El DPA sigue de cerca el retroceso de dos glaciares en El Bolsón
El Perito Moreno Sur se reduce en longitud un promedio de 5 metros por año y el Hielo Azul, 8 metros por año. Preocupa además la pérdida de altura de estas grandes masas de reserva hídrica.
Los glaciares del cerro Perito Moreno Sur y Hielo Azul, en El Bolsón, registran una importante pérdida de masa de hielo, de acuerdo con las mediciones de los últimos diez años. El último informe realizado por técnicos del Departamento Provincial de Aguas (DPA) se llevó a cabo en marzo.
El glaciar del cerro Perito Moreno Sur abarca 9 hectáreas y registra un retroceso promedio de 5 metros por año; mientras que en el caso del glaciar Hielo Azul, de 51 hectáreas, el repliegue es de 8 metros por año, con una pérdida promedio anual de su espesor de 2,5 metros.
El monitoreo y las mediciones de estos glaciares se iniciaron en 2011, al año siguiente de la sanción de la ley de glaciares que establece un presupuesto mínimo para su protección, a fin de preservarlos como reservas estratégicas de recursos hídricos para el consumo humano.
“El trabajo de medición en algunos glaciares de la provincia empezó traccionado por esa ley. Se eligieron estos dos que son muy diferentes: uno es pequeño y el otro, mediano y además, responden a distintas variaciones”, explicó el ingeniero Martín Nini, del DPA Bariloche, al tiempo que aclaró que “resulta fundamental evaluarlos todos los años porque, de otra forma, las mediciones se pierden”.
Recordó que el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales ya realiza mediciones en el cerro Tronador; de modo que no tenía mucho sentido “medir lo mismo”.
Los primeros registros del glaciar Hielo Azul se remontan a 1953. El glaciólogo Sigfrido Rubulis retomó las mediciones en los años 80 hasta mediados de los 90. “Conseguimos el mapa original con sus anotaciones de puño y letra; de modo que pudimos reconstruir la historia desde la época del 50”, especificó Nini.
Mencionó que “ya desde esa época, se advertía una retracción del glaciar, situación que se extiende al resto”. Retrocede a una velocidad promedio de 8 metros por año. “Notamos también que no sólo se va hacia atrás sino que va como adelgazando, bajando mucho su espesor”.
Cuando se consulta sobre las causas, Nini argumenta que se debe a las altas temperaturas y escasas lluvias. “Hemos tenido mucha nieve pero probablemente, no alcanza a formar hielo”, planteó.
Respecto al monitoreo de los glaciares, desde el organismo plantearon que “la relevancia de su estudio y comprensión radica en su función de regulación en los sistemas hidrológicos, como aportes fundamentales en la conformación de los caudales de base de los cursos de agua” pero también manifiestan “los efectos del cambio o variabilidad climática global, con sus retrocesos y avances”.
Nini explicó que la medición que realizan es “básica aunque se emplea instrumental de precisión”. Se mide el frente del glaciar como así también los laterales y “se lo camina haciendo zigzag o rectas para evaluar el espesor”.
“Este año sumamos vuelos con dron para reconstruir la superficie del terreno. También hemos usado rocas del glaciar para determinar la velocidad con la que se mueve. Es como un río congelado; el agua va de arriba hacia abajo”, detalló.
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