobre.
- 48%
- Lo que creció el valor de la canasta básica el último año, frente a una inflación del 42,6.
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