Los empresarios turísticos de Bariloche piden más ayuda oficial en 2021
El “veranito” pasó y en la temporada baja la actividad cayó a niveles preocupantes. Sin los subsidios al pago de salarios de la magnitud del año pasado, lo complejo de la situación se agudiza, dijeron.
En el peor momento de la cuarentena y aun después, durante el inolvidable 2020, el turismo era sin discusión “una de las actividades económicas más castigadas”, con prohibiciones de viajar y el cierre estricto de hoteles, cabañas y campings que se extendió hasta diciembre. En esos meses el Estado nacional descargó una ayuda millonaria sobre el sector, que todos valoraron como un aporte clave para sostener el empleo y la viabilidad de las empresas.
Luego el turismo en Bariloche entró sin transición en un período de optimismo, con repetidas alusiones de funcionarios y empresarios a una temporada de verano que “superó las expectativas”. Pasada la Semana Santa, volvieron las malas noticias, con un alza continua de los casos de Covid y decisiones como una nueva veda para el turismo estudiantil y pronósticos que anticipan nuevos cierres totales.
Para los empresarios el intervalo diciembre/marzo se parece cada vez más al ojo de un huracán: un breve período de calma que sólo anticipa la vuelta del vendaval.
La presidenta de la Cámara de Turismo local, Belén García Bertone, repasó las situaciones que atravesó la actividad en Bariloche, reconoció que el despliegue de Nación vía ATP (Asistencia al Trabajo y la Producción) durante ocho meses fue un soporte fundamental. Le sumó “otra herramienta importante que fue el Fondo de Auxilio y Capacitación”.
También valoró la operatoria Pre Viaje del ministerio de Turismo de Nación.
Señaló que los créditos a tasa 24% no fueron útiles para el sector porque “tienen poco sentido cuando no hay un horizonte de reactivación a la vista” y de hecho tuvieron tres meses de gracia y las primeras cuotas vencieron cuando todavía estaban con “facturación cero”.
Respecto del acompañamiento actual García Bertone dijo que el programa Repro II (Recuperación Productiva), que cobran las empresas con probada caída interanual en su facturación, “tiene muchas más condiciones, requiere el trabajo de un contador, que para los ATP no hacía falta” y son muy pocos los empleadores los que califican.
De hecho, la asistencia casi universal que implementó el gobierno el año pasado llegó a atender en su pico a 2.200.000 trabajadores en todo el país y el Repro hoy cubre menos de un 15% de ese total. Pero el ahorro es mucho mayor porque el ATP consistía una ayuda del Estado equivalente como máximo a dos salarios mínimos, vitales y móviles (33.750 pesos) por trabajador, con la obligación de sostener el empleo como condición excluyente. El Repro II en cambio asiste con 9.000 pesos, que sube a 12.000 en las actividades “críticas”, como turismo, gastronomía y espectáculos.
La persistencia de la pandemia dificultará que el turismo termine de recuperarse en 2021”.
Texto del proyecto de emergencia.
El raleo en la lista de beneficiarios se dio por las nuevas condiciones de ingreso y también por una evidente discrecionalidad en la admisión. García Bertone dijo que “los indicadores para el Repro son siete y hay que cumplir por lo menos cuatro”. Van desde una caída documentada en la facturación contra el mismo mes del año anterior (actualizado por inflación), hasta un descenso en los consumos de luz y gas, sumado a datos sobre la liquidez corriente de la empresa y el nivel de endeudamiento.
“Hasta marzo eso funcionó, pero en abril no van a tener con qué comparar porque en abril del año pasado estuvimos cerrados”, dijo García Bertone. El ministerio de Trabajo estudia poner como parámetro el mismo mes de 2019, con la debida corrección inflacionaria. El incremento en los montos también generó expectativa desde que el gobierno anunció que lo llevaría a 18.000 pesos por trabajador.
La presidenta de la Cámara de Turismo dijo que el gran problema es la selectividad del nuevo régimen de asistencia económica. Señaló que en la era de los ATP “era difícil encontrar a un colega (hotelero o gastronómico) que no lo cobrara”, mientras que el Repro llega a menos de la mitad de los solicitantes. Y nunca termina de estar clara la razón de los rechazos.
Según la dirigente, no hay margen para nuevos cierres de la actividad turística, porque la recuperación del verano llegó a compensar apenas una parte de la estrepitosa caída del año anterior. Dijo que la baja temporada hasta el invierno ya no los encuentra con una reserva para cubrir los gastos indispensables, como ocurría en años anteriores, y sólo podrán subsistir con un ampliación de la ayuda estatal.
“La situación es muy grave, ya empiezan a entrar embargos de cuentas bancarias -graficó-. No sólo haría falta una continuidad del ATP o el nombre que sea, con esa simplicidad de acceso. Sino también algún tratamiento especial de tipo fiscal. Hoy hay que pagar cargas sociales e impuestos sin moratoria. Los planes tienen intereses carísimos”.
Desde la Cámara de Comercio la mirada también es de fuerte inquietud por el futuro inmediato. Su presidente, Leonardo Marcasciano, recordó que el ATP para los comercios “se cortó intempestivamente en octubre pasado”, cuando tenían el pago de sueldos encima y el Repro II actual no tiene el mismo alcance.
Dijo que en aquellos meses finales de 2020 muchos comerciantes se inscribieron, cumplieron con los requisitos y lo recibieron, “pero cuando arrancó la temporada de verano muchos se despojaron, porque es natural que uno quiera vivir con lo propio”. Ahora la situación los obliga a desandar ese camino.
Señaló que la admisibilidad de este segundo programa tiene muchas limitaciones. “Te ponen la pata encima para que no lo hagas, los contadores se vuelven locos -argumentó-. Además son apenas 9.000 pesos, por eso muchos desisten”. El ATP rondaba los 25.000 por cada trabajador.
El año pasado, luego de extensos cabildeos, el Congreso nacional aprobó una ley que no fue de “emergencia” turística, como pedían algunos legisladores opositores sino de “sostenimiento y reactivación productiva” de la actividad”. Hubo ayudas selectivas, diferimientos impositivos y otros paliativos cuya aplicación ya caducó y hasta ahora no fue renovada.
La senadora Silvina García Larraburu (Frente de Todos) presentó con su par Ana María Ianni un proyecto para declarar, ahora sí, la emergencia turística en todo el país.
Dijo que la nueva ley contempla nuevas medidas tributarias, laborales, herramientas de incentivo y programas de promoción del “turismo de cercanía”. Descuentan que aun con la reactivación “incipiente” del verano, “la persistencia de la pandemia dificultará que termine de recuperarse en 2021”. Ante la consulta de este medio, García Larraburu admitió que no piensa en un despliegue de ayuda tan vasto como el de 2020, porque “la situación es distinta”.
Los trabajadores gastronómicos también enfrentan un panorama de marcado pesimismo. La actividad turística tradicionalmente se ralentiza en el período abril/junio, y este año quedaría afectada más aun por la suspensión de los viajes estudiantiles, anunciada días atrás para frenar la pandemia.
El sindicato gastronómico local recalculó con rapidez y advirtió que dejar sin empleo a los casi 2.000 temporarios de ese segmento generaría una crisis similar a la del año pasado, cuando realizaron varias movilizaciones y cortes de ruta en pleno período de aislamiento para reclamar asistencia del Estado.
El secretario general de Uthgra, Nelson Rasini, dijo que durante el verano vinieron a Bariloche 10 mil estudiantes y muchos temporarios tuvieron “al menos 20 días de trabajo por mes”, pero ahora “se corta todo”. Señaló que enviaron ya cinco notas al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, para plantearle la nueva crisis que se avecina y no tuvieron respuesta.
El último lunes libraron otra vez dos cartas documento a Moroni y al ministro de Turismo, Matías Lammens, en las que señalan que el cierre del turismo estudiantil genera “empobrecimiento y angustia en aproximadamente 1.800 trabajadores temporarios”.
El gremio se declaró en estado de “alerta”.
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