Periodistas neuquinos: 45 años sin justicia


Las 23 viviendas fueron tomadas por asalto, robadas, usurpadas y se adjudicaron y entregaron mediante la intervención militar : 15 al Ejército, 4 a Gendarmería, 2 a la Marina y 2 a la Policía Federal.


Un informe completo, fidedigno y esclarecedor de un hecho aberrante a manos de la última dictadura. Mañana, como nunca, en la jornada aniversario del  episodio,  cobra especial magnitud lo expresado en 2015 por el diputado nacional  Remo Carlotto. El  legislador, durante la sesión de la Comisión de Derechos Humanos que presidía, puso especial énfasis en manifestar que “el caso de los periodistas neuquinos, era una deuda de la democracia”. Lo hizo ante los hombres de prensa convocados en esa circunstancia trascendental, convocados para que expusieran su denuncia y demanda de justicia, por la reparación histórica, reivindicación moral y recuperación del cuantioso patrimonio que el 24 de marzo de 1976 les arrebató y usurpó –por la fuerza de las armas– la dictadura cívico-militar genocida, que se apoderó y asoló al país, hasta el filo del 10 de diciembre de 1983. Poco tiempo después, durante la visita que realizó a Neuquén en solidaridad y apoyo a la causa de la gente de prensa,  Carlotto reiteró tan contundente y clara definición política.


 Una apretada reseña histórica determina que la Cooperativa de Vivienda del Periodista Ltda. fue constituida el 21 de junio de 1969, encarando de inmediato un ambicioso proyecto de obras: Torre del Periodista (edificio con planta baja, 14 pisos y 86 viviendas) un Centro Cultural Comunitario (auditorio, cine, salones de exposiciones y conferencias, y las sedes de la Cooperativa y el Sindicato de Prensa) y un edificio de cocheras en altura, todo sobre el amplio y céntrico terreno de Avenida Argentina al 800 esquina Periodistas Neuquinos, adquirido a tal fin.


 La construcción de la Torre del Periodista y el Centro Cultural se inició el 12 de septiembre de 1971, y fueron concluidos a fines de 1975.  El acto de inauguración estaba previsto para el 7 de junio de 1976 en coincidencia con el Día Nacional del Periodista. A solicitud de socios de la Cooperativa, el  entonces Intendente Municipal,   Jorge Doroteo Solana, instituyó los nombres de  “Plazoleta del Periodista” y  calle Periodistas Neuquinos.


 Aquél 24 de marzo, efectivos del Ejército, armados, irrumpieron en el Centro Cultural de la Cooperativa, lugar donde se encontraba la oficina-obrador estando presente el colega socio, periodista e historiador neuquino Diego Manuel Flores Giménez. Luego de un fuerte cambio de palabras, el grupo intruso procedió a secuestrar y retirar toda la documentación de la entidad y trasladarla al Comando de la 6ª. Brigada, donde instaló su despacho el interventor de la citada fuerza, suboficial mayor Ulises Normando Baca Cau.


El nombrado militar fue la persona encargada de “eliminar” -por razones ideológicas- a 23 periodistas legítimamente propietarios de sus respectivas viviendas, desestimando y vendiendo además el Centro Cultural, sin resarcimiento para los dueños o titulares.  


 Las 23 viviendas que el 24 de marzo de 1976 fueron tomadas por asalto, robadas y usurpadas, se adjudicaron y entregaron a través de la intervención militar mediante el siguiente esquema: 15 al Ejército, 4 a Gendarmería, 2 a la Marina y 2 a la Policía Federal.


 El 27 de agosto de 2014 tres socios fundadores de la Cooperativa presentaron y suscribieron la denuncia y demanda de Justicia ante la Fiscalía Federal de Neuquén, procedimiento que provocó un contundente dictamen de 66 fojas, el cual se encuentra en el despacho del juez a cargo del Juzgado Federal Penal Nº2 de esta ciudad desde el 3 de agosto de 2017.  


 La institución de sitio de la Memoria de los Periodistas Neuquinos -único del citado gremio en todo el país- se oficializó mediante sendos actos públicos realizados los días 21 de junio y 5 de julio de 2018 con la presencia del Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, Claudio Avruj, el Director Nacional de Sitios de la Memoria,  Daniel Gomplewicz, la Subsecretaria de Derechos Humanos de la Provincia del Neuquén, Alicia Comelli, Madres de Plaza de Mayo, organizaciones de Derechos Humanos, autoridades, dirigentes políticos, legisladores, concejales, vecinos de la ciudad y periodistas.


 En tanto, el consorcio cívico-militar que administra la Torre del Periodista y el Centro Cultural, percibe y recauda todos los meses elevadas sumas en concepto de alquileres y expensas. Realiza juicios ejecutivos ante la Justicia Provincial contra quienes se nieguen a pagar expensas inexistentes y coercitivas del Centro Cultural, improvisado actualmente como espacio para la guarda de vehículos y dos locales comerciales.


Otro hecho reprochable es que todos los juicios, hasta fines de 2019, han recaído en el mismo juzgado habiendo tres en funciones, en tanto el juez a cargo, no sólo se niega a aplicar la ley provincial que complementa este tipo  de acción si no que omite también  dos leyes nacionales y desconoce los delitos de lesa humanidad ocurridos y probados en por lo menos uno de los expedientes llevado en contra de uno de los periodistas denunciantes, por parte del Consorcio Cívico Militar y su Administración, en procedimiento abiertamente de persecución moral, económica, política e ideológica al que es sometido desde hace varios años junto a su familia –sobrevivientes del terrorismo de Estado 1976/1983–, hecho gravísimo avalado por una de las Salas de la Cámara Civil y Comercial de la Primera Circunscripción Judicial y el TSJ.


 La causa de los periodistas neuquinos está considerada  caso testigo a nivel país, por cuanto denuncia, además de delitos económicos, aquellos denominados de sangre que comprenden persecución, atentados, agresiones, detenciones, cárcel, torturas, violaciones, privación de la fuente de trabajo, exilio. En el caso de la Cooperativa de Vivienda del Periodista, se encuentra agravado por el deceso de un asociado ocurrido en México.


 Transcurridos 45 años de aquella ominosa noche del 24 de marzo, cuesta entender que todavía no se haya producido un desenlace aleccionador, rotundamente reivindicador, anhelado por tantos trabajadores de prensa y las familias de aquellos que han quedado en el camino. Todos, definitivamente, han enarbolado la bandera de la esperanza confiando plenamente en el desenlace final de un proceso que se enmarca en la adhesión de los organismos rectores  más representativos de la vida institucional de nuestro país.

* Cronista parlamentario y periodista neuquino, respectivamente. 


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