Señales de distensión hacia la Iglesia

El gobierno envió ayer señales de distensión luego de la arremetida presidencial contra el crítico documento del Episcopado y algunos funcionarios aseguraron que el Ejecutivo y la Iglesia no están «peleados» y que «retomarán el diálogo».

El ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, negaron que la relación entre el Gobierno y la Iglesia Católica se haya tensado nuevamente con las duras críticas del presidente Néstor Kirchner al último documento de la cúpula Episcopado.

En tanto, después del mediodía, y aunque no volvió a referirse directamente a los cuestionamientos que le hizo la Iglesia, Kirchner sí hizo mención a la realidad social a la que aludieron los obispos en su reciente pronunciamiento.

En ese sentido, Kirchner ratificó que «estamos luchando por salir del infierno» y reiteró su esperanza de poder decir, cuando termine su mandato, que «estamos a las puertas del purgatorio». «Todos los días cometemos errores, y hay que tener la capacidad de hacerse la autocrítica permanentemente. Pero ojo, cometen errores los que gobiernan, que tenemos que ser los más autocríticos, cometen errores los periodistas también…», agregó, en otro tramo de su discurso, que también pudo haber aludido al entredicho.

Antes, por la mañana, distintos religiosos cruzaron las acusaciones del presidente –quien el miércoles cuestionó la posición de la Iglesia durante la dictadura y señaló que el documento eclesiástico parecía redactado por políticos–, aunque lo hicieron en un tono cauteloso y medido.

No obstante, hasta las primeras horas de la tarde, ninguna voz de la cúpula de la Iglesia se había manifestado sobre la áspera reacción del jefe de Estado.

Dos diputados nacionales de centroderecha salieron a criticar a Kirchner y afirmaron que «agredir a una religión es una metodología nazi».

El diputado macrista Federico Pinedo consideró las afirmaciones de Kirchner como un ataque a todo el catolicismo, y sostuvo que «agredir a una religión es una metodología nazi». «Debería calmarse y permitir que el que quiere criticarlo lo haga», ya que él «no tiene por qué dividir y agraviar a los argentinos».

En tanto, el diputado demoprogresista por Santa Fe Alberto Natale, afirmó que Kirchner «atraviesa una situación mental preocupante», y que «es impropio» que un jefe de Estado «actúe de esta manera».

Sobisch apoyó a Bergoglio

Jorge Sobisch, gobernador de Neuquén y candidato a presidente, le envió ayer una carta al cardenal Jorge Bergoglio, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, para expresarle un enfático apoyo por el documento de la iglesia, que fue titulado «Una luz para reconstruir la Nación». «Deseo hacerle llegar mi profundo reconocimiento a tan claro análisis del país y sus problemas, base fundamental para encaminarnos hacia la recuperación de valores centrales para nuestro desarrollo espiritual y social».

«Considero muy responsable la reflexión sobre la Argentina, que deja al desnudo la crisis más clara y notable: la marginación, la desprotección de amplios sectores de la sociedad y la manipulación del Estado de derecho, que hoy se traduce en un creciente clima de violencia que nos enfrenta como ciudadanos y que nos aleja, a su vez, de la posibilidad de construir juntos un futuro mejor para la generaciones venideras». «Los claros conceptos de la iglesia católica argentina contribuirán para que los dirigentes políticos del país podamos ordenar un sistema que en los últimos años ha visto abandonada la solidaridad como herramienta central de convivencia».

Carlos Kunkel, subsecretario de Presidencia, «Cuando se pasa a emitir opiniones políticas entendemos que, respetando la investidura –de la iglesia–, son opiniones políticas». Cuando se le preguntó si podía haber un acercamiento entre el gobierno y la iglesia, dijo que «no, porque la iglesia tiene sus responsabilidades y el gobierno las suyas. A partir de ahí, cuando alguien quiere participar de la vida política lo que tiene que hacer es formular una propuesta, formar un partido y presentar su candidatura». (AN)