Vecinos y organizaciones evitaron polémico remate

NEUQUEN (AN).- Una masiva movilización de organizaciones y vecinos impidió ayer el remate de tres departamentos del edificio Sol Jet de esta ciudad construido por la nefasta cooperativa Del Periodista, quebrada a mediados de la década pasada y con miles de damnificados sembrados en distintos puntos de la región. Los departamentos en cuestión -ubicados en el segundo, tercero y décimo piso de Santa Fe 370- son ocupados por tres familias que pagaron la totalidad de sus viviendas quienes cayeron en desgracia a partir de una maniobra de la conducción de la cooperativa.

El freno a la subasta se produjo en un clima de mucha tensión y en medio de un nutrido grupo de policías. En ese contexto de dientes apretados, hubo una mujer que pugnó por ingresar al local donde el martillero Hugo Paredes y la síndico Mabel Randazzo esperaban el remate. Cuando vio que no había posibilidades de llegar hasta el escenario del remate, la mujer optó por retirarse, lo mismo que un hombre que llegó poco después. A no ser por los remates -sobre todo de chacras- que hace algunos años logró frenar el grupo «Mujeres en Lucha», la situación que se vivió ayer no tiene precedentes aquí.

Entre los manifestantes estuvieron el defensor del Pueblo, Juan José Dutto, y la adjunta del organismo Graciela Bordieu; la delegada de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación Beatríz Gentile, la conducción e integrantes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) e integrantes del gremio docente ATEN. También se solidarizaron la diputada Beatri Kreitman y el concejal electo Jorge Salaburu (Patria Libre).

El ex diputado Ricardo Villar, damnificado de la cooperativa, fue en apoyo de las familias que ayer iban a perder su casa. Y habló en representación de Nilda D'Angelo, quien está seriamente afectada en su salud. Villar jamás podrá recuperar el aporte que hizo a la entidad pero está convencido de que es necesario resistir una medida injusta que no ha sido debidamente investigada.

La cooperativa Del Periodista era conducida por Ulises Normando Baca Cau y el ex convencional constituyente Manuel Vega. En su esplendor, la entidad llegó a contar más de 3.000 asociados, la mayoría de los cuales nunca logró la casa por la que había pagado. El golpe de gracia fue un crédito hipotecario de 1.800.000 pesos/dólares que el Bansud otorgó para hacer las terminaciones que nunca se hicieron pero que fueron certificadas. Nadie sabe el destino de los fondos y tampoco se explica cómo se concedió el préstamo en virtud de la inhibición que pesaba sobre la cooperativa. Bansud, no obstante, se cobró una deuda que la constructora Santángelo tenía con la entidad. La constructora quebró y enseguida hizo lo propio la oscura cooperativa de Baca Cau y Vega. Así, de buenas a primeras, la mayoría de los vecinos se encontró con una hipoteca por levantar a pesar de ignorar el préstamo.

«Evitamos los remates, pero cuidado que el proceso judicial sigue y la voracidad del banco por cobrar. Propongo que nos unamos para evitar estos remate. Es necesario el seguimiento de este proceso», afirmó Villar.

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