Sofía Maglione, sommelier: “El vino hace feliz a la gente, es disfrute, alegría”

¿Cuándo se termina de decidir el destino de una persona y bajo qué circunstancias? ¿Qué tiene que pasar para que eso ocurra, una clase de teatro, una coincidencia, una charla, la caradurez de un interlocutor, animarse a preguntar?… Todo eso junto sería la respuesta en este caso.

Sofía Maglione es sommelier, pero no lo sabía hasta que todo lo escrito arriba fluyó y se alinearon los planetas.

“Decidí ser sommelier un año que había terminado mi carrera de teatro y me di cuenta que en lo único que había persistido en los años era en trabajos ligados a lo gastronómico, fui bartender, camarera, recepcionista… no lo veía como una profesión sino como pasatiempo para ganar unos pesos”, cuenta Sofía.

“Terminada la carrera de teatro comencé a hacer unos cursos cortos que había en la carrera del gato Dumas y en otra escuela de vinos, me encantó, englobaba muchas cosas que me gustaban, la geografía, la gastronomía, me gusta comer, tomar, me pareció que iba por ahí. Ese último año mío en teatro empezó una alumna nueva y una compañera me dijo: mirá que esa chica es una sommelier re grosa”, relata la entrevistada.

Esa chica era Agustina de Alba, una sommelier muy conocida en el país, que salió dos veces mejor sommelier argentina.

“En el recreo me acerqué, me presenté y me ofrecí para trabajar y así empecé en el camino del vino con ella y con unas bodegas que siempre me dieron lugar como Escorihuela Gascón y Ernesto Catena. Ese mismo año me anoté en la carrera de sommelier, que son 3 años, la hice en CAVE (Centro Argentino de Vinos y Espirituosas, en Capital, ahí me terminé de enamorar”, dice con entusiasmo Sofía.

A partir de ese momento hizo de todo, participó en ferias, dio capacitaciones en restaurantes, o explicó hasta el cansancio cómo es el servicio correcto de un vino.

Y hubo tiempo para más: “Después comencé con mis talleres llamados Vinosofía, para todo público, donde se habla de temas generales del mundo del vino y la idea es que la gente se saque todas las dudas que tenga sobre el tema ya que no hace falta tener conocimientos previos para participar”.

Capacitación permanente en el oficio de sommelier.

“Cuando empecé la carrera pensé: gracias a Dios que encontré mi profesión y mi pasión. Hasta ese momento que me vine de La Pampa a los 17 años, hoy tengo 28, hacía cosas que me gustaban pero no me completaban, hasta que comencé la carrera de sommelier, ahí dije: ¡esto es lo mío!, mi alegría era inmensa, fui feliz cursando y soy feliz trabajando en esto. Me gusta mucho lo que hago y transmitir la pasión que tengo por el vino y por el mundo de la gastronomía en general, me gusta hacer feliz a la gente y el vino tiene eso… hace feliz a la gente, es disfrute, alegría”, desborda de entusiasmo Sofía.

También habló sobre la incidencia de la cuarentena en su vida como profesional: “No me quedé mucho quieta la verdad, después de 15 días de cuarentena total comencé con los Vinosofía por Zoom, fue positivo, llevabas alegría a la gente que estaba en un momento de incertidumbre, era un momento para distenderse, para hablar de otra cosa, para brindar, lo único que no se podía transmitir a través de la pantalla era el choque de copas, pero después todo era posible”.

Vina, el bar que tiene Sofía en San Telmo.

¿Qué le dirías a una persona que nunca incursionó en el mundo del vino?, le consultamos a la joven sommelier.

“Al que nunca incursionó en el mundo del vino le diría: ¡qué está haciendo de su vida, jajaja! Fuera de broma, le diría algo muy sencillo, que lo pruebe, al que dice que no le gusta el vino yo no le creo mucho, vos viste la cantidad de vinos que existen solo en Argentina, tenemos más de 3.000 bodegas, cada una de ellas con muchas etiquetas, con muchos estilos de vinificación, muchas variedades de uva. Es medio raro decir no me gusta el vino. Yo intento llevarlos para que prueben de a poco y tengo varios que los convertí, lo cual es un gran cumplido para mí”, responde la sommelier.

Por estos días Sofía está a full con su propio emprendimiento. “Este año cumplí mi sueño de abrir mi propio bar de vinos que se llama Vina, está en San Telmo, Capital, estoy hace dos meses feliz de la vida, estoy metida ahí casi 24/7”, dice satisfecha sobre su destino. Ese destino que comentábamos al principio y que de la mano de diversas circunstancias la trajo hasta acá.

El próximo lunes 8 de marzo a las 20 horas vas a tener la oportunidad de conocer un poco más a Sofía a través de la charla “Vino para quedarse”, un taller vía Zoom para aprender sobre vinos y divertirse, organizado por Club Río Negro en el marco de la Semana de la Mujer.


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