Rumbo a la cumbre climática: definen que el compromiso de Argentina es «críticamente insuficiente»
Toman en cuenta el Acuerdo de París. Alberto Fernández participará del evento, que tendrá a Estados Unidos como sede.
La mayoría de los países que firmaron el Acuerdo de París redujeron sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 2020, debido al inédito parate de la actividad económica que forzó la pandemia, y aseguran estar orientados hacia una transición verde; sin embargo, a días de una nueva cumbre climática en Estados Unidos, los esfuerzos todavía son insuficientes para cumplir con los compromisos asumidos en 2016.
De cara a la cumbre preparatoria que encabezará el próximo jueves y viernes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de la que participará Alberto Fernández, se describen a continuación los compromisos y la performance de los seis países que más contaminan en el mundo, sumada la Argentina, en el puesto 155, según el sitio web Rastreador de Acción Climática (CAT).
Argentina
Su compromiso es «críticamente insuficiente» y está ubicada en el puesto 155 del ranking de países más contaminantes, a diferencia de los anteriores, que están a la cabeza de la lista. Las medidas de recuperación adoptadas por el Gobierno a partir de junio de 2020 están centradas en proteger a la industria del petróleo y el gas del colapso de los precios para proteger el empleo, mientras que las medidas de recuperación verde aún no tienen un rol protagónico en el programa de recuperación económica.
China
Su compromiso fue «muy insuficiente», según el índice del CAT, y no alcanzó el objetivo de mantener los valores del calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados, acordado en la Cumbre de Cambio Climático de Copenhague en 2009.
El año pasado, China se comprometió a fortalecer su objetivo climático 2030, con emisiones máximas de GEI hasta ese año, para reducirlo luego y alcanzar la neutralidad de carbono en 2060. Su política durante la pandemia colaboró con esos objetivos a través de paquetes de estímulo orientados hacia una transición verde de la industria y la fuerza laboral, al tiempo que mantuvo su compromiso con el uso de energías renovables.
Sin embargo, la actividad económica sigue siendo intensiva en carbono y requiere una alta demanda de energía proveniente de combustibles fósiles, a la vez que mantiene sus compromisos con la industria del carbón, a la que benefició revocando restricciones a los permisos para instalar nuevas plantas.
Estados Unidos
Sus compromisos son «críticamente insuficientes». Si todos los estados tuvieran esta calificación, la más baja, el calentamiento global superaría los 4 grados centígrados. El país retrocedió en materia ecológica durante el Gobierno de Donald Trump, quien abandonó el Acuerdo de París y relajó las políticas ambientales.
Al asumir en enero pasado, el presidente Joe Biden volvió al acuerdo climático y firmó decretos para reducir los subsidios al sector petrolero y a la explotación de otros combustibles fósiles, al tiempo que presentó un plan de recuperación económica centrado en la creación de empleos verdes y el uso de energía limpia.
El año pasado, las emisiones de carbono bajaron por la parálisis productiva provocada por la pandemia, pero al mismo tiempo se relajaron las regulaciones ambientales, lo que permitió que las industrias violen normas sin ser multadas.
India
Sus compromisos son «compatibles» con el objetivo de 2 grados centígrados por encima de la temperatura preindustrial de Copenhague 2009, pero no es consistente con el 1,5 del Acuerdo de París.
El estancamiento económico debido a la pandemia llevó a fuertes reducciones en las emisiones a corto plazo, pero comenzarán a aumentar a menos que India desarrolle una estrategia de recuperación verde.
El Gobierno de Narendra Modi da señales de políticas mixtas en relación a una transición verde, con un impulso hacia una mayor proporción de energía renovable para áreas rurales y transporte eléctrico, pero sin trazar un camino claro para alejarse del carbón y otros combustibles fósiles.
Rusia
Sus compromisos son «críticamente insuficientes». La Estrategia Energética 2035 del Gobierno ruso tiene como objetivo apoyar y desarrollar las industrias de combustibles fósiles, ignorando en gran medida las energías renovables a las que incluso percibe como una amenaza para la expansión de los combustibles fósiles.
Al igual que la mayoría de los países, durante 2020 redujo las emisiones de GEI debido a la paralización de algunas actividades, pero no inició una transición verde.
Japón
La crisis del coronavirus contribuyó a reducir las emisiones de dióxido de carbono de la actividad industrial, una tendencia que venía desde 2019 y que se suma a la promesa de eliminar gradualmente las plantas de carbón viejas e ineficientes e impulsar al energía eólica marina.
Sin embargo, sus compromisos mantienen la calificación de «muy insuficiente». Por un lado, porque las medidas de respuesta al coronavirus no incluyen estrategias de recuperación verde y, por el otro, por la ambigüedad de algunas medidas. Por ejemplo, se plantea restringir el financiamiento de plantas de carbón en el extranjero solo en aquellos países comprometidos con la descarbonización.
Alemania
Su compromiso es «muy insuficiente» y debe fortalecerse para que sea compatible con el Acuerdo de París. La movilidad restringida y las medidas de cuarentena por la pandemia redujeron la actividad industrial y la demanda de energía, por lo que la emisión de GEI se redujo. Sin embargo, el programa propuesto para salir de la crisis no está orientado hacia una transición verde.
Además, el Programa de Acción Climática 2030 del Gobierno alemán, adoptado en diciembre de 2019, carece de un plan claro para alcanzar su objetivo previsto de neutralidad de carbono para 2050.
Agencia Télam.
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