Jardín: hasta despedir el otoño…¡es tiempo de Achiras!
Esta hermosa planta tiene al menos 26 nombres distintos, pero la belleza de su flor y sus imponentes hojas son únicas. Desde un vivero de Huincul, cuentan cómo cuidarlas y qué necesitan.
Aún es tiempo de disfrutar estas maravillosas plantas que atrapan miradas y seducen a cualquiera, con el encanto de sus llamativas flores.
Esta belleza es verdaderamente una rareza de la naturaleza y sin dudas una de las flores más bonitas y ornamentales, para darle el espacio merecido en el jardín.
En esta ocasión RÍO NEGRO contactó al vivero V.A. (Vélez Ancaten) de Plaza Huincul para conocer más sobre esta especie para aprender sobre sus cuidados y características.
La planta de achira (Canna indica) tiene al menos 26 nombres. Las variedades de la Achira en realidad son híbridos logrados por el cruce realizado con la Canna fláccida, indica, coccinea y glauca agrupadas con la Canna generalis. La Canna indica (achira, achera, sagú, capacho, biri, cucuyús, juquián, chisgua, risgua, caña de India, caña de cuentas, cañacoro, flor del cangrejo, yerba del rosario o papatla) es una planta perenne perteneciente a la familia de las cannáceas.
Se trata de una planta herbácea, rizomatosa. Los tallos son de 0.40 a 2.5 metros de altura y están cubiertos por las vainas envolventes de las hojas; los peciolos -es decir el apéndice de la hoja de una planta, por el cual se une al tallo- generalmente se muestran oblongos, ovales, oblongo elípticos de 0 a 70 cm de largo y de 5 a 30 cm de ancho. Con hojas bastantes grandes e imponentes, de color verde y en determinadas épocas rojo-purpúra.
La Achira necesita de la exposición solar y debe ser protegida del frío y el viento. Adora los riegos abundantes en verano, mientras que en primavera y otoño deben ser moderados y aislados en invierno.
Las flores regalan un amplio abanico de colores lisos y también mostrando una combinación única, donde la naturaleza salpica mágicamente sus pétalos. Esta floración nace en verano y se despide al despertar las heladas.
Se adapta muy bien en terrenos con distintas características aunque prefiere el suelo suelto, fértil y bien drenado con más de 30 cm de profundidad. Puede cultivarse en cualquier tipo de suelo y se aconseja una fertilización en otoño. La Achira florece en lugares con más de seis horas de luz solar directa de manera diaria y no prospera si se encuentra cerca plantas con demasiada humedad del suelo.
En cuanto al riego durante la primavera, Ruben Vélez aconseja realizarlo de forma semanal y en su período de crecimiento 3 o 4 veces por semana. En su plena floración cada 2 días con la precaución de evitar mojar las flores y hojas. Este riego se disminuye durante el otoño y aún más en invierno.
“La poda de las flores marchitas consiste en quitarlas para estimular la floración”, explica el experto e indica que las hojas y tallos se cortan completamente cuando se marchitan con las primeras heladas, ya que en primavera volverán a brotar, señala el hombre.
Las flores se agrupan en inflorescencias – es decir que nacen en forma conjunta y unidas de un mismo tallo. Son grandes y se dan de 5 a 6 flores en colores rojizos, naranja, amarillo o rosa, con una vida que dura desde mediado de la primavera hasta casi terminar el otoño.
La caña india o Achira es una planta de exterior y se da en regiones donde la temperatura no baje de -10ºC”, explica el experto y en cuanto a su plantación, el momento de hacerlo o trasladar los rizomas es a finales de invierno o principios de primavera. Se deben plantar a unos 30 o 50 cm de distancia uno de otro, con unos 10 cm de profundidad”.
La planta es fácil de propagar por su amplia adaptabilidad y su gran resistencia a plagas y enfermedades, típica de las cannáceas. El rizoma tiende a salir a la superficie, y el manejo agronómico es similar al de la papa.En Colombia también la llaman chisgua o risgua” concluye Velez Quicena.
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