Dos escuelas se unieron y multiplicaron jarillas in vitro

Son estudiantes de escuelas agropecuarias de Neuquén y Chaco. No existen a nivel mundial antecedentes sobre la utilización de esta técnica.

El Centro de Formación Profesional Agropecuaria 1 de Plottier y la Escuela de Educación Agropecuaria 13 de Jardinería de Chaco se unieron en una novedosa experiencia y lograron obtener el protocolo productivo y multiplicar in vitro la jarilla ( utilizando biotecnología dentro de un frasco de vidrio con un ambiente artificial). Uno de los puntos destacados de este gran paso es que la especie arbustiva es muy difícil de multiplicar por semilla y estaca, y es una planta muy demandada por el sector farmacéutico y por las empresas petroleras para restaurar en las picadas el monte nativo que se deterioró. No hay casi antecedentes a nivel mundial de multiplicación un vitro de jarilla.


Nos pareció que trabajar en esta especie nativa y lograr su multiplicación in vitro iba a ser de un impacto no sólo en el sector socio-productivo sino más relevante aún, ya que tiene que ver con la restauración del medio ambiente y cómo la biotecnología puede solucionar estos problemas, y así generar estímulos e interés en los profesionales agropecuarios y alumnos brindándoles la posibilidad de incorporar conocimientos e innovación tecnológica a través de nuestras formaciones”, destacó Daniel Cortés, coordinador del CFPA 1.

Sumó que ya logrado el protocolo para la multiplicación, lo que se planifica ahora es hacer un laboratorio un vitro en las instalaciones del centro de Plottier “que permita continuar estos proyectos en la Provincia, con el fin de que sean aprovechados por todas las Escuelas Técnicas Agropecuarias de la Provincia y los técnicos, apostando a generar que estos proyectos además sean el puntapié para el desarrollo de un proyecto de biotecnología dentro de la escuela agropecuaria que sirva a toda la Patagonia y fortalecer el recurso humano en estos conocimientos de innovación”.


Todo en el marco de la Red Bío para zona de la Patagonia (Río Negro, Neuquén y Chubut), en proceso de formación por disposición del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET).

Además se planifica en rustificar la planta obtenida in vitro en invernaderos que se acondicionarán en el puesto de Capacitación de Plottier, con los sistemas de regulación de los parámetros de luz, temperatura y humedad capaces de ayudar a la rustificación de cada especie generada en el laboratorio.

El acuerdo entre la institución de Plottier y la Escuela de Jardinería 13 de Resistencia nació en 2018 en la Mesa Federal Permanente de Educación Técnica Profesional, que organiza el INET. Y como primer puntapié de esta relación, el año pasado desde Plottier se enviaron plantas madres de jarilla a Chaco para que la escuela de Resistencia pueda ajustar los protocolos y lograr así la multiplicación con biotecnología.

“Al tener el protocolo copiando esa receta se logran más plantas. La parte de aclimatación se hace en invernadero regulando los factores ambientales y la micropropagación en laboratorio en condiciones de asepcia total, es decir libre de gérmenes”, destacó José Alberto Ruchesi, director del establecimiento de Chaco.

El protocolo técnico permite usar un pedacito de la planta para lograr una planta completa. Se puede hacer porque cada célula tiene toda la información genética”.

José Alberto Ruchesi, director del establecimiento de Chaco.

Un camino minucioso y artificial en el laboratorio

En poco menos de un año, la institución chaqueña logró el protocolo técnico para la micropropagación de la jarilla (en laboratorio) tras varias etapas.
José Alberto Ruchesi, director del establecimiento de Chaco explicó que primero se determinó “el pedazo de planta que se iba a utilizar para propagar y de donde se lo saca (raíz, hoja, tallo, flor) y el medio donde se lo va a cultivar para activar la división celular”.
Después se abordó el ambiente para que se desarrolle todo el proceso y se observó variables como cantidad de luz, humedad y temperatura. “En función de eso se empiezan a hacer ensayos donde primero hay que pasar la etapa de desinfección del desplante (el pedazo de planta que se va a utilizar hay que desinfectarlo). Después hay que cultivarlo en condiciones de asepsia, y de esa forma se puede tener un cultivo in vitro”, informó.
Posteriormente, esa planta que está en condiciones totalmente artificiales, tiene que empezar a interactuar con los factores naturales para que se adapte a vivir en condiciones normales (aclimatización). Por lo que se interviene para que la planta se rustifique y pueda vivir en condiciones normales.
“Ya se hizo el ajuste técnico. Lo que se está haciendo ahora es el protocolo productivo, que es lograr mucha eficiencia en la multiplicación con plantas uniformes. Es una técnica que es muy cara y con el protocolo productivo ese costo disminuye”, apuntó Ruchesi y afirmó que la técnica permite aprovechar los recursos naturales disponibles “obteniendo plantas uniformes para un fin específico y como consecuencia de eso lograr una sustentabilidad económica, social y ambiental”, agregó Ruchesi.
El establecimiento de Chaco tiene un prestigio Internacional en la actividad e incluso ha exportado plantas a otros países.


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