Allen: un nene lleva dos años esperando una silla especial por la demora de Osecac

Pese a contar con un amparo a favor, la orden de la Justicia nunca se ejecutó y su calidad de vida se deteriora cada día más. Esta semana se dictó incluso un grueso embargo, a modo de multa por los atrasos.

Cuando Nimsi comenzó con los trámites para cambiar la movilidad de su hijo, corría el 2019. Buscaba sumarle calidad de vida, de acuerdo a sus nuevas necesidades. Hoy, casi 24 meses después, este nene de Allen ve cómo se apaga su día a día, retenido por las trabas del sistema. Ni siquiera con una sentencia de la Justicia, Osecac (Obra Social de los Empleados de Comercio y Actividades Civiles) cumple con su derecho de acceder a una silla ortopédica específica.

Itan tiene 9 años, una sonrisa amplia y es fanático de las frambuesas, el helado y la música. Pese a los pronósticos por la discapacidad que presenta, ha logrado sobreponerse una y otra vez desde que nació, frente a una hidranencefalia congénita. Entre otras patologías, la rigidez es uno de los condicionantes que enfrenta, por eso su médica fisiatra mandó a que consigan una silla de ruedas que reemplazara al changuito anterior. Él había crecido en estatura y peso, entonces «no le estaba favoreciendo en nada, complicaba más su situación», explicó su joven madre. Recuerda que en los días lindos iban a la plaza, en el verano al río o a ver familiares. Pero mientras se demoraba la respuesta de Osecac, él se fue quedando cada vez más quieto y lentamente cambió su rutina.

Desde Osecac «han manifestado que solo van a entregar una silla de ruedas común y no la especial que necesita el niño», dijo a RÍO NEGRO el abogado que representa a la mujer, Daniel Cuomo. Foto: Gentileza.

El tiempo pasó y en el medio, hasta le mandaron una silla que no era la solicitada, por lo que tuvieron que devolverla. Una reposera con almohadas y almohadones fue la alternativa transitoria que encontraron para que no estuviera siempre acostado en su cama, pero no puede seguir así. Cuentan que «antes se levantaba a las 8. Tomaba su leche, con galletitas remojadas, y después por lo general salíamos, siempre había algo que hacer. Ahora el encierro lo ha puesto más inactivo, se levanta a las 12. Nosotros lo alimentamos por el botón gástrico a las 8 de todas formas, pero ya no puede acompañarnos a hacer trámites, ir al médico o a un simple paseo por la plaza, pesa demasiado y se ha complicado».

La silla que necesita Itan.

Por estos días, cumple nueve meses la sentencia de la Cámara Laboral N°2 de Roca, en respuesta al amparo que inició la mamá de Itan, cansada de incertidumbre y burocracia. El fallo le salió a favor, pero desde «OSECAC nunca han prestado atención alguna al reclamo. Han manifestado que solo van a entregar una silla de ruedas común y no la especial que necesita el niño», dijo a RÍO NEGRO el abogado que representa a la mujer, Daniel Cuomo. Fue tanta la demora, que esta semana se dictó incluso un grueso embargo, a modo de multa contra la obra social, por los días de atraso. Aún así, la silla no llega y temen que todo se siga dilatando en el tiempo.

A pesar de la impotencia, ni siquiera puede discutir con los referentes de la mutual, porque depende de sus prestaciones para que el nene pueda seguir con las consultas y estudios que necesita constantemente.

«Lamentablemente nadie con autoridad en Osecac da la cara, las únicas que se encargaron de tomar los reclamos son las empleadas de mesa de entradas»,

reniega la joven, que acude seguido a las oficinas de calle Misiones, en Allen.

Según la sentencia, en este caso se están afectando «al menos tres elementos esenciales, el derecho a la salud, el interés superior del niño y el plus de garantías que deben asegurarse a las personas con discapacidad». «Se refleja», dice el texto firmado por el presidente del tribunal, Juan Huenumilla, «la conducta omisiva de la obra social Osecac, quien con su silencio frente al pedido de informe, diligenciado y recibido, ha confirmado la conducta desaprensiva e indiferente frente a la petición concreta realizada por la amparista y sus posteriores reclamos». «No pueden pretender quedar al margen de la normativa provincial y nacional que establece una cobertura total», sostuvo en su postura el magistrado, a la que adhirieron sus colegas María del Carmen Vicente y Daniela Perramon.

En su intento por conocer la versión de la mutual, este medio se comunicó vía telefónica con la sede allense y obtuvo argumentos similares a los que vienen escuchando hace rato la madre y su abogado. Derivaron el tema a Buenos Aires por tratarse de un caso judicializado y dijeron no conocer en qué estado se encuentra la gestión.

Mientras tanto, en la casa de Itan aguardan, impacientes, a que llegue un correo electrónico, a que suene el teléfono, algo. Desde el living, él mira a su alrededor y también espera, lo rodean el amor y el apoyo de su entorno.

«Con los 20 kilos que pesa no lo podemos levantar. Mas allá de su patología, no es vida, ir de la cama a una reposera… es muy feo ver cómo se pasan por sobre sus derechos»,

concluyó Nimsi.


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