Vaca Muerta y la costa de lagos, la disputa de los municipios de Neuquén

El interés por la servidumbre y el desarrollo de villas turísticas enfrenta a los intendentes neuquinos y demora una decisión sobre los límites que tiene cada comuna.

Hay municipios en la provincia de Neuquén que aducen no tener tierras para urbanizar o planificar desarrollo para la radicación de emprendimientos, pero esta realidad se contrasta con situaciones muy particulares donde o existe radicación de familias que no cuentan servicios porque ningún municipio tiene jurisdicción, como ocurre con Tratayén, o bien el lugar legal para radicar la comuna está a 40 kilómetros de la actual ubicación como ocurre con Taquimilán.

Históricamente la no definición de los límites de los municipios o la ampliación de los actuales fue un tema que se ha resuelto en forma sorpresiva por necesidades especiales como ocurre con Senillosa. El gobierno provincial, hace tres décadas, aprovechó la situación para enarbolar banderas soberanas y crear nuevos pueblos siguiendo el mandato de la constitución provincial como los 13 que fundó el exgobernador Pedro Salvatori.

En 2002 fue la última ley de definición de ejidos municipales, la 2405, y la beneficiada fue Senillosa que quedó con142.000 hectáreas, se le dieron 13.500 hectáreas más y 139 corresponden a la planta urbana. La ley dice que llega hasta el límite con Río Negro.

La Legislatura es el lugar donde se debaten, cada tanto, los reclamos de los municipios, pero como para darle a unos implica quitarle a otros, o bien hay zonas, como los perilagos, que son deseadas por más de un municipio, el tema se dilata.

El exintendente de Plottier, Andrés Peressini, se puso al hombro la necesidad de plantear una ley general y no particular para cada municipio y recorrió la provincia, ya dos veces, para detectar la necesidad. Presentó una iniciativa en la Legislatura que se suma a la que presentaron en 2013 los diputados de esa localidad, Fernanda Esquivel Caliva (UP) y Sergio Gallia (Nuevo Neuquén). La iniciativa planteaba extender el ejido de las 13.500 hectáreas actuales a un total de 83.120.

La ampliación se fundaba en la necesidad de desarrollo turístico y productivo. Más tierras implica más poder y allí se encuentra el obstáculo que los legisladores, como cuerpo, argumentan para cajonear las iniciativas. Senillosa tiene un ejido 12 veces más grande que el de Plottier, por ejemplo.

Plottier tiene uno de los ejidos más reducidos de toda la zona Confluencia.

Objetivo petrolero


Hubo un decreto que creó una Comisión de Estudio y Determinación de las Jurisdicciones Municipales, pero sus resultados, si es que existieron, nunca se conocieron. En los pedidos de ampliación también entran a jugar sospechas.

El exdiputado Raúl Béttiga sostuvo en una de las reuniones de la comisión de Asuntos Municipales que los pedidos de los jefes comunales “no son inocentes” y expresó que el tema de fondo es la renta que se le cobra a las empresas hidrocarburíferas por tareas de explotación en la zona. “Hay una liga de intendentes petroleros que se están juntando para ver cómo pueden recaudar más plata”, aseguró tras reivindicar la necesidad de buscar una solución integral para evitar “seguir con parches”.

La polémica había surgido porque el entonces intendente Ramón Rioseco logró aprobar una ordenanza que cobra una tasa a las petroleras y el modelo entusiasmó a otros intendentes que viven, apenas, de la coparticipación provincial.


Un municipio con costa


La puja es más relevante en la zona Confluencia por la necesidad de tener jurisdicción en el lago Mari Menuco, por el desarrollo de villas en la zona sur del espejo de agua, y también por la servidumbre de Vaca Muerta.

En 2016 el tema volvió a debatirse por el interés de la localidad de Centenario que tiene una situación particular. Le quitaron 10 mil hectáreas para conformar el de Vista Alegre en 1993 por lo que, amén de recuperarla se pidió que se cumpla con la Ley 2026, que establece un rediseño del ejido de esa localidad al haber cedido tierras para crear el municipio de Vista Alegre.

A fines de 2014 se votó una ley relacionada con asentamientos urbanos en tierras fiscales provinciales dado que en ese tema “existía un vacío legal”, en rigor lo que se hizo fue que la facultad que tenía la Legislatura pasó a manos del municipio. La tierra es poder.


Centenario no pudo con su ley para recuperar tierras


En 2018, el gobernador Omar Gutiérrez presentó el proyecto de ley para ampliar en 14.628 hectáreas el ejido municipal de Centenario, a modo de reparación histórica luego que en 1993 esta comuna cediera tierras de su circunscripción para la creación del municipio de Vista Alegre.

La zona a ampliar permitirá avanzar en forma planificada con la dotación de servicios, dado que abarca la realización de miles de loteos sobre la zona de bardas. Cuando se creó Vista Alegre se le sacó al ejido de Centenario unas 10.000 hectáreas.

“Esto es una reparación histórica para Centenario y hoy es un día de estricta justicia, luego de 25 años de su acción solidaria para con Vista Alegre, ahora verá su ejido ampliado”, expresó el gobernador Gutiérrez.

El intendente Javier Bertoldi fue impulsor de la norma mientras era diputado provincial, pero no pudo sortear la valla. El proyecto tuvo despacho en la comisión de Asuntos Constitucionales de la Legislatura, pero, según indicó el mismo Bertoldi, hubo una puja entre dos municipios como Picún Leufú y El Chocón que ofició de trampa para evitar que se lo tratara.

Quedó allí cajoneado y no ha tenido un buen camino. Desconocemos el por qué. No hay ningún motivo para no llevarlo enseguida a la Cámara”, evaluó.

Durante el año pasado se consolidó una toma en tierras que son de propiedad de la provincia, que estableció un esquema de atención desde los organismos estatales con el fin de consolidarla. Ese es uno de los problemas que también se repitió en Tratayén.

La urbanización sobre la barda es una de las salidas oficiales ante el déficit habitacional.

El Chocón y Picún Leufú enfrentados por el desarrollo del perilago


Villa El Chocón y Picún Leufú se enfrentaron por la definición de los ejidos de cada municipio y, aunque la disputa no fue ruidosa, ofició de freno al interés de otras municipalidades.

El gobernador Omar Gutiérrez presentó un proyecto que incluía a El Chocón que, luego, recibió a algunos de los desarrolladores del istmo de Los Barreales y Mari Menuco para evitar el conflicto con las comunidades mapuche.

El avance de la localidad sobre tierras a las que también aspira su vecina Picún Leufú no fue bien recibido por los concejales y el entonces intendente Carlos Casteblanco.

Los ediles manifestaron su “rechazo total” a la iniciativa, que requiere del avance legislativo para consolidar del canje que el gobierno provincial hizo con los adjudicatarios de lotes del istmo de Mari Menuco para trasladarlos a orillas del lago Ramos Mexía.

El canje de las tierras se hizo, de todas formas, aunque en la zona que quedó libre también existen intereses contrapuestos debido a que no pertenece a ningún municipio y es reclamado por la comunidad mapuche. Incluso una de sus costas es explotada por la comunidad Kaxipayiñ.



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